¿Qué son las trayectorias educativas y por qué es importante protegerlas? La trayectoria educativa es el recorrido que una persona hace a lo largo de su vida por el sistema educativo. Incluye no solo los niveles y modalidades que transita (como primaria, secundaria, educación técnica, universidad, formación continua), sino también la forma en que lo hace: con avances, interrupciones, repitencias, cambios de institución, retornos, certificaciones parciales. Cuando un estudiante abandona la escuela, no solo se interrumpe su proceso de aprendizaje,también se limitan sus oportunidades de empleo. Los impactos no solo son individuales, sino que influyen también a nivel de la sociedad en su conjunto, ya que la educación está directamente relacionada con el crecimiento económico, el desarrollo cultural y la igualdad de oportunidades. Sin embargo, en América Latina y el Caribe, millones de estudiantes siguen quedando atrás.
En las últimas décadas, América Latina y el Caribe ha logrado avances significativos en acceso y finalización de la educación primaria. Sin embargo, este punto de partida no garantiza trayectorias educativas continuas y completas. A medida que se avanza, las trayectorias educativas se van debilitando: muchas niñas, niños y adolescentes enfrentan rezagos, interrupciones y abandono, especialmente al transitar por la educación secundaria. En la región, solo 7 de cada 10 jóvenes de 21 a 23 años ha terminado la secundaria alta, y esta realidad golpea con más fuerza a los más vulnerables, donde solo 1 de cada 2 lo logra.
Sistemas de protección de trayectorias educativas: una hoja de ruta
Este contextoes lo que inspira la serie de publicaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Camino hacia la inclusión educativa: 4 pasos para la construcción de sistemas de protección de trayectorias”. Esta serie recoge aprendizajes clave para enfrentar la exclusión escolar en América Latina y el Caribe y propone un enfoque integral basado en dos pilares: detección temprana de estudiantes en riesgo y acciones oportunas para apoyar su permanencia y desarrollo. Su objetivo: garantizar trayectorias educativas continuas, completas y de calidad para todas y todos.
Los sistemas de protección de trayectorias educativas se estructuran en dos componentes que funcionan coordinadamente, la detección y las intervenciones, para identificar a los estudiantes que se encuentran en riesgo de exclusión e implementar acciones oportunas y a tiempo para prevenir su desvinculación educativa, como se muestra en el siguiente gráfico:

Paso 1

En el Paso 1 de la serie, se introducen de manera sintética las principales nociones relacionadas con los sistemas de protección de trayectorias: conceptualización, objetivos, componentes, evidencia y lecciones aprendidas.
Paso 2

En el Paso 2, se presentan las distintas aproximaciones para el diseño de sistemas de alerta temprana, los aspectos clave para el diseño de un sistema efectivo, así como los lineamientos esenciales vinculados al uso de los datos, la definición de indicadores y la potencial aplicación de la inteligencia artificial (IA) en el proceso.
Paso 3

El Paso 3 se enfoca en las intervenciones oportunas para la protección de trayectorias educativas, exponiendo evidencia sobre intervenciones efectivas para la disminución del riesgo de exclusión educativa organizadas en cuatro módulos: programas de orientación y aceleración de aprendizajes, programas educativos flexibles, incentivos monetarios, e incentivos no monetarios.
Paso 4

Este Paso 4 presenta cuatro experiencias destacadas de protección de trayectorias educativas en la región: Costa Rica, Chile, Uruguay y Sergipe (Brasil). El objetivo de este análisis consiste en sistematizar las buenas prácticas, las lecciones aprendidas y los desafíos de cada experiencia, promoviendo el intercambio de conocimientos sobre los diferentes modelos implementados para construir sistemas de protección de trayectorias educativas.
¿Cómo está la región protegiendo las trayectorias educativas de sus estudiantes?
El Paso 4: Cuatro experiencias en América Latina es el sendero final de la serie que presenta una mirada detallada a las experiencias de protección de trayectorias educativas en Costa Rica, Chile, Uruguay y Sergipe de Brasil. ¿Qué podemos aprender? Aquí, cuatro lecciones aprendidas claves en estos procesos educativos:
- Institucionalizar para garantizar sostenibilidad. Un sistema de protección de trayectorias debe contar con un alto grado de institucionalización: es decir, normas claras, protocolos y equipos dedicados dentro de los ministerios responsables, como muestra el caso de Costa Rica. Cuanto más sólido sea ese respaldo institucional, más probable será que el sistema se sostenga en el tiempo y logre enfrentar de forma efectiva la exclusión educativa. Ahora bien, la institucionalización no puede significar rigidez; el sistema tiene que poder adaptarse a los cambios en las dinámicas de exclusión, que son complejas y cambiantes.
- Sistemas digitales para el seguimiento sistemático de las trayectorias y registro de alertas e intervenciones. Un elemento clave en los casos analizados es la implementación de sistemas digitales para el seguimiento sistemático de las trayectorias estudiantiles y el registro de las acciones implementadas. Estas plataformas permiten monitorear cada caso de manera individualizada, identificar buenas prácticas y fortalecer la articulación entre los actores clave a través de la interoperabilidad de los sistemas de información, como lo muestra el caso de Chile. Además, el diseño del sistema de alertas debe ir de la mano con la madurez del sistema de información. En muchos casos, se empieza con alertas simples —por ejemplo, basadas solo en inasistencias frecuentes— que son fáciles de interpretar y se actualizan de forma regular. A medida que se avanza hacia sistemas más robustos e interoperables, es posible integrar alertas más complejas que combinen múltiples indicadores o incluso incorporen inteligencia artificial.
- Recursos programáticos para que el sistema de protección de trayectorias sea efectivo Parte de la capacidad de respuesta está en dar a los centros educativos cierto margen para adaptar las acciones a su contexto, dentro de un marco común, como lo hace Uruguay a través de los Equipos Referentes de Trayectorias Educativas (ERTE). Además, fortalecer la articulación intra e interinstitucional, mediante espacios de trabajo conjunto con actores de salud, desarrollo social o justicia, es clave para abordar integralmente las causas de la desvinculación escolar.
- Implementar instancias de testeo y mejora continua de los sistemas. Los sistemas de protección de trayectorias semejoran en el camino. Instancias de pilotaje, por ejemplo, son muy útiles para afinar detalles antes de escalar una iniciativa a más escuelas. Además, definir metas claras y monitorear avances con buenos indicadores permite saber qué funciona e identificar posibles mejoras. Aunque evaluar el impacto de estos sistemas puede ser complejo, el caso de Sergipe muestra que hay formas de hacerlo.
Estas cuatro experiencias nos enseñan que proteger trayectorias no es solo cuestión de detectar estudiantes en riesgo. También, implica actuar con oportunidad, adaptar las respuestas al contexto, coordinar entre niveles y sectores y medir resultados. Proteger las trayectorias garantizar que cada estudiante pueda avanzar, aprender y construir un futuro con más oportunidades.

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Desde el BID, reafirmamos nuestro apoyo a los países para que cada estudiante tenga la oportunidad de transitar por la escuela de manera continua, completa y con calidad. Conoce las cuatro experiencias analizadas en esta publicación. El camino hacia la inclusión educativa no es lineal, pero sí es posible.
¿Conoces experiencias exitosas en tu país? Compártelas en la sección de comentarios.