La mayoría de los recursos pesqueros marinos de captura se consideran próximos a su explotación plena en todo el mundo, y cerca de la mitad están ya completamente explotados.
Generalmente cuando uno piensa en sobreexplotación tiene la imagen de flotas enormes de barcos pesqueros internacionales, pero es la pesca en pequeña escala la que genera más de la mitad de las capturas marinas y continentales del mundo, casi todas ellas destinadas al consumo humano directo. Estas pesquerías emplean más del 90 % de los 35 millones de pescadores de captura que existen en el mundo y mantienen a otros 84 millones de personas empleadas en puestos asociados con la elaboración de pescado, su distribución y su comercialización.
Se estima que en la pesca artesanal o de pequeña escala en América Latina y el Caribe participan más de 2 millones de pescadores con un nivel de producción anual mayor a 2,5 millones de toneladas métricas, y valores de producción de aproximadamente 3.000 millones de dólares.
En Costa Rica, la pesca artesanal en pequeña escala representa el 80% de la flota pesquera, y es llevada a cabo por residentes costeros de bajos ingresos, la mayoría ubicados en la costa Pacífica. Es por eso que las iniciativas para mitigar el agotamiento de las reservas de pesca deben promover la gestión eficiente de las zonas de pesca artesanal y la organización de las comunidades de pescadores para que éstas puedan ejercer un mayor nivel de autorregulación y haya un uso más sostenible de los recursos.
Es clave que el proceso de formación de los pescadores se enfoque en acciones vinculadas al tema de medio ambiente que se puedan incorporar en los procesos operativos y prácticos de la actividad pesquera. Un ejemplo interesante que comparto con ustedes es la experiencia de capacitación a 17 comunidades pesqueras que se llevó a cabo en la provincia de Puntarenas en Costa Rica. Esta iniciativa formó parte de un proyecto para promover el manejo sostenible de los recursos marinos que se ejecuta en cooperación entre el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y la ONG Marviva, gracias al financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Recursos Costeros en Costa Rica from BIDtv on Vimeo.
En este vídeo, se muestra la importancia de desarrollar capacitaciones participativas, adaptadas a las necesidades y características de los pescadores artesanales. Idealmente estas capacitaciones dan como resultado pescadores no sólo capacitados en prácticas más sostenibles, sino también concientizados de sus responsabilidades para con el medio ambiente, motivados a hacer uso de sus conocimientos de forma sostenible, y empoderados a practicar la pesca como una actividad más allá de ser un medio de subsistencia.
La capacitación realizada en estas comunidades costeras no sólo generó espacios de discusión sino también dio a los pescadores artesanales la oportunidad de:
– Entender las regulaciones marítimo-pesqueras establecidas para el sector artesanal, como la importancia del período de veda, que para el caso del Golfo de Nicoya es de 3 meses al año durante los cuales está prohibido pescar.
– Clarificar conceptos y reconocer valores con el fin de desarrollar habilidades y actitudes para la conservación del ambiente. Por ejemplo, la aplicación del enfoque ecosistémico de la pesca para entender cómo la pesca enfocada en un número limitado de especies afecta la cadena trófica y por ende, la salud del ecosistema marino.
– Aplicar técnicas y procedimientos de buenas prácticas para el mejoramiento de la sostenibilidad de la pesca y del recurso. Aquí es clave el uso de artes de pesca legales que eviten o minimicen la captura de especies en estadio juvenil, y así asegurar sus ciclos de reproducción y mantener las poblaciones futuras.
La solución a los problemas pesqueros, y una buena parte de los ambientales, requiere de un cambio en la cultura del sector pesquero hacia una mayor responsabilidad ambiental y social. Es por ello que el sector debe evolucionar hacia el concepto de pesca responsable y el manejo pesquero basado en el ecosistema. Sólo una visión de largo plazo puede asegurar la sustentabilidad ecológica, económica y social de la pesca.
Pero los pescadores artesanales no son los únicos que deben tomar conciencia del uso sostenible del recurso pesquero. Nosotros, como consumidores, tenemos la responsabilidad de apoyar la pesca responsable, eligiendo productos sustentables a la hora de alimentarnos. Hoy en día es cada vez más fácil acceder a información sobre qué especies consumir y dónde comprar pescado certificado. Y aunque actualmente la pesca certificada está más enfocada al consumidor de Estados Unidos y Europa, existen ejemplos interesantes de compañías que apoyan la pesca local sostenible en nuestra región (cadena de restaurantes Wok en Colombia, distribuidora de pescado Product C en Costa Rica, entre otros). Preguntar acerca del origen del pescado que vamos a comprar cuando vayamos al supermercado o a un restaurante es un paso simple que todos podemos tomar. ¡Está en manos de cada uno de nosotros ser consumidores informados y conscientes!
Si te interesa el capital natural y la biodiversidad, siguenos en Twitter @BIDecosistemas.
Leave a Reply