Por Carolina Freire
En unos pocos meses comienzan las clases en Panamá pero la madre de Jaime no está segura si lo va a inscribir en el jardín prescolar. ¿Y si no le gusta o se enferma mucho? ¿No será mejor que se quede en la casa de la vecina?
Diversos estudios –entre ellos los conducidos por James Heckman, Premio Nobel de Economía— comprueban que el acceso a la educación prescolar para niños de entre 3 y 5 años tiene un impacto positivo sobre diferentes medidas del desarrollo infantil en el corto plazo. A largo plazo, la educación inicial mejora el aprendizaje e incrementa los logros educativos, reduce la deserción escolar y también el que los niños repitan años. Quienes han recibido una educación temprana y cuidados integrales durante la primera infancia gozan, en la vida adulta, de mejor salud física y mental. Tienen además, mayor capacidad para generar ingresos y dependen menos de programas de subsidio estatal. En la adolescencia, el efecto es igualmente positivo: la evidencia muestra una disminución en las conductas de riesgo como el embarazo o el consumo de drogas y tabaco.
Más de 200 millones de niños menores de 5 años no logran desarrollar su potencial durante esta etapa crucial en la vida. Panamá no es una excepción. Sólo 2.9% de los niños de 2-3 años de edad asiste a un centro infantil. A pesar de que la educación prescolar para niños de 3-5 años de edad es gratuita y obligatoria por ley, 4 de cada 10 niños en este grupo de edad no van a la escuela.
Además de brechas en su cobertura, la educación inicial en Panamá enfrenta desafíos de calidad. De los niños y niñas de 4 y 5 años que asisten a los prescolares oficiales, el 35% lo hace en una modalidad informal. En estos prescolares, las docentes son promotoras o madres comunitarias. Incluso en la modalidad formal, el 29% de los docentes de prescolar no tiene ningún título superior y solamente un 15% cuenta con un título universitario.
Evidencia de la deficiente calidad y cobertura del prescolar es la alta tasa de repetición que se da en primer grado de primaria, la más alta del sistema educativo. Los fracasos en primer grado están directamente relacionados con la ausencia de una experiencia prescolar. Los niños llegan a la escuela con brechas en su desarrollo y el sistema educativo no es capaz de ayudar a aquellos en situación de desventaja a alcanzar a sus pares más avanzados.
Invertir en el capital humano de Panamá pasa por prestar atención particular a la educación inicial. La agenda es amplia y tiene varias prioridades, por nombrar unas pocas: (a) incrementar la cobertura de los servicios prescolares y hacerlo con calidad, (b) elevar la calidad de los docentes de prescolar a través mayor capacitación y de un proceso gradual de acreditación, e (c) invertir en infraestructura y equipamiento adecuados.
Según un estudio publicado por UNICEF, en Panamá se requiere una inversión total de 76 millones de dólares en educación inicial. A un plazo de cinco años, son algo más de 15 millones de dólares anuales.
Lograr que todos los niños y niñas panameños asistan al prescolar y tengan experiencias de aprendizaje de calidad que los condicionen para el éxito en la escuela y enpr la vida está a nuestro alcance. Es su derecho y un deber para los panameños.
Carolina Freire es una de las fundadoras de Ponteenalgo.com, el primer centro de voluntarios en línea an Panamá. Además, ella creó Voluntarios de Panamá, una ONG que moviliza y conecta voluntarios con causas y organizaciones nacionales. Trabaja como consultora para el Banco Interamericano de Desarrollo y para otras organizaciones que trabajan en temas de política social.
Dr Max R- Ramirez dice
Muy bien Carolina, no se si ya exploraste a Madres maestras y hablaste con Flor Molina. Sino yo lo hare para que se ponga en contacto contigo. La experiencia de ella tiene antecedentes de varios años. La voluntariedad ni te la digo. Les preguntare sobre el dia del voluntariado. Saludos