Por Javier A. Curcio.
Se elaboró el documento “La inversión en la primera infancia en América Latina. Propuesta metodológica y análisis en países seleccionados de la región”, a través de la oficina regional de UNICEF, con el objetivo de crear las condiciones para avanzar hacia el desarrollo de la dimensión del sistema de información referida a la identificación y análisis de los esfuerzos financieros de los Estados y mejorar las condiciones de vida y desarrollo de la primera infancia.
El estudio, que se centra en Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú, presenta una propuesta metodológica para cuantificar la Inversión Social dirigida a la Primera Infancia (ISPI) y los resultados de un primer ejercicio de aplicación. A continuación presentamos la evidencia de los nueve países.
Las políticas sociales vinculadas con la primera infancia representan de manera acumulada entre 0,5 y 1,6% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país. Honduras y Perú destinan el 1,6% del PIB a las políticas públicas dirigidas a los niños más pequeños, mientras que, en el otro extremo, México y Colombia destinan 0,8% y 0,5% del ingreso total del país a esas acciones, respectivamente.
No obstante, debe considerarse que la comparabilidad es limitada en estos casos ya que la disponibilidad de información es heterogénea y en algunos países se incluyen universos más amplios que otros en el análisis. Por otra parte, el PIB de cada uno de estos países es diferente por lo tanto los ratios mencionados se refieren a niveles de ingreso muy dispares.
Inversión Social en Primera Infancia. Variables seleccionadas. Último año disponible.
Con relación al peso de la ISPI dentro del sector público y la política social, puede observarse que las políticas dirigidas a la primera infancia representan entre 2,1% y 7,5% del gasto público total de cada país. Si se analiza solamente el gasto social, esas relaciones alcanzan desde el 3,1% hasta el 14,1%. Los casos con mayor inversión en la primera infancia en el gasto público social son Honduras, Costa Rica y Paraguay, que hasta cuadruplican la proporción correspondiente a los que tienen los ratios más bajos para esta franja de edad.
Desde la perspectiva de la inversión social per cápita, considerando los montos equivalentes en dólares ajustados por paridad del poder adquisitivo (PPP por las siglas en inglés: Purchasing Power Parity) se obtiene un nivel de erogaciones que fluctúa entre US$ 2.295 por niño por año para el caso de Argentina, hasta US$ 299,8 en Guatemala. Las diferencias observadas también son de comparabilidad limitada ya que diferentes características de cada país (densidad poblacional, territorios aislados, formas de provisión de los servicios, aspectos territoriales, etc.) pueden significar costos unitarios muy diferentes en cada caso, aún valuados en una moneda equivalente.
En cualquier caso, en el gráfico siguiente puede observarse que el país con mayor inversión per cápita en primera infancia supera en más de 7 veces a la que corresponde al país con menor inversión relativa. Por otra parte, se observa también que existe un grupo de países (Argentina, Perú, Costa Rica y México) que exhiben niveles de inversión significativamente mayores al resto de los países analizados.
Inversión social por niño en primera infancia. Datos expresados en U$ PPP por niño.
Finalmente es posible señalar que las principales funciones desarrolladas por los países en relación con la primera infancia son, en algunos casos, áreas relacionadas con la salud y, en otros, acciones vinculadas con el cuidado y la educación.
Argentina, Colombia, Costa Rica, Guatemala y México, por ejemplo, priorizan estas últimas funciones por sobre las actividades de salud, en tanto el resto de los países analizados invierten la relación y sitúan en segundo lugar las actividades educativas y/o de cuidado, por debajo de las sanitarias.
Luego, solo con la excepción de México, la suma de ambas categorías se ubica por encima del 56% de la inversión realizada en primera infancia, lo que llega a representar el 81% del total en el caso de Paraguay, el 72% en El Salvador y entre el 60% y el 70% en los casos de Argentina, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Perú. Además, se debe aclarar que en algunos países adquieren relevancia los programas de Ayuda directa, los que en tal caso representan al 41% en México, al 35% del total en Costa Rica y a un 29% en Honduras.
Clasificación por categorías funcionales. 9 países. Último año disponible. Estructura porcentual.
Para avanzar en el análisis comparativo entre países se requiere impulsar procesos de armonización y homogeneización de las estadísticas de seguimiento del gasto público en el marco del seguimiento del gasto social en la región. Una mayor claridad sobre la inversión en la primera infancia podría generar un efecto multiplicador para la realización de otros análisis que permitan fortalecer y mejorar el diseño y la implementación de las políticas públicas y la asignación de los recursos.
A su vez, este ejercicio permite introducir la perspectiva de derechos en las discusiones macroeconómicas y presupuestarias. Contar con una metodología y una base de datos objetiva y confiable sobre las políticas y los recursos dedicados a la primera infancia facilita acciones de sensibilización y capacitación de los poderes ejecutivos y legislativos de los países en cuestiones presupuestarias. Asimismo, permite abogar por la protección del presupuesto de la primera infancia frente a ajustes o perturbaciones externas o internas y es una condición necesaria para lograr una asignación de los recursos más eficaz y equitativa.
En suma, contar con una medida de la inversión social en la primera infancia constituye una herramienta crucial para evaluar y promover los esfuerzos de los países hacia la concreción de los derechos de los niños y niñas en sus primeros años de vida.
¿Qué opinas sobre los resultados que obtuvo tu país en este estudio? Si tu país no forma parte del mismo, ¿dónde crees que se situaría? Comparte tus comentarios en la sección de abajo o mencionando a @BIDgente en Twitter.
Javier A. Curcio es consultor de UNICEF, Subdirector del Departamento de Economía FCE/UBA y Docente e Investigador de la UBA y UNGS.
DANIEL ALBERTO DEFANT dice
He prestado muchisima atencion a los datos suministrados para los derechos de la primera infancia, caso Argentina puntualmente que debería asignarse un mayor pocentaje en salud, nutrición y alimentación como condiciones prioritarias elementales para que los niños puedan desarrollarse sanamente para luego entrar a tener condiciones más favorables en materia educativa. El interrogante es: de qué nos sirve asignar mucho presupuesto en educación y cuidado del niño, cuando se está corriendo un mayor riesgo que este llegue al colegio con desnutrición y falta de alimentación necesarias en la primera infancia. Es la conclusión que he podido sacar leyendo atentamente la información suministrada. Gracias.
Enrique G. Lorenzo dice
No veo Uruguay, dónde califica?
Nydia Denny Montenegro dice
Debe haber equilibrio en educación con talento humano especializado en primera infancia, salud,medio ambiente sano, seguridad alimentaria y nutricional con todos sus componentes y la crianza desde los hogares adecuada esta es la parte mas complica porque hay maltrato infantil y lo que dicen los padres es que tienen todo el derecho a educar a sus hijos como creen que es lo mejor así estén equivocados, porque algunos castigan demasiado hasta causarles daño y otros a todo le dicen si, siendo demasiado permisivos y de esta manera los niños se les salen de control a temprana edad. Se requiere voluntad política para que se inviertan los recursos necesarios, se realice el seguimiento a los indicadores y la evaluación de los programas, mas aun cuando de entrega dinero a las familias. Gracias por los aportes.
Sara Krupitzky dice
Mucho agradecería me informen como puedo guardar vuestros artículos, no encuentro lugar que me lo indique, la intención es tener material a mano para citar en investigaciones a realizar, ej. el presente articulo. Cordialmente