Uruguay apuesta por la acción climática y su éxito se debe a políticas sólidas a nivel nacional, respaldadas por una fuerte participación del sector privado y la sociedad civil, que han adoptado favorablemente los conceptos de sostenibilidad; y a ambiciosos proyectos que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha tenido el placer de apoyar.
Los hitos alcanzados y los desafíos en los que el país toma impulso se han forjado sobre aspectos que los indicadores no siempre recogen, como la base de su capacidad institucional; la generación y transparencia de datos; y el marco financiero y fiscal. Veamos el apoyo que el BID otorga a Uruguay en estos tres aspectos fundamentales:
- Capacidad institucional
En el 2009 se crea el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, un grupo interinstitucional bajo la órbita del Ministerio de Ambiente, que comprende, entre otros ejes de trabajo, la elaboración y apoyo a la implementación de los compromisos del país ante el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, ratificado en 2016; y través de la cual se ha impulsado el desarrollo de un marco normativo y de acción que incluye: la Política Nacional de Cambio Climático, las contribuciones determinadas a nivel nacional, la Estrategia Climática de Largo Plazo, junto con una serie de otros instrumentos de gestión frente al cambio climático, como los Planes Nacionales de adaptación en agro, ciudades, costas y energía. El BID ha apoyado, a través de asistencia técnica, al desarrollo e implementación de las medidas contenidas en la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés) del país, tan relevantes para cumplir los compromisos ambientales.
- Generación, apertura y transparencia de datos
Uruguay se destaca en la región por su gestión de apertura y transparencia de datos. De la mano de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), el país ha desarrollado un catálogo de datos abiertos que incluye los Inventarios de Gases de Efecto Invernadero; el Balance Energético Nacional -con su extensa serie histórica- y los objetivos y medidas de la NDC. El Banco ha impulsado esta agenda: en el 2022 se llevó a cabo un concurso de datos climáticos abiertos, alentando a investigadores y comunicadores al uso de estas herramientas; además, se elaboró una Cartografía de Bosque Nativo, que permitió medir los avances para el indicador del Bono Indexado a Indicadores de Cambio Climático (BIICC) del país; en el 2024, “Conocimiento para resultados” trabajó junto con el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) obteniendo resultados exitosos en la eficiencia de gestión de datos en el sector energético. Actualmente, con el apoyo del BID, el país participa de un bien público regional vinculado al desarrollo de información para factores de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el sector de la construcción, junto a otros países de la región.
- Marco financiero y fiscal para el cambio climático
En 2020 el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) oficializó su intención de jugar un rol mayor en la formulación de política pública para cambio climático. En este contexto, dentro de las líneas de trabajo del MEF, se encuentra el desarrollo de una hoja de ruta para internalizar el cambio climático y la conservación de los recursos naturales en la política económica; el desarrollo de instrumentos financieros como el Bono (BIICC) emitido en 2022; y el diseño de un préstamo BID CLIMA en el sector energético. Adicionalmente, el país participa activamente de la Plataforma Regional de Cambio Climático de Ministros de Hacienda, Economía y Finanzas de América Latina y el Caribe, liderado por el BID. Asimismo, en conjunto con el Banco Central del Uruguay, con el apoyo del BID, el país ha instalado una agenda con el sector financiero en la Mesa de Finanzas Sostenibles y ha comenzado a trabajar en el desarrollo de una taxonomía verde. A nivel regional, el país ha accedido a fondos de financiamiento de IKI para el enverdecimiento de la gestión fiscal; y se encuentra trabajando en un proyecto piloto de capital natural y biodiversidad, ejecutado por la Universidad de Stanford y apoyado por el BID.
Estos tres pilares convergen en la consecución de hitos y nuevos desafíos para el país en mitigación, adaptación al cambio climático y transición justa.
El BID, un socio estratégico en temas de sostenibilidad y cambio climático en Uruguay
Infraestructura: Uruguay está trabajando en profundizar la descarbonización del sector energético a través del desarrollo del hidrógeno verde, con el apoyo del BID. Adicionalmente, y hacia una mayor ambición en términos de adaptación energética, el BID ha apoyado al país en el proceso de elaboración del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático en el sector energético.
Luego de la sequía que vivió el país entre 2022 y 2023, con pérdidas del orden del 2% del PIB, el país está trabajando en el desarrollo e implementación de un Protocolo de actuación de sequía e inundaciones, bajo un préstamo basado en políticas de recursos hídricos y residuos sólidos, por 200 millones de dólares, aprobado en 2023.
Desarrollo sostenible: El país ha avanzado en un programa de integración social y urbana, con el objetivo de mejorar el hábitat y proveer soluciones habitacionales a familias en asentamientos irregulares, incluyendo acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, a través de un préstamo basado en resultados. Además, con fondos de cooperación técnica, el BID ha apoyado el desarrollo de una hoja de ruta en construcción en madera.
Asimismo, el Banco ha apoyado en los dos últimos años al desarrollo de la agroecología y de un set de indicadores de huella ambiental ganadera, coordinado por un grupo interinstitucional que permitió generar información para la toma de decisiones. Actualmente, el BID está apoyando al país en el desarrollo de un sistema de alerta temprana ejecutado por el Sistema Nacional de Emergencias.
Desarrollo social: Uruguay está trabajando en el fortalecimiento del Sistema Nacional de Cuidados del Ministerio de Desarrollo Social, bajo el apoyo de un préstamo del BID, que incluye, entre otras cosas, el desarrollo de un protocolo de actuación frente a shocks climáticos y la respectiva capacitación de los cuidadores.
Además, en el marco del Plan de Acción de Género y Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, el BID está apoyando al país en la transversalización de las políticas de género y cambio climático, con foco en el acceso de mujeres empresarias a financiamiento verde, y en la incorporación de la perspectiva de género con enfoque interseccional.
Instituciones para el desarrollo: Uruguay ha marcado un liderazgo en la actualización de los instrumentos para incentivar una mayor investigación e innovación climática en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, a partir de su participación en Red Latinoamericana de Agencias de Innovación, una iniciativa de bienes públicos regionales, coordinada por el BID.
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