Por Ángeles Destafano
Nadie puede negar que todos los niños necesitan cuidado desde que nacen. El poder garantizarles una buena alimentación, el acceso a la salud, la estimulación temprana, la demostración de nuestro amor son los elementos fundamentales para que se desarrollen de manera plena.
El acompañamiento durante el primer año de vida es clave ya que es la etapa donde se produce el mayor crecimiento del bebé. Durante este período el niño tiene una necesidad intensa de estar con su madre. Según los especialistas, este requerimiento emocional es tan básico como la alimentación. Sin embargo, fruto de la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral y la falta de políticas que favorezcan a la familia, esta etapa suele verse impactada por una menor presencia materna y una socialización temprana.
En América Latina entre 1990 y 2005 el aumento de la tasa de participación laboral de las mujeres en las zonas urbanas de 18 países subió de 5,9% a 58,1%, aumento que marca una tendencia en toda la Región (CEPAL, 2006). En Argentina el 61,2% de las madres participan en el mercado laboral, ya sea porque están ocupadas (55,7%) o porque buscan activamente trabajo aunque momentáneamente no lo encuentren –están desocupadas– (5,5%).
El mercado laboral en el que se insertan suele contar con pocos beneficios y flexibilidad que le permitan a la madre conciliar ambos aspectos de su vida. Las largas jornadas de trabajo la obligan a elegir entre el derecho a ejercer su maternidad y trabajar, sufriendo un estrés innecesario en la búsqueda de alternativas de atención para sus hijos.
Si bien hoy se pueden observar variadas prácticas en favor de la maternidad aún resta un largo camino por recorrer. La extensión de licencias, el regreso paulatino al trabajo, la instalación de lactarios, los jardines maternales, el acompañamiento a las mamás recientes, son algunos ejemplos. Lo importante es generar el compromiso organizacional de apoyar a los colaboradores en esta etapa.
Las políticas de recursos humanos deben encaminarse hoy no sólo a fidelizar talento a través de formación, incentivos económicos y variables, sino más bien facilitando la vida personal y familiar del empleado mediante políticas de flexibilidad, ayudas y apoyos diversos a la maternidad. Este grupo de iniciativas y acciones que la empresa tiene a su alcance, les permitirá crear una cultura “familiarmente responsable”.
Las Empresas Familiarmente Responsables (EFR) han dado respuesta a este desafío incluyendo en sus estrategias a la familia del empleado como algo que tiene interés para la empresa (como un proveedor, un cliente o un accionista). Estas empresas buscan a través de sus políticas y beneficios el desarrollo integral de los colaboradores.
Además de las prácticas que impulsan las empresas, es importante destacar el rol que le compete al Estado en el establecimiento de políticas públicas que atiendan a estas necesidades.
El reconocer la maternidad como una función social, fundamental para el desarrollo de los niños y el crecimiento de un país debe constituirse en la clave para el trabajo conjunto del ámbito público y privado. Solo así se podrá iniciar un proceso de transformación de la cultura laboral que incorpore las nuevas realidades del mercado y las necesidades de las familias que generará múltiples beneficios sanitarios, emocionales y afectivos para la madre y el niño recién nacido.
Ángeles Destafano es argentina, licenciada en Relaciones Industriales de la UADE e investigadora asociada del Centro de Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School. Forma parte del cuerpo de docente del Instituto de Ciencias para el Matrimonio y la Familia de la Universidad Austral. Su artículo ha sido uno de los finalistas del Concurso de Bloggers del BID.
Fabia Sueni dice
Tema legal, mas por mais que se diga que nós mulheres temos as mesmas prioridades no mercado de trabalho como o homem, não é verdade, continuamos com carga excessiva de trabalho gerando um alto grau de estresse, pois agora na atualidade corremos o tempo todo para dar conta da casa, levar o filho a escola, correr para o trabalho, correr para administrar a família e as lições dos filhos, enfim hoje as mulheres ganharam espaço no mercado mas continuaram com as funções antigas ou melhor, são hoje verdadeiras provedoras dos lares, por que os homens se recusam a partilhar as responsabilidades com igualdade, ainda temos um longo caminho a percorrer se não quisermos morrer de estafa por excesso de trabalho!
http://www.atualidadesebeleza.blogspot.com