Por Elena Arias, Ximena Dueñas, Cecilia Giambruno y Angela Lopez
“Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada”.
Aunque suena simple, esta frase, atribuida al reconocido físico y matemático William Thomson Kelvin, es clave para entender por qué la evaluación educativa es tan importante. Si no sabemos cuánto están aprendiendo los estudiantes, ¿cómo podemos mejorar sus aprendizajes?
América Latina y el Caribe enfrenta una profunda crisis de aprendizajes, marcada por la inequidad y la exclusión. La necesidad de acción y transformación es urgente. La segunda edición del informe “El Estado de la Educación 2024” llega con un mensaje claro: para mejorar la educación, es necesario evaluar y que las evaluaciones sean de calidad. En este blog, te compartimos los principales hallazgos del informe, y su recuento sobre el estado de las evaluaciones educativas a gran escala en la región.
Empecemos por el principio. ¿Cuáles son los principales desafíos educativos que enfrenta la región? Para responder esta pregunta, en la primera parte del informe presentamos los datos e indicadores clave del portal de estadísticas CIMA, ofreciendo una visión integral y sintética del panorama educativo en América Latina y el Caribe. Los resultados nos muestran que persisten importantes brechas entre estudiantes por su condición socioeconómica que limitan el poder de la educación para generar más equidad.
- En promedio, 1 de cada 10 estudiantes en la región asiste a una escuela que no cuenta con ninguna computadora para uso de los estudiantes, y 2 de cada 10 asisten a una escuela sin ningún tipo de conexión a internet disponible para ellos. En contraste, los países de la OCDE reportan acceso casi universal a ambos recursos. Entre los estudiantes más vulnerables de la región, la falta de acceso se duplica: 2 de cada 10 para computadoras y 4 de cada 10 para internet.
- Los resultados de PISA 2022 evidencian que los estudiantes más vulnerables de la región tienen un rezago promedio de casi cuatro años de escolaridad en comparación con sus pares de mayores ingresos.
¿ Mejorar nuestra educación mejorando las evaluaciones? En la segunda parte del informe proponemos “un doble clic” en la evolución y el estado actual de los sistemas de evaluación educativa de 18 países de América Latina.
¿Cuál es el estado actual de las evaluaciones nacionales a gran escala? ¿Cómo han evolucionado las evaluaciones nacionales desde 1990 hasta la fecha en términos de frecuencia, niveles y competencias evaluadas, cobertura, enfoque, publicación y usos? ¿Cuál es el nivel de participación en evaluaciones regionales e internacionales? ¿Qué impacto ha tenido la pandemia en la continuidad de las evaluaciones educativas?
Hay 4 grandes aprendizajes que se desprenden del análisis y que te resumimos a continuación:
1. Las evaluaciones de aprendizaje se han recuperado luego de la pandemia
Tras la suspensión casi total de las evaluaciones de aprendizaje en 2020, la aplicación de las pruebas ha ido retornando de manera progresiva, mostrando una tendencia de recuperación positiva. Entre 2021 y 2023, 11 países realizaron al menos una evaluación en primaria, y 14 lo hicieron en secundaria, en comparación con 14 países con evaluaciones en primaria y secundaria durante el periodo 2017-2019. Se destaca la necesidad urgente de intensificar los esfuerzos, no solo para medir el aprendizaje, sino también para utilizar los resultados en la recuperación educativa, con un enfoque especial en los estudiantes más vulnerables.
2. Los países han aumentado el uso de evaluaciones muestrales
Los datos muestran un aumento en el uso de evaluaciones muestrales en los últimos años, sobre todo en la educación primaria. Entre 2021 y 2023, solo cuatro países realizaron evaluaciones censales en primaria, en comparación con los siete que lo hicieron entre 2017 y 2019. En secundaria, ocho países aplicaron evaluaciones censales entre 2021 y 2023, frente a diez en el periodo 2017-2019. Mientras que las evaluaciones censales han disminuido, la falta de estas pruebas limita la capacidad de obtener información detallada por centro educativo, lo que dificulta la identificación de áreas específicas que requieren mejora. Sugerimos mantener un equilibrio entre ambos tipos de evaluaciones para maximizar su efectividad.
3. Las evaluaciones se concentran en los últimos años de los ciclos escolares.
Un hecho recurrente es que la mayoría de las evaluaciones se concentran en el último año del ciclo educativo, tanto en primaria como en secundaria. El 67% de las evaluaciones realizadas entre 2021 y 2023 se concentran en el último año del ciclo escolar primario o secundario (53 de 78 evaluaciones). Esto reduce la posibilidad de utilizar las evaluaciones como una herramienta para mejorar el aprendizaje a tiempo, convirtiéndose más en un diagnóstico final que en una intervención pedagógica útil a lo largo del proceso de enseñanza.
4. Hay asignaturas pendientes: es necesario fortalecer la calidad y usar los resultados para la mejora
Aunque muchos países han avanzado en la calidad de sus evaluaciones, utilizando enfoques como la Teoría de Respuesta al Ítem (TRI) y recolectando datos contextuales, aún queda mucho por hacer para asegurar que los resultados se utilicen de manera efectiva y en tiempos adecuados. El informe subraya que la publicación de resultados suele tardar más de un año en la mayoría de los países, lo que disminuye el impacto potencial de las evaluaciones.
¿Como seguimos a partir de ahora? Claves para el futuro de la evaluación educativa en la región
El informe concluye con tres recomendaciones clave para fortalecer los sistemas de evaluación educativa en América Latina y el Caribe:
- Mejorar la calidad de las pruebas mediante la capacitación de expertos y la participación continua en evaluaciones internacionales y regionales.
- Diversificar los tipos de evaluaciones y las competencias evaluadas, incluyendo aspectos socioemocionales, para ofrecer una visión más completa del aprendizaje de los estudiantes.
- Priorizar la financiación y el uso de la tecnología para reducir costos y mejorar la eficiencia. La implementación de pruebas computarizadas puede acelerar el procesamiento de resultados y hacer más sostenibles los sistemas de evaluación.
En conclusión, transformar la educación en América Latina y el Caribe requiere una inversión sostenible en evaluaciones educativas, las cuales no solo deben ser rigurosas y representativas, sino también oportunas y útiles para guiar la mejora continua. Las recomendaciones presentadas en el informe son claras: necesitamos pruebas más diversas y de mejor calidad. Bajo esta condición, la evaluación puede ayudarnos a cerrar brechas y avanzar hacia una educación más equitativa e inclusiva. El reto ahora es pasar de los diagnósticos a la acción, fortaleciendo los sistemas educativos de la región con el compromiso de todos los actores, algo a lo que aspiramos a apoyar desde el BID.
¡No dejes de leer nuestro último Estado de la Educación y súmate a los esfuerzos por evaluar para transformar la educación en nuestra región!