El sector de transporte público en el Ecuador ha sido uno de los sectores más afectados del país por la pandemia. Inicialmente, se presentó una baja significativa de la demanda debido a que, para reducir los contagios, se ha impuesto el confinamiento de la población y se ha restringido la movilidad.
La situación actual del país refleja su vulnerabilidad a los impactos de esta emergencia sanitaria, pero también es claro su rol esencial para la reactivación económica y la búsqueda de soluciones para crear ciudades más resilientes y sostenibles.
La ciudad de Guayaquil ha sido pionera en el país con la llegada de los primeros veinte autobuses eléctricos que trazan el camino de ejemplo para otras ciudades, con el fin de lograr sentar las bases para una recuperación sostenible y alcanzar los compromisos de descarbonización bajo el Acuerdo de París.
La pandemia impulsa la construcción de ciudades más sostenibles y resilientes
A medida que se retomen las actividades económicas y debido a que la mayor parte de la población en el Ecuador usa el transporte público para movilizarse, se deberán tomar medidas adecuadas para minimizar el riesgo de contagio y movilizarse con seguridad en los sistemas de transporte público.
También se necesitará invertir en transporte no motorizado como los desplazamientos a pie y en bicicleta, redistribuyendo el espacio público en las calles en beneficio de estos medios de transporte, por sobre el auto particular. Este escenario puede ser visto como una oportunidad generada por la pandemia en términos de una mayor conciencia ciudadana sobre los beneficios del aire limpio.
Desde el ámbito de la política pública, estas medidas se pueden aprovechar para una transformación, a medida que el gobierno nacional y los gobiernos locales, busquen reducir las emisiones provenientes de los motores de combustión y, por lo tanto, promover los medios no motorizados e impulsar el uso de tecnologías limpias como los buses eléctricos.
En el Ecuador el 84% del consumo final de energía proviene de fuentes fósiles, de las cuales el sector transporte consume el 56%, con lo cual es el sector responsable de la mayor proporción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la mala calidad del aire.
Los esfuerzos para lograr esta transición hacia energías limpias requieren de una estrecha colaboración entre políticas nacionales y programas locales.
En marzo de 2019, Ecuador desarrolló su primera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC). En ella revela las acciones de descarbonización que se pueden impulsar desde distintos niveles de gobierno para lograr un objetivo común: reducir las emisiones de GEI entre 9% y 21% para 2025, y amplificar los beneficios en salud y calidad de vida.
Las ciudades desempeñan un rol fundamental para alcanzar los compromisos nacionales de descarbonización. Guayaquil tiene una alta contaminación debido principalmente a su creciente parque automotor; sin embargo, ha sido la ciudad pionera con la llegada de los primeros veinte autobuses eléctricos del Ecuador.
Este salto tecnológico se empezó a gestar en octubre de 2017 cuando, con apoyo del BID, el Ministerio del Ambiente del Ecuador elaboró una acción nacional apropiada de mitigación (NAMA) específica para el sector transporte, que incluye la reducción de emisiones de GEI en transporte de pasajeros en Quito, Guayaquil y Cuenca. Dicha NAMA se incluyó en la NDC como parte de las líneas de acción de mitigación.
¿Qué ha hecho posible los avances en Guayaquil y qué lecciones se pueden extraer?
Para que los proyectos de electromovilidad sean exitosos se requiere un esfuerzo conjunto y coordinado de actores privados y públicos, cada uno con responsabilidades definidas en el sector de transporte, financiero y energético. A su vez, la gobernanza en estos procesos exige una articulada coordinación de incentivos para que el cambio hacia soluciones de movilidad eléctrica sea rentable.
En Guayaquil, el gobierno nacional y sus entidades, la municipalidad a través de la Autoridad de Tránsito Municipal ATM, la Compañía de Transporte urbano Saucinc S.A., el proveedor de buses BYD y la Banca Pública a través de la Corporación Financiera Nacional (CFN) se alinearon para lograr la implementación.
En 2018, la CFN presentó el “Financiamiento de Movilidad Eléctrica,” un producto financiero destinado a facilitar el reemplazo de vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras de carga necesarias. Este producto cubriría el 70% de los costos de proyectos nuevos y hasta el 100% de proyectos de ampliación.
El rango de costos iría desde los USD 50 mil hasta los USD 20 millones, con una tasa de interés desde el 7.5% reajustable cada 90 días y a un plazo de hasta 15 años. Así, la CFN proporcionaba un plazo adecuado a la vida útil de las baterías de los buses eléctricos, permitiendo rentabilizar el proyecto en el largo plazo.
18 de las 20 unidades adquiridas por Saucinc S.A. fueron financiadas a través de un préstamo de la CFN de USD 7.6 millones y una inversión total de USD 8 millones de dólares. A su vez, la empresa se vio beneficiada por la exoneración de aranceles e IVA. Se estima que, en un periodo de 15 años, esta transición energética evitará el consumo de 2.9 millones de galones de diésel, un ahorro fiscal de USD 8.27 millones, y una consecuente importante reducción en el impacto ambiental.
Con una inversión privada de USD 600 mil dólares, en noviembre de 2019 se inauguró la primera electrolinera de Guayaquil. La electrolinera se encuentra en un terreno de 5,400 metros cuadrados otorgados por el Gobierno Nacional. Los buses eléctricos pueden recargar su batería por completo en tres horas y media, por un costo promedio de US $24 , a 8 centavos por kw/h. El costo de la energía se beneficia de una tarifa diferenciada otorgada por ARCONEL, la empresa reguladora eléctrica. La empresa proveedora de los buses BYD, también estuvo a cargo de la construcción y ahora de la operación de la electrolinera bajo un esquema de concesión a 20 años.
Las nuevas unidades pueden recorrer 250 kilómetros con una carga completa, lo cual les permite cubrir la ruta de la línea 89 de 7 a 8 veces, moviendo cerca de 10,500 pasajeros diarios a 35 centavos por viaje.
El BID está impulsando la movilidad eléctrica en Ecuador
El Municipio de Guayaquil, busca seguir impulsando la electromovilidad en la ciudad, extendiéndola hacia otras rutas de buses, abriendo la posibilidad de incluir taxis eléctricos y una red de carga lenta en distintos puntos de parqueo público y privado.
Con el objetivo de replicar este exitoso proyecto, el BID se encuentra en etapa de preparación de crédito y cooperación técnica no reembolsable a través de un programa de cofinanciamiento con el Clean Technology Fund (CFT), quien entregaría los fondos a la CFN para continuar con el financiamiento de buses eléctricos.
La implementación local de la NDC es clave para la recuperación sostenible del país
El modelo de financiamiento propuesto permitiría replicar el éxito de Guayaquil, y ofrece la oportunidad para que ésta y otras ciudades en el país, determinadas a tener un aire más limpio y comprometidas con reducir su impacto en las emisiones globales, se sumen a la implementación de proyectos de electromovilidad.
El proyecto ha demostrado que la intervención pública debe ser coherente con un desarrollo sostenible. En un escenario de recuperación de la pandemia, no se tiene que sacrificar el medio ambiente y es posible realizar una conversión para ciudades más inclusivas, sostenibles y resilientes.
Otras lecturas:
El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe
Boletín NDC Invest: ACL en números: Vol. 2, julio 2020
Cómo Llegar a Cero Emisiones Netas: Lecciones de América Latina y el Caribe
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Luz Angela Bustos dice
Muy importante el sistema, ojalá que la empresa privada que recibió disminución de aranceles y territorio a su vez permita que el pasajero pague un mínimo en un país donde la pobreza es grande, Confiamos que el pasaje no suba de 100 centavos.
Luz Angela Bustos dice
Muy importante el sistema, ojalá que la empresa privada que recibió disminución de aranceles y territorio a su vez permita que el pasajero pague un mínimo en un país donde la pobreza es grande, Confiamos que el pasaje no suba de 100 centavos.