Ana pisa el salón de clase y su estómago se hace un nudo. Han pasado 517 días desde la última vez que estuvo en su escuela. Cuando cerraron la escuela Ana tenía 6 años. Hoy tiene 8. Está emocionada por el regreso, pero al mismo tiempo se siente nerviosa, preocupada. No ha sido fácil aprender a leer y escribir desde casa, aunque podía conectarse a diario con la computadora. Muchos de sus compañeros no han podido seguir las clases virtuales porque no contaban con las condiciones necesarias para hacerlo, y para ellos, la incertidumbre es aún mayor.
En América Latina y el Caribe, la región con el cierre de escuelas más largo de mundo, millones de niños, niñas y adolescentes como Ana, están experimentando el regreso a clase. Algunos han tenido la suerte de haber regresado hace ya tiempo. Otros, muchos, continúan esperando.
El cierre de escuelas ha dejado consecuencias devastadoras, que se suman a una crisis educativa que la región ya enfrentaba desde antes de la pandemia. En el camino hacia la recuperación, no hay duda de que el primer paso es la reapertura. No habrá recuperación sin retorno a la escuela.
El sentido de urgencia para implementar estrategias que permitan recuperar el tiempo de enseñanza perdido es enorme ¿Cómo revertir las brechas de aprendizaje agudizadas durante el cierre? ¿Cómo evitar nuevos procesos de desvinculación escolar y recuperar a los estudiantes que han abandonado? ¿Cómo volver a motivar a los estudiantes y reconectarlos con sus trayectorias educativas?
Volver a algo distinto
Sin embargo, también es momento de ampliar la mirada hacia el mediano y largo plazo, y comenzar a sentar las bases para una transformación educativa en la región. Necesitamos volver. Pero volver a algo distinto. No podemos volver a hacer las cosas exactamente igual a cómo las hacíamos en 2019. Pero ¿hacia dónde queremos ir?
Queremos ir hacia una educación que este centrada en el estudiante a través de aprendizajes personalizados, relevantes y atractivos; con docentes que impulsen el aprendizaje a partir de prácticas pedagógicas innovadoras; en donde el uso de tecnologías digitales permita acelerar y amplificar los aprendizajes, y el uso de distintos tiempos, espacios y formatos de enseñanza multipliquen la interacción entre estudiantes y docentes, con coherencia pedagógica. A esta educación de calidad, más inclusiva, más flexible, y que responde a las necesidades del siglo 21, le llamamos, la educación 4.0.
¿Cómo comenzar a construir esta educación 4.0?
A través de sistemas educativos que hagan foco en aprendizajes relevantes para los estudiantes; con trayectorias educativas personalizadas y flexibles y ambientes motivadores y seguros que brinden una oportunidad real para todas y todos los estudiantes; e impulsando una transformación digital educativa que permita maximizar el uso de la tecnología en educación para generar calidad y equidad en los procesos de aprendizaje. Para lograr que esta Educación 4.0 no reproduzca las desigualdades que arrastran nuestros sistemas educativos, es de vital importancia garantizar el acceso a condiciones digitales básicas para todos y todas las estudiantes, y construir marcos de política que promuevan no solo una mejor calidad, sino una mayor equidad.
Para la transformación digital educativa, los modelos híbridos de educación ofrecen grandes oportunidades. Por eso, desde el BID y en conjunto con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) estamos trabajando en un marco de implementación modular, con el objetivo de contribuir a la implementación de modelos de educación híbrida en ALC desde una mirada práctica y anclada en el contexto regional. Cada uno de estos módulos permite avanzar en alguno de los distintos elementos que hacen a la educación 4.0, permitiendo que cada país o sistema educativo pueda seleccionar y combinar aquellos módulos que mejor se adaptan a su contexto y necesidades, elaborando su propia hoja de ruta.
Módulos de implementación para la educación híbrida
La educación remota de emergencia ha dejado grandes lecciones, y ha impulsado la digitalización acelerada. Hoy contamos con evidencia de que el uso de tecnología para la recuperación ha tenido un impacto positivo en los procesos de aprendizaje. Experiencias como el uso de telefonía celular para la educación remota – a través de mensajes de texto con ejercicios matemáticos y llamadas telefónicas de acompañamiento y seguimiento – ha permitido personalizar la instrucción y evitar mayores pérdidas de aprendizaje durante el cierre de escuelas. Por su parte, una iniciativa de tutorías virtuales individuales para estudiantes de bajos recursos con voluntarios universitarios, ha conseguido no solo una mejora en resultados académicos, sino en motivación y bienestar de los estudiantes tutorados.
¿Queres saber más? Descarga la nota técnica aquí y descubrí más sobre los 10 módulos para la implementación de modelos híbridos.
Con la mirada en una educación 4.0, desde el BID y la OEI, estamos apoyando a los países de la región a implementar y evaluar proyectos piloto que promuevan la transformación educativa a través de modelos híbridos innovadores, flexibles y de calidad, con un fuerte compromiso con la equidad y la inclusión, priorizando la transformación en las escuelas con estudiantes más vulnerables. La experimentación, documentación y evaluación de estas iniciativas, permitirán avanzar de forma sostenible hacia una Educación 4.0.
Juan Carlos YEPEZ dice
Hola, yo dirijo una plataforma de recursos didácticos para educación inicial. (eHomeKids.com) Como podemos apoyar al BID u OEI con licencias gratuitas para Maestras o Institutos de bajo poder adquisitivo?
Lo estamos haciendo en el Perú apoyándonos con los municipios locales pero queremos apoyas a más países del sector público.. Slds
Marita Saquizela Mendoza dice
si estamos preparados para empezar las clase semi presenciales para que el niño se adapte a nuestro colegio le tenemos que dar confianza para que ellos se sientan protegidos como en casa. Seguir usando la tecnología poniéndoles videos.