© Blog Primeros Pasos de la División de Protección Social y Salud del BID
por Filipa de Castro y Jean Marie Place
Tanto en México, como a nivel global, la depresión es la principal amenaza a la salud mental de las madres, sobre todo en contextos de vulnerabilidad socioeconómica y marginación. Varios estudios indican que la depresión es prevenible, detectable y tratable, reduciéndose de manera significativa sus efectos negativos a corto y largo plazo.
¿Cómo afecta la depresión materna al desarrollo infantil?
Cuidar a un bebé o a un niño pequeño es una tarea demandante que puede ser estresante y agotadora hasta para una mamá que no esté deprimida. Las mujeres con depresión experimentan sentimientos de tristeza y sienten que tienen poca energía para afrontar esas demandas. Además de sentir que no puede cuidarse a sí misma, la mamá que está deprimida siente que no puede cuidar bien a su bebé. La depresión puede comprometer la capacidad de la mamá a interpretar correctamente las necesidades de su bebé y a pensar que este llora con la intención de molestarla. Estos pensamientos la pueden hacer sentir enojada, impaciente y puede causar que tenga mayor dificultad para calmar al bebé cuando este llora, o necesita atención.
Los efectos de la depresión materna en la salud neonatal e infantil son particularmente severos en el contexto de desventaja social y pobreza, asociándose a desnutrición, mayores tasas de enfermedad diarréica, interrupción precoz de la lactancia y problemas de crecimiento. Los hijos de madres deprimidas presentan mayor riesgo de ser prematuros y de nacer con bajo peso. La depresión perjudica el establecimiento del vínculo afectivo bebé-madre, y la calidad de la relación parental. Los hijos de madres deprimidas presentan mayor riesgo de padecer problemas socio-emocionales, de desarrollo cognitivo y lingüísticos. En consecuencia, estos niños tienden empezar la escuela sin estar listos para el proceso de aprendizaje, lo que compromete su desempeño académico. Los hijos de madres deprimidas están también más expuestos al maltrato, a la negligencia y a los accidentes.
¿Qué sabemos sobre la depresión materna en México?
Durante los últimos años el Instituto Nacional de Salud Pública de México ha investigado los aspectos epidemiológicos y de los sistemas de salud relacionados con la salud mental de las mujeres en edad reproductiva. Un estudio comunitario con mujeres atendidas en un hospital público urbano en el periodo postnatal, estimó la prevalencia de la depresión en un 14%. Estimativas más recientes indican que, a nivel nacional, 1 en cada 5 mujeres con hijos menores a 5 años presentan sintomatología depresiva.
Nuestros estudios han identificado de manera consistente algunos factores de riesgo para la depresión materna entre mujeres mexicanas. Notablemente, la violencia interpersonal por parte de la pareja, que incluye el abuso emocional, físico o sexual es uno de los factores más fuertemente asociados a la depresión materna. Otros factores de riesgo incluyen el bajo apoyo social, el embarazo no deseado, el bajo nivel de educación, y el no tener un compañero afectivo.
La identificación de los factores que ponen a las mujeres en riesgo de presentar depresión es un paso fundamental para fortalecer programas preventivos. Nuestras estimativas indican que la depresión en la etapa postnatal podría ser reducida del 14% al 5.5% a través de programas enfocados en eliminar la exposición a violencia interpersonal, al embarazo no deseado y al bajo apoyo social.
¿Por dónde debemos de empezar a reducir los efectos negativos de la depresión materna?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés) recomiendan un conjunto de acciones concertadas para mejorar la salud materno-infantil, las cuales incluyen reducir los factores asociados a la depresión materna y aumentar la disponibilidad de intervenciones de bajo costo para mejorar la salud mental materna. La implementación integral de estas recomendaciones en México es una tarea pendiente, y requiere de la incorporación de la salud mental a los sistemas de salud existentes, la reducción de estigmas, la detección temprana, y la inversión en la investigación de intervenciones eficaces.
Además de intervenciones en contexto clínico, es muy probable que la depresión materna también se pueda prevenir y tratar a través de una combinación de intervenciones basadas en evidencias sostenibles y escalables orientadas hacia la población más vulnerable. En un país con recursos restringidos como México, tiene sentido invertir en abordajes de bajo costo y poco demandantes en términos técnicos, incluyendo apoyo social, grupos terapéuticos y visitas domiciliarias hechas por trabajadores comunitarios los cuales han demostrado resultados positivos en reducir la sintomatología depresiva en mujeres en países en desarrollo.
Finalmente, es necesario que los formuladores de políticas apoyen acciones que prioricen el cuidado de mujeres con depresión, fijando pautas de práctica clínica dirigidas específicamente a los problemas de la salud mental materna, ya que los beneficios de identificar y atender un caso de depresión materna son, muy probablemente, mayores a los gastos asociados. Es necesario que los profesionales de la salud reconozcan la intersección que existe entre la salud mental, la salud materna y el desarrollo infantil.
¿Qué sabes sobre la prevención, detección y tratamiento de la depresión materna en el sistema de salud de tu país? Comparte esta nota para generar diálogo sobre este tema tan importante.
Filipa de Castro, PhD, es profesora e investigadora en el Centro de Investigaciones en Salud Poblacional, Instituto Nacional de Salud Pública, México.
Jean Marie Place, PhD, es profesora del Departamento de Fisiología y Ciencias de Salud de la Universidad de Ball State en Muncie, Indiana, USA.
Concepción García Morales dice
Buenos días:
Un amigo me compartió la web de su artículo, es muy interesante lo que aquí comentan y varias personas estamos más que de acuerdo con lo que nos comparten.
Soy nutrióloga en el INCMNSZ, pero dentro de poco ingresaré a la maestría en el INSP. Desde hace años el MSP Marco César Glz y una servidora hemos implementado esrategias enfocadas a generar espacios agradables para las madres de familia ya que observamos que las madres de niños que presentan desnutrición moderada y grave tienen situaciones a nivel personal y familiar que afectan su estado de ánimo y por ende su visión para hacer frente a problemas cotidianos y relacionados a la salud propia y de sus familiares directos. Ojalá algún día les podamos compartir más al respecto. Hasta pronto y gracias por su artículo.
Filipa de Castro dice
Estimada Concepción, muchas gracias por tu comentário. Como dices hay muchos vinculos entre el estado nutricional de los niños y su entorno familiar, incluyendo la salud mental de sus progenitores. Suerte en tu maestria!
Mauro Ramirez dice
Es un error la tendencia generalizada de victimizar al género femenino, porque se llegan a aberraciones que pretenden colocarse como postulados cuasi científicos.
En primer lugar y que quede claro, nadie podrá estar en desacuerdo que la atención a las mujeres es una prioridad social. Pero no se puede hablar de “Depresión Maternal” en una situación que nada tiene que ver con la maternidad por sí misma como causa de depresión. Es simplemente depresión, punto. Y tiene que ver con los problemas económicos principalmente y los del tipo interpersonal con su pareja. Llegar a la ridiculez de que porque está deprimida (y lo más probable es que lo esté) sea una sencilla justificación para que no asuma su papel de madre, eso es otra cosa. La victimización de género olvida que también al hombre le afectan emocionalmente los problemas económicos y las dificultades interpersonales. Pero como se parte del principio de que todo hombre es un torturador e irresponsable hasta que demuestre lo contrario, se llegan a conclusiones risibles. Cosas de los clichés sociales contemporáneos. Y para éste tipo de “investigaciones” se gastan los presupuestos? Y para que no se piense que sólo es una contraposición masculina, dirijo proyectos que ayudan a las niñas, base del real empoderamiento a aprender a codificar y fomentarles el gusto por las tecnologías de la información y a las mujeres a ser verdaderas empresarias, no vendiendo dulcecitos o figuritas de migajón, sino empresas verdaderamente productivas y al menos en el equipo de éstas mujeres de lucha que no nacieron en cuna de oro por cierto, tienen el remedio contra la depresión: Carácter.
Filipa de Castro dice
Muchas gracias por tu comentario, nos da gusto que la nota haya generado tu interés y nos permitimos aclarar algunos puntos que tal vez no queden claros.
Nuestra intención no fue la de victimizar al género femenino, sino de reportar lo que epidemiológicamente se designa como un factor de riesgo, ó el riesgo relativo de presentar una enfermedad. La observaciones reportadas se basan en un procedimiento de inferencia estadística que ciertamente podrá tener limitaciones, sin embargo la naturaleza probabilística de los estudios que estamos reportando nos da alguna seguridad de las afirmaciones que se hacen.
El término Depresión Materna, no lo designamos los autores de esta nota. Sino que es una entidad nosológica utilizada internacionalmente para designar a la depresión que ocurre entre madres de niños y niñas. Si consultas algunos de los enlaces que están disponibles en la nota podrás constatar que el término es utilizado globalmente por la Organización Mundial de Salud y por publicaciones científicas prestigiadas.
Como bien mencionas la depresión es un problema determinado multifactorialmente, en nuestra nota nos limitamos a reportar los factores que se han identificado en los estudios que mencionamos. Nuestra intención al describir la asociación entre la depresión materna y el desarrollo infantil no fue la de justificar las dificultades que experimentan las madres deprimidas en atender y cuidar a sus hijos, sino la de identificar las vulnerabilidades que enfrentan las familias en este contexto y que justifican la implementación de un conjunto de acciones de salud publica específicamente orientadas a la población que experimenta estas dificultades. En términos de acceso a los sistemas de salud es fundamental apoyar a las mujeres a recibir la atención que necesitan pues aun en lugares en donde los servicios de atención están disponibles es posible que otras barreras como el costo, la culpa, la vergüenza, el miedo, y actitudes estigmatizantes por parte de los proveedores y de la sociedad en general inhiban a las mujeres de acceder y beneficiar de atención adecuada.
Finalmente, no nos fue posible elaborar suficientemente sobre la importante asociación de la violencia con la depresión materna. A este respecto lamentablemente los datos son inequívocos en demonstrar que el problema va mucho mas allá de ser un cliché social contemporáneo. Te invito a consultar las cifras oficiales sobre ello que indican por ejemplo que 1 en cada 4 mujeres sufre violencia por parte de su pareja durante el embarazo[1].
Finalmente, pensamos que este y otros temas e salud publica se enriquecen a partir de la discusión de ideas como la que se promueve en este blog. ¿Crees que el mensaje sobre este importante tema podría ser abordado de otra manera? Te agradecemos cualquier sugerencia adicional que nos quieras hacer.
[1] Violencia contra las mujeres: un reto para la salud publica en Mexico [en linea]. Mexico: Instituto Nacional de Salud de Mexico; 2003. [fecha de acceso 5 noviembre 2013]. URL disponible en: http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Ceameg/violencia/sivig/doctos/envim03.pdf
derling dice
Este artículo es muy cierto y Mauro Ramirez estas muy mal, te contradices tu solo.Tan solo investiga que hay diferentes tipos de depresión… estas mal te falta capacidad en el tema… Excelente articulo.
C.Nayeli Alcantara dice
BUENA TARDE:
Primeramente quiero mencionar que este articulo me parece interesante, sin embargo siento que falta profundizar mas en el tema, ya que la falta de información es precisamente lo que evita muchas veces el poder detectar todos los síntomas de la depresión.
Debo admitir que no estoy totalmente en desacuerdo con Mauro Ramírez, ya que considero que sus conceptos no están tan alejados de la solución a este problema, en este caso, desde mi punto de vista es precisamente la victimizacion hacia las personas que padecen este problema lo que hace que agrave, creo que muchas veces y me atrevo a decir que por experiencia propia, atravesamos la delgada línea entre los síntomas del embarazo (sueño y falta de energía) y la depresión, es decir; sin darnos cuenta ya tenemos un padecimiento que requiere la mas rigurosa atención en cuanto a salud mental, mas creo que en muchas ocaciones cuando una persona menciona y por fin acepta que esta deprimida, lo que hacen las personas alrededor de ella es “apapachar” la enfermedad.
Creo firmemente que si bien hace falta tener el conocimiento y el valor para admitir este padecimiento; es aun mas difícil mas no imposible ponerle solución, y como comentaban es falta de carácter y decisión, es cuestión de perspectiva pero creo que lo mas importante es dar el paso inicial, y tomar las riendas de nuestras vidas, tomando el control de nuestras emociones, y encausarlas, el buscar ayuda profesional sirve de mucho, sin embargo es cuestión personal el poder salir de ese estado.
Es de preocuparse todas las consecuencias que vive un niño cuando su madre es depresiva, mas aun durante el embarazo, es por eso que pienso es interesante las soluciones que mencionan en el articulo, a manera social, pero creo que llevarlo a un modo mas personalizado es lo que de verdad vale.
Me quedo reflexiva, agradezco la información y sin duda es algo para compartir.
Daniela Romo Gonzalez dice
Hola, quisiera saber si es posible que las autoras me recomienden artículos de investigación en español sobre el tema??? Me interesa mucho, de verdad estaria muuy agradecida ya que estoy realizando mi tesis sobre el tema depresión materna, vínculo y efectos en el desarrollo. Gracias de ante mano.