Imagina una vida en la que vas a trabajar todo el día y regresas a casa solo con el dinero suficiente para pagar la comida de tu familia. Una vida en la que no tienes el dinero suficiente para cubrir los gastos escolares de sus hijos o para pagar por atención médica básica. Imagina una vida en la que, a pesar del arduo trabajo y grandes esfuerzos, tus oportunidades para mejorar tu condición son muy limitadas.
Bueno, esta vida existe. Más del 50% de los haitianos, aproximadamente 5,5 millones de personas, vive en situación de inseguridad alimentaria, la mayoría de los cuales vive en zonas rurales y sus hogares sobreviven gracias a la agricultura de subsistencia, con áreas de cultivo muy pequeñas y baja productividad.
Esta situación no se puede mejorar fácilmente. Los agricultores que desean aplicar prácticas más productivas e invertir en mejores insumos y tecnologías agrícolas enfrentan múltiples limitaciones. Los mercados financieros y crediticios son inexistentes o prohibitivos en la mayoría de los lugares rurales y el suministro de tecnologías agrícolas es limitado, en Haití.
Ahora, supongamos que la oferta tecnológica existiese; grandes riesgos socavan el incentivo para las inversiones. Imagina ahorrar durante meses o años para comprar semillas, costosas pero prometedoras, y luego las fuertes lluvias arrastran tus cultivos. En minutos, todo tu arduo trabajo literalmente se iría por el desagüe. ¿Estarías realmente dispuesto a asumir ese riesgo?
Consciente de estos desafíos y la necesidad de un cambio, entre 2011 y 2018, el Ministerio de Agricultura de Haití implementó el Proyecto de Transferencia Tecnológica a Pequeños Agricultores (PTTA), con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa Global de Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP). En total, se invirtieron USD 40 millones, con el objetivo de contribuir a una mejora sostenible de los ingresos agrícolas y la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores en los departamentos del Norte y Nordeste de Haití, donde la agricultura tenía un alto potencial de intensificación.
La principal herramienta del proyecto fue el suministro de paquetes tecnológicos adaptados a las características locales, con el objetivo de mejorar la productividad agrícola. Los agricultores recibieron un cupón que financiaba el 80% del costo total del paquete. A través de una única intervención, el PTTA tenía como objetivo eliminar las principales limitaciones para la adopción de tecnología: la imposibilidad de acceder a créditos, la información incompleta y la aversión al riesgo.
Al finalizar la implementación del PTTA, un total de 35,553 agricultores recibieron los paquetes (más de lo esperado originalmente), y 19,357 de ellos adoptaron con éxito los paquetes tecnológicos entregados.
No obstante, de acuerdo con las evaluaciones de impacto realizadas, solo los paquetes agroforestales condujeron a un aumento significativo del valor de la producción (+ 38%) y a la generación de mayores ingresos (+ 63%). Los otros paquetes (principalmente enfocados en cultivos anuales como el arroz y las hortalizas) no generaron ninguna mejora significativa.
¿Por qué los paquetes agroforestales produjeron resultados tan asombrosos, mientras que los resultados para los otros paquetes fueron decepcionantes?
Efectivamente, los paquetes de cultivos anuales no llevaron a ninguna innovación y, por lo tanto, no mejoraron las prácticas agrícolas. Los agricultores ya estaban usando la mayoría de las tecnologías propuestas. Además, algunos paquetes tecnológicos necesitan un entorno natural productivo y algunas inversiones son una condición previa crucial para aumentar la probabilidad de generar ingresos adicionales. Las deficiencias de los sistemas de riego, por ejemplo, no permitieron prácticas más productivas para la producción de arroz. Finalmente, algunos retrasos operacionales en la distribución de paquetes también podrían haber limitado la aplicación de prácticas agrícolas apropiadas (fecha de plántula) y, por lo tanto, la mejora de las cosechas.
Sin embargo, la buena noticia es que la mayoría de los paquetes (74% del total) se enfocaron en la agrosilvicultura y por lo tanto, 14.500 agricultores pudieron aumentar sus ingresos en un 38% en promedio.
Imagina el significado del incremento de los ingresos de esas personas. Menos estrés para cubrir las necesidades de sus familias o la posibilidad de generar ahorros e invertir en mejores tecnologías en el futuro, para una productividad y generación de ingresos aún mayores.
Ahora, ¿quieres escuchar noticias aún mejores? Las lecciones aprendidas de PTTA se han considerado en el diseño del Programa de Innovación Tecnológica para la Agricultura y la Agroforestería (PITAG, por sus siglas en francés), que es una segunda fase del PTTA. PITAG, aprobado en 2017, busca proporcionar paquetes a más de 65,000 agricultores, centrándose en la investigación agronómica aplicada y las tecnologías agrícolas climáticamente inteligentes. Se espera que el nuevo programa logre resultados aún mejores que el PTTA y aumente los ingresos de más agricultores, generando al mismo tiempo efectos ambientales positivos y contribuyendo a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Esta colaboración entre el Ministerio de Agricultura de Haití y el BID es, por lo tanto, un buen ejemplo de formulación de políticas basadas en evidencia, basada en un monitoreo y una evaluación rigurosa de las políticas de intervenciones y la disposición sincera de aprender de errores cometidos en el pasado.
Si quieres saber más sobre la implementación de PITAG y otras experiencias similares en Haití y en la región, ¡mantente atento!
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