Recientemente, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas anunció la adopción del Comentario General 26 sobre los derechos de la niñez a un ambiente limpio, saludable y sostenible. Allí, se enfatizó acerca del cambio climático y la degradación ambiental como factores que ponen en riesgo los derechos de los niños y niñas en general, y se hizo un urgente llamado a la acción para proteger a los más vulnerables.
¿Qué es el cambio climático y cómo afecta a los primeros años de vida de los niños?
El cambio climático se refiere a las modificaciones a largo plazo de las temperaturas y de los patrones meteorológicos, que aumentan la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos y desastres. Como explica una publicación reciente del BID, América Latina y el Caribe (ALC) es la segunda región del mundo más propensa a sufrir desastres como tormentas, huracanes y sequías, y los hogares pobres, en particular, son lo más expuestos a sus impactos. En este contexto, los niños y las niñas de la región están en una situación de especial vulnerabilidad.
Estudios en ALC han documentado los efectos de inundaciones, tormentas tropicales, y temperaturas extremas durante el periodo de gestación, que afectaron negativamente la salud de los recién nacidos y la nutrición durante los primeros años de vida, así como sus resultados escolares. Otros estudios también han demostrado que la exposición temprana a choques originados por el cambio climático tiene consecuencias en la adquisición de vocabulario y el desempeño escolar en contextos tan dispares como Perú e India. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud declaró que 1,7 millones de niños y niñas menores de 5 años mueren cada año a causa de la contaminación ambiental.
Son varios los factores que pueden contribuir a explicar las consecuencias del cambio climático en la infancia, como la pérdida de ingresos en el hogar, la menor disponibilidad de agua y o alimentos, el aumento de enfermedades, y la disrupción o un menor uso de los servicios de salud. Además, la crisis climática también expone a los niños al riesgo de experimentar violencia física, emocional y abandono. Esto sucede de varias formas: algunos niños se ven separados de sus familias y quedan sin protección cuando ocurren desastres naturales y/o desplazamientos como consecuencia de estos eventos, mientras que otros enfrentan situaciones de violencia dentro del hogar cuando sus cuidadores tienen menor autocontrol ante situaciones estresantes.
Medidas para proteger a los más pequeños frente a los impactos del cambio climático
Una vez que los eventos extremos ocurren, muchas veces es difícil acceder a los hogares para brindar apoyo y ayudar a que las familias puedan responder a las necesidades de sus hijos. También puede suceder que se dificulte el acceso a los centros de cuidado, o que los choques climáticos dañen la infraestructura de los centros.
Una forma de prepararse para este tipo de crisis es diseñar protocolos de atención por medio de modalidades híbridas que puedan utilizarse cuando la atención presencial no es posible. Ecuador es un ejemplo de esta preparación: el país adoptó la modalidad híbrida desarrollada durante la pandemia como servicio a utilizarse en situaciones de emergencia tales como desastres naturales o conflictos. En este sentido, actualmente dicho país se prepara para el evento cálido El Niño, un fenómeno que genera fuertes tormentas e inundaciones, entre otras graves consecuencias, y que se espera para el segundo semestre de 2023.
Además de planes de contingencia que aseguren la continuidad del servicio durante y después de los choques, es necesario pensar que, al ampliar la cobertura de los servicios de primera infancia a través de la construcción de nuevos centros, la resiliencia de la infraestructura es fundamental. En este sentido, es clave realizar análisis de riesgos climáticos como parte de las estrategias de ampliación de la oferta de centros y adoptar estándares de construcción resiliente. En especial, es importante tener en cuenta que los centros sean adaptados a los aumentos de temperaturas, ya que existe evidencia de que la exposición al calor puede afectar la concentración y el aprendizaje.
Por otro lado, es recomendable identificar las zonas geográficas en las que viven las familias de niños vulnerables donde podrían ocurrir eventos climáticos adversos, a fin de proveer transferencias oportunamente planificadas para asistirlas antes de estos shocks y cuidar del bienestar infantil. Para lograrlo, será necesario generar más evidencia y contar con mapas y datos geolocalizados para poder responder a estas situaciones.
El cambio climático se está acelerando, y es necesario proteger a los niños y las niñas para garantizarles una niñez y un futuro de calidad.
AmandA dice
Inglés: In Panama we are managing the implementation of a community model for early childhood
Sebastián dice
En mi opinión creo que generar espacios donde puedan participar e incorporar capacidades y experiencias compartidas por personas con las facultades Interdisciplinarias para ello, sería de gran utilidad para las generaciones más jóvenes.
Zayra dice
la grave repercusión del cambio climático en los niños pequeños. Destaca la importancia de tomar acciones urgentes para proteger a los niños de los efectos negativos del cambio climático.