El riego desempeña un papel vital en la productividad del sector agrícola y en la estabilidad de la seguridad alimentaria. Por un lado, el acceso a riego incrementa la producción y la productividad agrícola permitiendo a los agricultores aumentar el número de siembras y cosechas en una misma parcela, dentro del mismo año agrícola. Este incremento en la producción agrícola puede verse reflejado en una mayor disponibilidad de alimentos a nivel local y/o nacional. A su vez, este incremento en la producción agrícola también se traduce en mayores ingresos para los agricultores, ya sea por medio de ventas o autoconsumo generando un mayor acceso a alimentos a los hogares rurales.
El riego es también una práctica de “agricultura climáticamente inteligente” pues, al disminuir su dependencia de los ciclos de lluvias para la siembra de los cultivos, se reduce la vulnerabilidad de los agricultores al cambio climático. Esto repercute en la estabilidad de la producción de alimentos. En general, el riego es una herramienta que nos permite incrementar la seguridad alimentaria de los hogares rurales a través de mayor disponibilidad, acceso y estabilidad de los alimentos.
Reconociendo los beneficios del riego, desde mediados de los 90s, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha apoyado los esfuerzos del Gobierno Plurinacional de Bolivia para expandir el área bajo riego y mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los recursos hídricos a través de inversiones públicas en sistemas de riego comunitario. Un ejemplo de este esfuerzo es el Programa Nacional de Riego con Enfoque en Cuenca (PRONAREC).
El programa busca aumentar los ingresos de los hogares rurales beneficiarios, impulsando la productividad de los pequeños agricultores a través de un aumento en el área bajo riego y mejorando la eficiencia en el uso del agua. Para esto, el programa consta de tres componentes principales:
1. Construcción y rehabilitación de sistemas de riego comunitario: desarrollo de obras menores de riego tales como obras de toma, presas pequeñas y canales de irrigación.
2. Asistencia técnica: capacitación a los agricultores en temas agrícolas, acceso a mercados, uso adecuado de los recursos naturales, y gobernanza de los sistemas de riego comunitario
3. Manejo y gobernanza de los recursos naturales: capacitación a los productores en el uso eficiente del agua e identificación de acciones encaminadas a la conservación de las fuentes de agua (p. ej. reforestación).
Como parte de la ejecución del PRONAREC, se ha diseñado e implementado una evaluación de impacto rigurosa, que se enfoca en identificar los efectos causales del programa, comparando un grupo de beneficiarios con un grupo de control. A pesar de que los beneficiarios del programa aún se encuentran en proceso de aprendizaje, ya que la evaluación se ha realizado aproximadamente dos años agrícolas después de la finalización de los sistemas de riego, los resultados demuestran la efectividad del PRONAREC en cuatro frentes principales: cambio tecnológico, comercialización, ingresos y gobernanza de los sistemas de riego.
Cambio tecnológico: los beneficiarios del programa tienen una mayor probabilidad de tener riego en su finca (24%), incrementaron el área equipada con riego (35-45%), y aumentaron las inversiones dedicadas al riego de sus parcelas, especialmente gastos en equipos y mantenimiento (160%). Además, tienen una mayor probabilidad de utilizar semillas mejoradas o certificadas (80-90%), y maquinaria agrícola (7-19%),
incluyendo tractores (11-20%). En general, vemos que el cambio tecnológico a nivel comunitario, impulsado por las inversiones en infraestructura de riego pública, ha desencadenado un cambio tecnológico privado entre los productores =. Este resultado es importante porque las inversiones privadas en finca no se financiaban como parte del programa.
Comercialización: los resultados de la evaluación indican que el programa ha fortalecido el acceso de los agricultores a los mercados (20-30%). Este proceso de transformación agrícola se refuerza a través de la capacitación brindada a los beneficiarios del programa sobre prácticas de comercialización para fortalecer los vínculos de los agricultores con los mercados.
Ingresos: la intervención tuvo un impacto significativo en el valor de la producción agrícola, aumentándola entre US$1,250 a US$1,550, lo que representa un incremento del 60-70%. Además, se observa un efecto positivo en el ingreso total de los hogares (35-45%), derivado principalmente de las ventas agrícolas.
Gobernanza y manejo del riego: existe evidencia que el PRONAREC ha mejorado la gobernanza de los sistemas de riego comunitario. Primero, vemos un aumento en la probabilidad de tener asociaciones de regantes formalizadas (12-15%) y en la participación de los productores en estas (5%). Segundo, vemos una mejora en la estructura y la organización de los sistemas de riego, gobernados por las juntas de regantes. Específicamente, hay una mayor probabilidad que las juntas de regantes cuenten con normas que definan la gestión del agua (50%), turnos de riego (57%), y manuales técnicos para la operación y el mantenimiento de los sistemas (42%).
Esta evaluación nos deja como aprendizaje principal que el financiamiento de infraestructura de riego público y la asistencia técnica pueden desencadenar procesos de modernización y cambio tecnológico. Estos resultados sugieren que los sistemas de riego comunitario pueden producir un círculo virtuoso para mejorar la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la gobernanza de los recursos naturales.
Para conocer más sobre el tema visita:
Evaluación de impacto (disponible en español e inglés)
Infografías (disponible en español e inglés)
Carlos Alberto Guerrero Vargas dice
Muy bueno el articulo,este es el tipo de programas que e deben implementar para que todas las comunidades se beneficien de forma igualitaria en nuestras regiones y llevarnos a poder ser mas eficientes y eficaces con el uso de este recurso vital.
Muchas gracias,