Desde hace más de 35 años, el primer lunes de octubre se celebra el Día Mundial del Hábitat. Las Naciones Unidas designaron este día para reflexionar sobre el estado de nuestros hábitats y sobre el derecho básico de todos a una vivienda adecuada. Por ello, no queríamos dejar pasar la oportunidad de analizar hoy la situación del sector y su importante papel en la recuperación económica sostenible de nuestra región.
El sector de la vivienda, al igual que muchos otros en América Latina y el Caribe (ALC) ha sido severamente afectado por la crisis económica, humanitaria y de salud que desató el COVID. Este nuevo escenario, y teniendo en cuenta la Declaratoria de Habitat III y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), nos debería hacer reflexionar acerca de laimportancia de promover una innovación disruptiva que impulse la Nueva Agenda Urbana (NAU), los ODS, el crecimiento económico y el empleo. Así mismo, debe prestarse una mejor y más decidida atención al déficit habitacional evitando la discriminación a población vulnerable y respetuosa con el cambio climático. Todo esto debe llevarse a cabo con una mayor participación de recursos privados, dada la escasez fiscal que presentan los países en la Región ALC.
El sector vivienda y la Agenda 2025 del BID: hacia una recuperación sostenible
El sector de la vivienda es de gran importancia para el desarrollo sostenible de nuestra región. Sus efectos tienen un impacto directo e indirecto en muchos más campos que la mera creación de espacios habitaciones. Por ello, en la línea marcada con la Visión 2025 del BID, el fomento del sector vivienda se presenta como una magnífica herramienta para favorecer la recuperación sostenible y resiliente en ALC.
Los impactos directos en la reactivación económica son bastante evidentes: el sector de la construcción supone un 13.1% del PIB nacional en la región, del cual la construcción residencial representa el 45% del total. Así mismo, es un motor en la creación de empleo de nuestra región (hacia finales de los años 90 la construcción generaba el 6 y 9.4% del empleo urbano), donde se tocan 78 ramas de la economía de acuerdo con la cuenta satélite de vivienda del INEGI. Los impactos indirectos del sector de la vivienda son igualmente beneficiosos para la recuperación de la región: puede promover condiciones de salubridad y productividad básica en los hogaresy seguridad a las poblaciones vulnerables:acceso a agua, saneamiento, conectividad, ventilación y disposición de habitaciones aisladas.
A diferencia de otros continentes que no cuentan con un Bono Demográfico, el sector de vivienda en ALC tiene una gran brecha, pero también un gran potencial de crecimiento. Este potencial puede ser aprovechado para el cumplimiento de las Agendas anteriormente descritas ya quede acuerdo con datos de ONU Habitat, en 1990 ALC contaba con un rezago habitacional de 51 millones de hogares. A su vez, dada la pirámide poblacional de varios países de la región, este déficit se incrementa anualmente con formación de hogares. Los datos no dejan lugar a dudas: 45% de la población tiene algún déficit de vivienda, pasando del 20% en Chile a más del 75% en Bolivia.
Cadena de Valor de la Vivienda: impulsando la NAU, los ODS y la recuperación económica
Para reimpulsar el sector vivienda en LAC se necesita:
- Un estudio profundo de su Cadena de Valor de la Vivienda (CVV) con todos los “stakeholders” relevantes
- Identificar eslabones débiles de la CVV
- Reformas Estructurales: reforma a marcos normativos, institucionales y gobernanza
- Productos de financiamiento, subsidio y fiscales de innovación disruptiva con alienación a la NAU, los ODS y empoderamiento y participación del sector público, privado y social.
El modelo teórico de Cadena de Valor (CV), fue creado en 1985 por Michael Porter en 1985 en base a un análisis utilizado previamente por Mckinsey & Co cuyo objetivo era mejorar la rentabilidad de las empresas. En el BID se ha adoptado este modelo para realizar un análisis estratégico que aborde aspectos económicos, sociales, ambientales, culturales, territoriales y tecnológicos del sector de la vivienda.
Metodológicamente, este modelo permite examinar en detalle cada uno de los eslabones que integran la CVV (oferta y demanda) en cada país ubicando relaciones y conexiones entre eslabones, tensiones, vacíos, potencialidades y capacidades. Gracias a ello, nos proporciona un modelo para entender cómo funciona el sector vivienda y, a su vez, delinea propuestas de innovación disruptiva que potencian al sector conforme al siguiente esquema:
CVV también se entiende como la secuencia de actividades y partes involucradas en el proceso productivo, que proveen o reciben valor en forma de soluciones de vivienda para atender el déficit habitacional.
Dentro del estudio de la cadena de valor se consideran temas tan variados como:
- Oferta de suelo para vivienda asequible y accesible
- Registros públicos de la propiedad y Catastros
- Licencias y permisos de construcción y remodelación
- Financiamiento a mejoramiento, ampliación y remodelación vivienda nueva y en renta
- Titulación, entre otros.
Del lado de la demanda destacan temas como:
- Asequibilidad y accesibilidad a créditos hipotecarios, subsidios y microfinanciamiento para población informal y vulnerable,
- Asociaciones Público Privadas (APPs), Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (FIBRAS) o (Real Estate Investment Trusts) REITs para vivienda en renta
- Seguro de crédito a la vivienda y garantias
- Bursatilización de hipotecas y microfinanciamientos y Covered Bonds, entre otros.
Los estudios de la CVV promueven más operaciones público-privadas para un SECTOR SOCIALMENTE RESPONSABLE, que impulse:
a) Rentabilidad social (vivienda adecuada con derecho a la ciudad, accesible y asequible con especial atención a población vulnerable),
b) Rentabilidad económica (crecimiento del PIB de los países y generación de empleo)
c) Rentabilidad ambiental (vivienda sostenible que apoya al cambio climático y resiliente) desde los propios “stakeholders”
La Cadena de Valor de la Vivienda en la práctica: experiencias de la región
Este modelo de la CVV es un modelo de éxito que ya se llevó a cabo en México y Nicaragua. También se está desarrollando en la actualidad en Brasil y Ecuador, y está por iniciarse en Perú y Paraguay.
En el caso de México, a raíz del estudio de CVV, el país logró generar una derrama de financiamiento de Organismos Multilaterales de más de 3,500 millones de dólares en la última década, llegando a presentar el sector vivienda entre el 2012 y el 2014, sin considerar rentas imputadas, aproximadamente el 6% del PIB nacional y generó 3 millones de empleos anualmente.
La CVV aporta insumos para el diálogo con todos los “stakeholders” de cada país: sector público (Gobiernos nacionales y subnacionales), privados (bancos, constructoras, microfinancieras, fintechs), sociedad civil (cooperativas, asociaciones, organizaciones comunitarias, y población autoproducción), academia (universidades, Colegios de Profesionales) y tercer sector (ONG, fundaciones, etc.) y documenta experiencias y buenas prácticas de otros países para reducir el déficit habitacional.
A 5 años de la Declaratoria de la NAU y 6 años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, vale la pena utilizar el estudio de la CVV como herramienta transdisciplinar para cumplir con la Declaratoria de Quito e impactar a 13 ODS en colaboración con los “stakeholders” del sector vivienda y apoyar el crecimiento económico y de empleo en LAC:
Este es el primer blog de una serie donde se irán abordando cada uno de los estabones de la CVV. Por ello, si no quieres perderte ningún blog, noticia o publicación de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, regístrate aquí para recibir nuestro boletín mensual. Mientras tanto, estaremos encantado de conocer tu opinión sobre la importancia de la vivienda y la CVV para el desarrollo sostenible de la región en la sección de comentarios.
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