por Rafael Pérez-Escamilla, PhD
Este post fue escrito para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Se estima que mejorando mundialmente los índices de lactancia materna exclusiva se podría evitar la muerte de 800.000 niños y niñas por año. La buena noticia es que ahora disponemos de herramientas basadas en evidencia para promover con éxito la lactancia materna no solo a pequeña escala sino también a una muy grande. ¿Qué tal si pensamos en reparar las bajas tasas de lactancia en América Latina y el Caribe utilizando engranajes?
Recientemente dirigí un grupo de investigadores de Yale para identificar los ingredientes clave de los programas nacionales de lactancia que se han probado efectivos y para encontrar cómo engarzarlos en un solo modelo. Nos concentramos en revisar la literatura científica, informes de estudios de caso nacionales de agencias internacionales –entre ellas UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS)– y en realizar entrevistas en profundidad a los formuladores de políticas de lactancia. Comparándolo con un motor, el modelo resultante fue denominado “Modelo de Engranaje de la Lactancia Materna”. Este modelo identificó los “engranajes” clave que hay que poner en su lugar para que los programas o “motores” promuevan exitosamente comportamientos de lactancia óptimos, incluida la lactancia exclusiva durante seis meses.
El primer “engranaje” es la sensibilización basada en evidencia que eventualmente conduce al apoyo político (segundo “engranaje”) que se necesita para promulgar una legislación (tercer “engranaje”) y asegurar la liberación de recursos (cuarto “engranaje”) para la formación e implementación de iniciativas basadas en la comunidad como la Iniciativa Hospital apropiado para bebés de UNICEF/OMS (inglés) y los modelos comunitarios de lactancia con apoyo de madres para madres (quinto “engranaje”). Los programas nacionales exitosos también han desarrollado campañas comunicacionales de promoción de cambios de comportamiento, que utilizan exhaustivamente medios de difusión y principios de mercadeo (sexto “engranaje”). Esos programas han invertido en evaluaciones de proceso e impacto para entender cómo funciona el sistema en su conjunto (séptimo “engranaje”).
El trabajo de los “engranajes” periféricos del modelo está conducido por un comité nacional de lactancia (“engranaje” maestro) que establece y monitorea las metas, recomienda mejoras en el sistema y proporciona una estructura flexible, que es descentralizada pero permite una fuerte coordinación desde el nivel municipal hasta el estatal y nacional. Esto, por supuesto, demanda disponer de sistemas de gestión de la información adecuados.
Ahora bien, ¿qué es lo importante aquí? ¿Por qué son relevantes los modelos prácticos de ampliación basados en evidencia como el “Modelo de Engranaje de la Lactancia Materna”? Porque proporcionan una hoja de ruta de fácil comprensión que permite a los responsables de la toma de decisiones priorizar las inversiones de modo que los complejos sistemas de salud pública, incluidos los programas nacionales de promoción de la lactancia, puedan ser ampliados exitosamente. Por ejemplo, recientemente tuve el agrado de asesorar a un ministro de salud que estaba perplejo porque los índices de lactancia materna exclusiva en su país no mostraban mejoras pese a que él había brindado el más alto nivel de apoyo político.
Luego de compartir con él el “Modelo de Engranaje de la Lactancia Materna”, entendió inmediatamente que la mayoría de los “engranajes” en su país o no estaban en su lugar o necesitaban una afinación o reparación urgentes. Como resultado, se recomendaron acciones inmediatas que incluían la adopción de una legislación para mejorar el apoyo a la lactancia materna en los lugares de trabajo, la aplicación del código de la OMS para la comercialización ética de los sustitos de la leche materna y el lanzamiento de un proceso de recertificación de las instalaciones “apropiadas para bebés”.
Considero que la ciencia de ampliar los programas de salud pública continuará dando pasos significativos en los próximos años. Me siento orgulloso de que el sector de la lactancia materna ya haya hecho –y continuará haciendo– enormes contribuciones a aquello que, en última instancia, debería ser lo más importante – garantizar a todos el acceso a servicios que sean costo-efectivos y cuya efectividad esté comprobada. Pienso que hace dos décadas tomé la decisión correcta cuando enfoqué mi disertación doctoral en la promoción de una conducta que, en mi México natal, ha resultado ser una de las maneras más costo-efectivas de promover el bienestar de los niños, las niñas y las mujeres del mundo entero: ¡la lactancia materna!
Rafael Pérez-Escamilla, PhD es Profesor de Epidemiología y Salud Pública en Yale School of Public Health.
Más información sobre este modelo puede encontrarse en: Pérez-Escamilla, R.; Curry, L.; Minhas, D; Taylor, L.; Bradley, E. Scaling up of breastfeeding promotion programs in low- and middle-income countries: the “breastfeeding gear” model. Adv Nutr. 2012 Nov 1, 3(6):790-800.
Cristiano Boccolini dice
Ótimo post sobre as “engrenagens” que movimentam e impulsionam a prática do aleitamento materno: o Brasil segue sendo um exemplo prático de como cada uma dessas engrenagens podem se articular para a promoção, proteção e apoio ao aleitamento materno. – Saludos desde Brasil