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Por Cecilia Vaca Jones.
Las cosas han cambiado para miles de niños en situación de vulnerabilidad y pobreza. Las tasas de desnutrición, por ejemplo, se han reducido a la mitad, y la mortalidad infantil en menores de 5 años ha disminuido.
El crecimiento económico y el incremento en la inversión social de las últimas décadas en América Latina han permitido estas mejoras significativas en la reducción de la pobreza. Quizás uno de los hitos más importantes en el marco de este incremento de la inversión social, se relaciona a la relevancia que los Estados de la región han dado a las políticas y programas dirigidos hacia la primera infancia. Esta inversión resulta una gran conquista en el ámbito de las políticas de protección social.
Por ejemplo, la Declaración de Bogotá, liderada por Juan Manuel Santos y firmada por 11 países, propuso una Agenda Regional para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia, logrando el compromiso político de asegurar la calidad de los servicios de desarrollo infantil, así como el fortalecimiento de la gobernanza en este sector. Este punto es clave porque los compromisos hechos en cuanto a inversión monetaria y de servicios deben mantenerse a largo plazo, independientemente de la rotación del sector público o los cambios de gobierno.
Los cambios políticos amenazan los avances conseguidos
Solo este año, 7 países de la región atraviesan procesos electorales; la mayoría ya lo ha hecho y los que quedan por definir dejan muchas interrogantes aún en el aire. Por ello, el gran reto de los próximos meses será sostener la voluntad política de los gobiernos para la inversión en la primera infancia.
Los cambios políticos actuales nos obligan a recordar los avances logrados en políticas públicas relacionadas a la primera infancia en años recientes, pues sería dramático y supondría un grave retroceso que los nuevos gobiernos no los asuman ni sostengan.
Con diferentes grados de avance e importantes desafíos pendientes, países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay, entre otros, han logrado contribuciones significativas en materia de regulación, inversión y definición legal y política para la primera infancia. (Conoce más aquí.)
Retamos a nuestros gobiernos a comprometerse
Es importante que los nuevos gobiernos ratifiquen su compromiso por la primera infancia y den continuidad a los programas ya ejecutados.
Por ello es urgente que las políticas y programas de primera infancia en la región se conviertan en políticas de estado cuya sostenibilidad en el largo plazo permitan el impacto y calidad que nuestras sociedades merecen. Los gobiernos deben incorporar en sus agendas la creación de sistemas de desarrollo infantil integral que estén regulados y puedan resolver problemáticas que afectan a los más vulnerables.
Además, los nuevos gobiernos de la región deben esforzarse por mejorar estos sistemas, fortaleciendo las políticas y programas de primera infancia que siguen siendo una inversión social urgente. Recordemos que los primeros mil días de vida, incluyendo el período de gestación y los dos primeros años, son fundamentales para garantizar un adecuado desarrollo cognitivo, emocional y físico.
Los nuevos gobernantes deberán jugarse por una inversión que privilegie al ser humano y deberán poner especial énfasis en mejorar las debilidades de cada uno de los sistemas en la región. Los distintos sistemas o estrategias de primera infancia, implementadas por varios sectores, deben perseguir el objetivo de que las niñas y los niños menores de 5 años se desarrollen a plenitud recibiendo servicios de calidad para su salud, educación, nutrición y cuidado.
Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estas estrategias deben hacer esfuerzos conjuntos con las familias, principales responsables del cuidado y la crianza de niños y niñas. Además, los Estados deben mejorar la articulación entre los servicios públicos y privados, los distintos niveles de gobierno, la academia y la sociedad civil. La región debe hacer una apuesta importante en los procesos de capacitación y formación permanente para el personal de todos los servicios de primera infancia.
En un contexto de menor espacio fiscal, es todavía mayor la urgencia que adquiere este tema en el momento político que vive la región. Sostener la implementación de las políticas públicas sociales dirigidas hacia la primera infancia y profundizar su fortalecimiento y mejora es prioridad esencial.
Mejorar las oportunidades y capacidades desde el inicio de la vida permitirán una verdadera ruptura del círculo de la pobreza dentro de las familias. Confío en que los nuevos gobernantes priorizarán esta inversión en sus planes de gobierno.
¿Qué experiencia ha tenido tu país con las políticas para la infancia en medio de cambios de gobierno? ¿Qué compromisos se han mantenido? Cuéntanos en la sección de comentarios o mencionando a @BIDgente en Twitter.
Cecilia Vaca Jones es Directora de Programas en la Bernard van Leer Foundation y fue ministra coordinadora de Desarrollo Social de Ecuador entre 2013 y 2016.
Es un principio fundamental garantizar las políticas públicas que garanticen los derechos fundamentales del desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, inclusive a los jóvenes adultos a través de una política inclusiva en la educación superior y primer trabajo, independientemente de las transiciones de carácter ideológico y políticas que se produce al cambiar los lideres de la administración pública. Los Estados son garantes a través de sus constitución mantener un orden supra político de los derechos y deberes de los ciudadanos y los actores políticos de un gobierno de turno. La experiencia en el caso Venezolano ha demostrado como los gobernantes han utilizando las políticas públicas para hacer chantaje y discriminar a los más vulvenarables, sin importarles las consecuencias en los niños y adolescentes, generando desnutrcion, índices de ausentismo escolar, daños emocionales, que seguramente impactarán ha las próximas generaciones de venezolanos, en nombre de una ideología que intentan imponer sin tomar en cuenta las necesidades de los ciudadanos.
Por ello, la importancia de garantizar que las políticas y programas dirigidos a la primera infancia sean políticas de estado. Que no dependan del gobierno de turno sino que constituyan un derecho universal. América Latina debe velar por no retroceder en los logros alcanzados.
Está comprobado que apostar por la primera infancia tiene retorno económico y social. Me gustaría conocer las experiencia y proyectos de los países mencionados para analizar sus fortalezas y puntos de mejora
Estimada Rose, te invito a revisar nuestra última publicación de espacio para la infancia.
Para garantizar las políticas públicas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de una población estratificada por supuesto, se debe contar con el apoyo de los organismos financieros internacionales, creando mecanismos que permitan la transparencia de los fondos otorgados a nuestros paises y evitar la corrrupción.
De lo contrario, tenemos más de lo mismo, bla, bla bla sobre el tema y así se pasa el tiempo y nada concreto para avanzar en estas políticas.
Es que, para ser sincera, si continuamos así en estos países de AL, de nada servirá continuar con más préstamos y más deuda y cero políticas que beneficien a los estratos poblacionales más vulnerables, y mencionar que experiencias ?, sobre mi país, si estamos a años luz de la toma de decisiones.
Considero que la inversión en primera infancia no debe depender de los organismos internacionales, sino de políticas de estado que garanticen la inversión de forma orgánica. La transparencia y buen manejo de los fondos públicos debe ser un mandato constitucional para todos los funcionarios públicos y es urgente fortalecer los mecanismos de control de la ejecución de fondos públicos en toda la región.
El desafío mayor es que las organizaciones políticas asuman y tematicen a la niñez y adolescencia en sus planes y programas políticos. Si no se forma a los actores políticos antes de los procesos electorales, ya es tarde para cuando asumen sus cargos. Urge una acción previa, con aval de las instituciones electorales, para sensibilizar y formar a los candidatos en políticas sociales y la importancia de políticas de importancia meridiana como del Desarrollo Infantil Integral.
Bien Ceci por el artículo, vamos abriendo surcos para sembrar en nuevos corazones y mentes de los sujetos políticos.
Es unos de los grandes desafíos que atravesamos como sociedades, la poca responsabilidad y compromiso de los nuevos dirigentes de continuar y aun mejorar las políticas de estado referentes a la educación, a la reducción de la deserción infantil y en general con la niñez es mucha. Entre administraciones se nota mucho los propios intereses y la búsqueda de sus propios contratos, sus propias licitaciones y su propia gente. Gente con la que se cometen los mas grandes desfalcos y robos. Como votantes tenemos la sagrada responsabilidad de estudiar las propuestas y votar por quien realmente pretenda mejorar y proveer seguridades hacia la niñez y la juventud.
Sin duda, hay significativos avances en cuanto a la atención que prestan algunos países a los temas de la Primera Infancia, esto debe fortalecerse con la generación de mecanismos mediante los cuales, los compromisos de invertir frente a los requerimientos del desarrollo infantil integral, trasciendan la coyuntura política; para esto, también es imprescindible trabajar para que desde toda instancia ciudadana, se dimensione debidamente lo fundamental de los derechos de la Primera Infancia y la necesidad de servicios de calidad para garantizar un desarrollo infantil que además posibilite superar brechas para el desenvolvimiento integral durante toda la vida.