El Protocolo de Atención Virtual y Semipresencial (PAVS) garantizó la atención a más de 287 mil usuarios de los servicios de atención a la primera infancia del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) en Ecuador durante la pandemia. La buena acogida de la estrategia por parte de familias y agentes territoriales la ha convertido en otra forma de atención cuando se presentan situaciones de emergencia que no permiten la atención regular presencial.
En marzo de 2020, inmediatamente después de la declaración del estado de Emergencia Sanitaria, Ecuador suspendió la atención presencial diaria en los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) y las visitas domiciliarias y sesiones grupales semanales del servicio de atención familiar Creciendo con Nuestros Hijos (CNH) de la Subsecretaría de Desarrollo Infantil Integral del MIES.
No obstante, para la Subsecretaría era crítico garantizar la continuidad de la atención a mujeres gestantes y niños menores de 3 años. Así, en colaboración con el BID, su equipo técnico trabajó contrarreloj para integrar y sistematizar lo que las educadoras CDI y CNH estaban realizando en territorio desde el primer día de confinamiento. Tomando como referencia la atención para CNH presencial y el Manual para Padres de Reach Up se elaboró un protocolo con actividades de juego y lenguaje, mensajes para promover entornos protectores y la salud y nutrición infantiles, y el paso a paso de cómo ejecutar la atención de forma remota. Así nació el PAVS, el Protocolo para la Atención Virtual y Semipresencial.
Innovando en un momento complejo
El reto era enorme: se debían adaptar las atenciones considerando la brecha tecnológica existente en territorio y las diferencias en la forma de atención entre los servicios CDI y CNH. CDI tuvo que adaptarse a trabajar directamente con la familia y a la atención individual (con un niño a la vez y no con un grupo de niños); CNH tuvo que definir cómo atender a familias en zonas altamente dispersas. Además, había que responder lo antes posible para minimizar la disrupción de la pandemia y del confinamiento en los niños, sus familias y sus educadoras.
Para responder a todo ello y garantizar una atención homogénea y de calidad, el PAVS incluyó:
- Un cuaderno con 180 fichas, 4 por mes de edad o de gestación, con actividades de juego y lenguaje o de estimulación prenatal, respectivamente, y mensajes sobre salud, nutrición y entornos protectores. Las fichas contenían poco texto y estaban escritas en un lenguaje sencillo; además incluían una imagen que reflejaba la actividad a realizar para motivar su réplica por parte de las familias; y que, a su vez, permitía evidenciar la diversidad intercultural del país para aumentar la apropiación y sentimiento de identificación de las familias.
- Lineamientos concretos y guiones estructurados para los diferentes canales de atención que contribuyeran a igualar la calidad de la atención en todo el territorio.
- Orientaciones para la creación y uso de mensajes multimedia, mensajes de texto y para la producción de videos con el objetivo de maximizar su efectividad con base a los principios de las ciencias del comportamiento.
- Un guión para el acompañamiento socioemocional del adulto responsable del cuidado, considerando la conmoción social que trajo la pandemia a muchos hogares.
- Un protocolo de bioseguridad para el ingreso en los hogares que requerían de atención presencial.
Asimismo, para los servicios CDI, se diseñó una planificación semanal de actividades e indicaciones, con ejemplos para desarrollar 4 actividades adicionales a partir de la principal propuesta en el cuaderno de fichas, para que hubiera una actividad para cada día de la semana.
Un esfuerzo que mereció la pena
Los datos en el SIIMIES, el sistema integral de información para el seguimiento de los servicios sociales del MIES, mostraron que el número de atenciones realizadas se mantuvo similar a los niveles pre-pandemia y constante durante la etapa de confinamiento y distanciamiento físico. Tanto para CDI como para CNH, las atenciones fueron mayoritariamente virtuales hasta el retorno presencial progresivo a partir de finales de 2021, siendo los mensajes multimedia y la videollamada los canales predilectos. Aun así, es pertinente mencionar que en territorios fronterizos o de alta dispersión y nula conectividad, como la Amazonía ecuatoriana, la atención se mantuvo presencial con los debidos protocolos de cuidado.
En varios grupos focales con educadoras aprendimos sobre la buena acogida que tuvo el PAVS entre los equipos territoriales y las familias usuarias, quienes valoraron positivamente la estructura y concreción de la información contenida en las fichas y el protocolo. Si bien se observaron también retos en torno a la distribución del material o la conectividad, la capacitación oportuna del personal y el alto grado de satisfacción manifestado por equipos territoriales y familias usuarias han contribuido a que el PAVS se mantenga como la forma de atención en aquellas situaciones en las que no sea posible la atención presencial. Por ejemplo, se puede aplicar en situaciones de emergencia como las causadas por terremotos, inundaciones o derrumbes; o por cuestiones de seguridad como sucedió durante las protestas del pasado mes de junio en las que se activó el PAVS—siempre con el objetivo de que las educadoras puedan seguir acompañando a mujeres gestantes, niños y sus familias.
Puedes conocer más sobre esta experiencia y la de Panamá, entre varias otras en América Latina y el Caribe, en esta guía completa de Lecciones aprendidas del diseño y la implementación de modalidades virtuales e híbridas de los servicios de atención a la primera infancia, o si prefieres puedes leer una versión resumida aquí.
¿Cómo fue la implementación de programas de desarrollo infantil en tu país durante la pandemia? ¿Cuáles han sido las principales lecciones aprendidas y cómo pueden fortalecer los servicios de atención a la primera infancia? Déjanos tu comentario.
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