Copyright © 2017. Banco Interamericano de Desarrollo. Si deseas republicar el artículo, por favor solicita autorización a sph-communication@iadb.org.
Por María Caridad Araujo y Marta Dormal.
Empecemos por recordar tres hechos sobre los servicios de cuidado infantil para los niños de 0-3 años de edad que se han documentado ampliamente en este blog y en publicaciones recientes:
- La cobertura pública y privada de este tipo de servicios ha aumentado aceleradamente en años recientes en muchos países de América Latina.
- Los datos que existen sobre la calidad de estos servicios documentan que ésta es muy baja en todos los países de la región en donde se ha medido.
- Tanto la literatura internacional, como la regional, sugieren que los servicios de cuidado infantil de baja calidad que atienden a niños menores de 3 años no es inocua y puede llegar a perjudicar el desarrollo de los niños, en el corto y mediano plazo.
Ante esta realidad, los gobiernos de los países se enfrentan con una compleja disyuntiva. ¿Cómo responder a la demanda creciente por servicios de cuidado infantil? En particular, ¿cómo se puede hacer el mejor uso de los recursos públicos que financian este tipo de servicios?
Lo que hemos aprendido en Perú
Junto con Norbert Schady, publicamos una investigación que puede dar algunas luces para responder a estas preguntas. En el estudio, empleamos datos de una muestra de 291 centros de cuidado infantil del Programa Nacional Cuna Más, en Perú. Para cada uno de estos centros, trabajamos con información sobre la calidad de la atención que reciben los niños en las aulas y sobre el nivel de desarrollo infantil de los pequeños. Esto se complementó con información adicional sobre las familias y las cuidadoras que se encargan de los niños.
La calidad en este estudio se enfoca en lo que los expertos llaman los procesos, que son los elementos que tienen un impacto directo en la experiencia cotidiana del niño, en su aprendizaje y en su desarrollo. Incluyen la manera en que se implementa el currículo y la frecuencia, tipo y naturaleza de las interacciones que ocurren entre los niños y los adultos que los cuidan. Para medir la calidad del proceso, decidimos usar un instrumento conocido como el Sistema de Calificación para la Evaluación en el Aula (Toddler CLASS, por sus siglas en inglés) en la calidad de las interacciones.
Los hallazgos principales de nuestra investigación son los siguientes:
- Los niños logran resultados en su desarrollo significativamente mejores cuando han tenido en las aulas cuidadores capaces de ofrecer interacciones de mayor calidad.
- Estas buenas interacciones entre el cuidador y el niño resultan particularmente beneficiosas para aquellos que tienen un nivel de desarrollo más bajo.
- Además, los niños también logran mejores resultados en su desarrollo cuando son asignados a cuidadores más experimentados.
- Estos cuidadores más experimentados tienen efectos positivos más importantes para los niños que tienen un nivel de desarrollo más alto.
- No observamos que los niños que tienen cuidadores con más años de escolaridad presenten mejores resultados.
¿Qué pueden hacer los gobiernos para mejorar la calidad de los servicios de cuidado infantil?
Estos hallazgos tienen al menos dos implicaciones de política importantes. Primero, es indispensable invertir recursos en programas de capacitación previa y continua que permitan al personal que atiende a los niños en los centros de cuidado infantil mejorar sus competencias. Esto hará que puedan ofrecer interacciones de buena calidad -sensibles, cálidas, receptivas, ricas en vocabulario- a los chicos a su cargo. Sabemos que estas interacciones de calidad se traducen en mejores resultados de desarrollo para los niños. Y segundo, el personal más experimentado es también el más capaz de ofrecer oportunidades de aprendizaje y desarrollo. De ahí que tiene sentido mejorar las condiciones de trabajo y crecimiento profesional para retener a aquellos capacitados en los servicios y reducir los elevados niveles de rotación y abandono que se observan actualmente.
El desafío en la región
En un contexto de rápida expansión de cobertura de este tipo de servicios, como ha sido el de América Latina en años recientes, persiste esta tensión entre cobertura y calidad. ¿Es posible expandir la cobertura e implementar reformas importantes para mejorar la calidad simultáneamente? ¿Es necesario detener el ritmo del incremento en la cobertura y reenfocar los esfuerzos en consolidar la provisión de servicios de mejor calidad a escala?
Nuestra investigación no da respuestas definitivas a estas interrogantes debido a que los mecanismos institucionales que permiten ampliar y mejorar los servicios difieren considerablemente de un país a otro. Sin embargo, lo que sí sabemos con certeza es que la calidad de las interacciones entre los cuidadores y los niños es un factor determinante de los beneficios de asistir a este tipo de servicios y que esta dimensión de la calidad sigue siendo muy baja en la región.
¿Cómo se podría mejorar la calidad de procesos en los servicios de cuidado infantil de tu comunidad? Comparte tus ideas y tu experiencia en la sección de comentarios o mencionando a @BIDgente en Twitter.
María Caridad Araujo es especialista líder de la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.
Marta Dormal es consultora en Desarrollo Infantil Temprano en la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.
Porhua dice
De la lectura, en nada se desprende realmente ¿en qué consiste la calidad del cuidado de los niños/as?, porque el Programa Cuna Más, no está con un currículo o acciones bien estructuradas, sino que haya una madre sustituta (la que se encarga del cuidado), mientras las madres estén ocupadas, o sea, en el trabajo. El otro detalle es, estos casos se dan en los sectores de la clase C y D, mientras los E se ingenian y no necesitan del cuidado por otra persona (prefieren tener a sus hijos/as, en un andador, hasta debajo de las carretas, etc.), y los de la clase A y B, tienen sus propias amas de casa, exclusivamente dedicadas al cuidado, aparte de lavandera y/o cocinera.
Por favor hagan trabajo serio, por ejemplo sería importante que nos informará ¿en qué consiste y cuáles son las acciones o instrumentos empleados?, ¿qué formación profesional se requiere para el cuidado?, etc.
Maria Caridad Araujo dice
Estimada Porhua,
Gracias por leer y comentar nuestro post. Para una descripción detallada de la definición de calidad que usamos en este análisis, los instrumentos empleados en la medición y el perfil de las cuidadoras del programa, puedes referirte al estudio que estamos resumiendo:
https://publications.iadb.org/handle/11319/8154
¡Es imposible entrar en todo el nivel de detalle que nos gustaría en un blog post! Gracias por
destacar todos estos aspectos tan importantes en tu comentario. Ojalá nos sigas leyendo y compartiendo tus puntos de vista.
Muchos saludos.
Proteger ahora al niño es asegurar el futuro. dice
Cuando nos ocupamos de la etapa infantil estamos mirando nuestro futuro como familia, como sociedad, como país y como universo, dado que esta es la etapa de la vida donde se forma la persona para enfrentar lo que se viene después.
Los gobernantes tienen que dirigir su ocupación más a los niños, luego a los adultos, para tener asegurado el futuro, ya que ellos aprovecharán y solucionarán al máximo las grandes dificultades que nos esperan, si ellos no están en condiciones de sobrevivir va a ser desastroso, teniendo en cuenta que las necesidades económicas y de espacio serán sumamente reducidas. Hay que hacer algo ahora, para no lamentarnos después porque será demasiado tarde.