Mi hija mayor nunca está contenta: está extática -que está en éxtasis-. Ella nunca está preocupada: entra en pánico. Vive completamente cada momento, centrándose solo en lo que le interesa justo en ese instante. Le cuesta mantenerse inmóvil y prestar atención a su maestro o a un programa de televisión. Cuando una idea aparece en su cabeza, inmediatamente necesita llevarla a cabo. Mi experiencia podría parecerse a la de otros padres de niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) u otras condiciones neuroconductuales.
Lamentablemente, a través de los años, muchos de los maestros de mi hija han visto únicamente sus múltiples desafíos. Una maestra pasó todo un año sin poder ver más allá de los numerosos recortes de papel que mi hija produce como resultado de su Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
En los últimos años, la literatura ha aclarado la importancia de fomentar no solo las habilidades cognitivas de los estudiantes, sino también sus habilidades socioemocionales (por ejemplo, autorregulación, puntualidad, trabajo en equipo). Pero, ¿qué hay de los niños que luchan en ambos frentes? ¿Están condenados al fracaso en su futuro? Mi colega María Fernanda Prada responde a esa pregunta con un rotundo NO. Según su investigación, existen múltiples dimensiones de habilidad y algunas de estas han sido pasadas por alto en la literatura. Basándose en una encuesta longitudinal nacional de jóvenes de Estados Unidos, Prada concluye que las habilidades mecánicas (relacionadas, por ejemplo, con la destreza manual, las habilidades motoras y la integración viso-motriz) también aumentan los ingresos totales -talentos y habilidades que aumentan la posibilidad de los individuos de obtener trabajos altamente remunerados en el futuro- de un individuo. Esto abre la puerta a otros investigadores para seguir el ejemplo y explorar otras dimensiones del talento y la capacidad de los niños.
Mientras que los niños como mi hija todavía se esfuerzan por navegar en un mundo que tanto valora las habilidades con las que ellos luchan (como el control de las emociones, la organización, la planificación, la toma de decisiones y la capacidad de seguir las instrucciones), es reconfortante encontrar investigaciones que muestran esa habilidad específica de ellos como multidimensional. Su imaginación y talento para concentrarse cuando construye un nuevo invento pueden convertirse en sus poderes secretos. Estas son habilidades que los niños como ella pueden usar como base para la exploración, para el aprendizaje y para contribuir activamente en sus escuelas y comunidades.
Percibir a los niños con trastornos neuroconductuales y cognitivos como dotados de habilidades especiales puede ayudarlos a prosperar.
Si usted es un padre, un abuelo o un maestro de un niño con un trastorno neuroconductual o cognitivo, mire más allá de los problemas y desafíos, y tómese el tiempo para ayudarle a encontrar sus poderes especiales, esas habilidades que pueden desarrollar y llevarlos a sobresalir en la escuela y en la vida.
Mónica Carabantes Santiagos dice
Excelente artículo educativo que entrega herramientas de aprendizaje sobre este tema relacionado con el TDAH.
Felicitaciones al área de Educación del BID, por el excelente aporte permanente en temas educativos.
Mónica Carabantes Santiagos
Representante REDEM-Chile
http://www.redem.org