La construcción de viviendas puede jugar un papel clave en la reactivación económica de América Latina y el Caribe (ALC). En anteriores entradas hemos debatido sobre la importancia de este sector para la economía y la sociedad a través de sus impactos directos (como fuente de empleo) e indirectos (como catalizador de seguridad, bienestar, salubridad, etc). Hoy nos gustaría ir un paso más allá, y reflexionar sobre la necesidad de contar con un sector de la construcción de viviendas sostenible e inclusivo. ¡No te lo pierdas!
La construcción de vivienda tiene un rol clave reactivando la economía
El sector vivienda es uno de los principales pilares económicos a nivel mundial. En lo que a las economías emergentes se refiere, las inversiones en vivienda y sus servicios representan entre el 6,9 y el 18,5 % del PIB . Y si nos acercamos hasta ALC, la inversión pública en vivienda social, en redes de suministro de agua y alumbrado eléctrico alcanzó el 19,7% del PIB en 2019.
La llegada de la pandemia hizo disminuir la actividad constructora en la región (con su correspondiente impacto en la reducción del número de empleos, etc.). No obstante, el sector fue de los primeros en reactivarse. En este sentido, podemos considerar a la construcción como un motor con efecto tractor para el resto de la economía, dada la gran cantidad de sectores que dependen de él. Sin ir más lejos, la Asociación de Constructores Positivos de Ecuador afirma que, durante 2021, y tras el parón de 2020, se observó un auge inusitado del 20% de venta de materiales de la construcción enfocados en las remodelaciones de vivienda.
La construcción crece y lo hace por la necesidad que tienen tanto el sector público (al considerarlo como una palanca clave para reconstruir mejor y crear empleos), como el sector privado (en busca de la rentabilidad). Debemos aprovechar este interés para que la construcción de viviendas crezca de una manera sostenible e inclusiva.
¡Hagamos la construcción de vivienda más sostenible!
ALC contribuye con el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y sólo el 2.2% del total de las inversiones se consideran ambientalmente sostenibles. A pesar de estos datos, la región puede liderar la acción global contra el cambio climático. ALC cuenta con ventajas comparativas verdes, como son su potencial en electricidad renovable (solar, eólica y geotérmica), así como un gran capital natural (agua, árboles, biodiversidad).
Es gracias a sus recursos que nuestra región puede contribuir a mejorar la sostenibilidad del sector de la construcción en todos sus eslabones. De esta manera se generarán beneficios de doble dividendo:
- Con la mitigación de las emisiones de GEI
- Gracias a la mejora de las condiciones de habitabilidad mediante el aprovechamiento eficiente de las condiciones ambientales y socioculturales del entorno
- Al promover soluciones económicas congruentes con políticas de desarrollo urbano y ordenamiento territorial
Además, no debemos olvidar que, para lograr viviendas más sostenibles y resilientes, los códigos de construcción son una herramienta fundamental. Lamentablemente, los códigos actuales están lejos de ser universales, y en los países en donde se implementan, generalmente no están alineados con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas para 2050.
Regulación y certificaciones:
En materia regulatoria, el papel de las autoridades competentes el sector es vital, por lo que deberían asumir su responsabilidad:
- Asegurando la sostenibilidad ambiental
- Respetando las zonas de protección ambiental
- Impulsando la construcción sostenible a través de tipologías de vivienda adaptadas a los diferentes pisos climáticos, garantizando el confort térmico
- Incorporando el uso responsable de materiales locales ambientalmente sostenibles
- Optimizando el consumo de energía y agua potable
- Impulsando la gestión de desechos tanto de construcción como de generación doméstica
- Velando por el cumplimiento de medidas de protección para trabajadoras y trabajadores de la construcción.
Todos estos esfuerzos pueden verse reconocidos con certificaciones de construcción sostenible. Estas permiten evaluar el desempeño ambiental e impulsar estrategias de eficiencia energética, salud y bienestar, transporte o innovación. Dentro del contexto de ALC existen varios sistemas de certificación:
- EDGE o RESET para Edificaciones Sostenibles en el Trópico (en Ecuador, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda está trabajando para la certificación EDGE de sus viviendas de interés social, con la ayuda del BID, y en el desarrollo de su propia certificación nacional)
- Sellos nacionales que permiten impulsar metas locales de sostenibilidad, como CES en Chile, EcoCasa en México, Casa Colombia, Sistema de evaluación ambiental de MUPI en Ecuador, o Casa Azul en Brasil.
¡Hagamos la construcción de vivienda más inclusiva!
El sector de la construcción de vivienda tiene como protagonistas a los hombres, pues esta actividad está asociada con la fuerza física. A pesar de que las mujeres son las principales gestoras en el acceso a vivienda, el sector no suele considerarlas como constructoras. Según la OIT, la tendencia de las brechas de género en la economía general se refleja en una menor participación laboral femenina con salarios más bajos. Sin embargo, la reactivación económica nos debe invitar a promover la inclusión de mujeres en el sector. Esto debería darse tanto en el diseño, construcción y comercialización de viviendas, como impulsando procesos de capacitación técnica e involucramientos en la toma de decisiones, entre otros.
Las consideraciones de inclusión de género cumplen un rol importante dentro de todo el
ciclo de vida de los proyectos de vivienda. Deben estar presentes desde la planificación, diseño y construcción, hasta su uso y mantenimiento en pintura, colocación de cerámicas, instalaciones eléctricas y sanitarias, etc. Su involucramiento fortalece las capacidades de liderazgo de las mujeres, cualifica su mano de obra ampliando sus oportunidades de generar ingresos, ahorros al realizar trabajos en sus viviendas o prestando servicios en sus comunidades. Existen pocas experiencias de mujeres constructoras en la región, pero son significativas. Éstas son algunas de ellas:
- Asociación de Mujeres en la Construcción (ASOMUC) de la Paz, Bolivia
- Programa Mujeres en la Construcción en Guayaquil, Ecuador
- Proyecto Arquitectura en la Periferia Mujeres Belo Horizonte, Brasil
Por un presente más verde e inclusivo
Construyendo viviendas de manera más sostenible e inclusiva, reducimos el déficit habitacional, a la vez que maximizamos el potencial del sector como reactivador de la economía. Todo ello, mientras ofrecemos la oportunidad de participar a poblaciones en situación de vulnerabilidad y cuidamos el planeta.
¿Conoces otras experiencias de mujeres en la región? ¿Qué beneficios climáticos adicionales consideras relevantes para el sector de la construcción? No dudes en escribirnos en la sección de comentarios. Estaremos encantadas de leerte.
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