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El nivel de ingreso es uno de los factores más importantes que determinan la calidad de una vivienda. No obstante, estudios demuestran que, aun en el mismo nivel de ingreso, es más probable que los hogares con jefatura femenina, o compuestos por poblaciones diversas, no tengan una vivienda adecuada.
Las causas detrás de esta sobrerrepresentación son complejas y múltiples. Por ejemplo, las mujeres sufren desventajas en el mercado laboral que las llevan a trabajar en mercados informales con pagos menores, sin seguridad social o sin acceso a créditos. De igual forma, las personas LBGTQ+, con discapacidad, afrodescendientes e indígenas son discriminadas, tanto en mercados de vivienda, como de crédito, lo que limita sus posibilidades de acceder a una vivienda de calidad.
En este blog, que forma parte de una serie sobre el Foro de Vivienda 2022 del Grupo BID, abordaremos la importancia de impulsar el desarrollo de viviendas adecuadas y que busquen promover la igualdad de género y de poblaciones diversas.
¿Qué es una vivienda adecuada?
En América Latina y el Caribe (ALC), existe un robusto marco normativo en apoyo a la accesibilidad equitativa a la vivienda, tal como evidencia la ratificación de los tratados internacionales relativos a este tema. Además, las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se vinculan con la producción y el acceso equitativo a la vivienda adecuada, segura y sostenible, y especialmente a las soluciones que dan respuesta a las necesidades de la población en áreas urbanas marginales, y zonas rurales empobrecidas.
Fuente: ONU-Hábitat, 2018
Para lograr estos objetivos, no basta con aumentar el stock de viviendas de bajo costo. El desafío es lograr que éstas se adecuen a las características culturales, tecnológicas y ambientales de los hogares. De acuerdo con ONU-Hábitat, para que una vivienda sea adecuada debe tener los siguientes siete elementos:
- Asequibilidad
- Seguridad de tenencia
- Disponibilidad de servicios, materiales e infraestructura
- Ubicación
- Adecuación cultural
- Accesibilidad
- Habitabilidad
Fuente: ONU-Hábitat, 2018
El desafío de la equidad en el acceso a la vivienda adecuada
En nuestra región, 1 de cada 4 hogares está liderado por una mujer. Estos hogares tienen mayor posibilidad de sufrir altos niveles de pobreza y de pobreza extrema, vivir en una vivienda hacinada, sin servicios básicos de conexión de agua, sanitarios y de electricidad, o construida con materiales deficientes, o compartida con otro hogar. Además, la mayoría de estos hogares carecen de una titulación irregular. Los datos más recientes estiman que solo el 25% de los propietarios de tierras en ALC son mujeres, tanto en contextos urbanos como rurales. Algunas razones de estas barreras son que las mujeres tienen un menor acceso a educación, salud, seguridad laboral y una mayor carga de cuidado. A su vez, y aunque la exposición a eventos climáticos violentos y a la contaminación ambiental no están contemplados en la data oficial sobre déficit de vivienda, existe evidencia que mayor porcentaje de los hogares con jefatura femenina se localizan en áreas de alta vulnerabilidad ambiental.
A su vez, se estima que, 1 de cada 5 hogares en pobreza extrema y con malas condiciones habitacionales, tiene un familiar con discapacidad. Asimismo, los hogares afrodescendientes tienen el doble de probabilidad de vivir en barrios pobres o informales comparado con los hogares no-afrodescendientes. En el caso de los hogares indígenas, alrededor del 36% vive con condiciones deficientes y tienen 90% menos probabilidades de acceder a una vivienda adecuada. Además, tomando en cuenta la falta de data sistémica en las personas LGBTQ+ en ALC, se estima que constituyen entre el 20% y el 40% de las poblaciones sin hogar en el mundo, y muchos de ellos son rechazados en refugios para personas sin hogar.
¿Como reducir el déficit habitacional con un enfoque inclusivo?
La Visión 2025 del BID tiene como uno de sus ejes prioritarios, la igualdad de género e inclusión de grupos diversos. Por ello, nuestros programas abordan esta perspectiva de manera transversal al incluir intervenciones que beneficien de manera directa a los hogares con jefatura femenina y grupos diversos.
Algunos ejemplos de políticas o programas que el BID está apoyando para superar estos déficits son:
Subsidios habitacionales con priorización para mujeres y poblaciones diversas.
El “Programa de Integración Urbana de Campamentos” recientemente aprobado y con duración al 2026, fue diseñado en conjunto con el Programa de Campamentos de Chile. Su objetivo es mejorar la integración urbana y habitabilidad de hogares nacionales y migrantes residentes campamentos. Priorizará subsidios de vivienda a personas indígenas, muchas de ellas mujeres cabezas de familia, que habitan dichos asentamientos informales. Según el censo de 2017, en las áreas urbanas Metropolitana (30,1%), Araucanía (19,6%) y los Lagos (13,1%) son las que abarcan la mayor concentración de población indígena residiendo en campamentos chilenos.
Favorecer la titulación de vivienda para mujeres o compartido con su pareja.
El Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD), el cual fue recientemente aprobado, fue diseñado en conjunto con el Ministerio de Turismo (MITUR) de República Dominicana. Su objetivo es revitalizar la CCSD en sus aspectos urbanos, económicos y de turismo cultural. Proveerá asistencia técnica para regularizar títulos de propiedad, priorizando la regularización de títulos pertenecientes a mujeres jefas de familia o compartidos con su pareja. De igual forma, se priorizará a mujeres, personas con discapacidad y personas de la tercera edad como beneficiarios en el mejoramiento físico de sus viviendas. Según datos de Hábitat para la Humanidad (2021), en CCSD 65% de las jefaturas de hogar son mujeres, de las cuales más del 67% es mayor de 56 años.
Construcción de vivienda inclusiva con accesibilidad universal.
En la “Primera operación individual bajo la CCLIP Soluciones de Vivienda para hogares pobres y vulnerables” diseñado en conjunto con el Ministerio de Vivienda de Ecuador, tiene entre sus objetivos construir viviendas con accesibilidad universal, brindando mayor autonomía a las personas con discapacidades motoras y cuidadores primarios. Este programa también beneficio los títulos de propiedad a nombre de mujeres o compartidos con su pareja y asignó un porcentaje de subsidios de vivienda hacia mujeres y personas con discapacidad. Inicialmente, el programa se había propuesto entregar el 22% de los subsidios a mujeres jefas de hogar y el 6% a personas con discapacidad del total de subsidios entregados. A marzo de 2022, estos números han sido superados con el 32% del total de subsidios entregados a mujeres jefas de hogar y el 17% a personas con discapacidad.
El Grupo BID, líder en la creación de vivienda con enfoque de género y diversidad
Para reducir el déficit de vivienda en ALC es fundamental orientar nuestras intervenciones y políticas públicas hacia las necesidades habitacionales de mujeres y poblaciones diversas. Por ello, el Grupo BID organizó el Foro de Vivienda 2022 los días 29 y 30 de septiembre en Washington DC, donde se abordaron éstos y otros temas de gran importancia para el reducir el déficit de vivienda en la región.
A continuación, puede acceder al vídeo íntegro del panel “Atención del déficit habitacional de población vulnerable con énfasis de equidad género y diversidad” del Foro de Vivienda 2022, que tuvo lugar el 30 de septiembre de 2022.
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