Los autobuses eléctricos están comenzando a reemplazar a las flotas de diésel en las ciudades de América Latina y el Caribe con el objetivo de hacer que el transporte público sea más atractivo para los pasajeros, al mismo tiempo que se cumplen los objetivos climáticos globales.
Como parte de un esfuerzo regional para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, generar crecimiento, crear empleos y garantizar una transición justa, los departamentos de transporte locales y nacionales y los operadores privados están invirtiendo y proveyendo autobuses públicos limpios.
Además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estos esfuerzos apuntan a mejorar la calidad de vida de los pasajeros, ya que los autobuses eléctricos son significativamente más silenciosos, más cómodos y reducirán la contaminación mortal del aire que afecta a las áreas urbanas.
En ciudades capitales como Bogotá, Lima y Santiago, hay concentraciones muy altas de PM2,5; pequeñas partículas suspendidas que pueden causar muerte prematura, enfermedades respiratorias y cáncer. Los autobuses eléctricos, por su parte, liberan cero emisiones de los tubos de escape.
Hay más de 400.000 autobuses eléctricos en todo el mundo –el 98% circula en China, mientras que India, Estados Unidos y Europa están aumentando sus flotas eléctricas. En América Latina y el Caribe, los autobuses eléctricos actualmente suman unos pocos cientos, pero con un enorme potencial de expansión.
Es por eso que el Banco Interamericano de Desarrollo ha estado trabajando con actores públicos y privados desde 2017 para identificar modelos comerciales apropiados que permitan movilizar la inversión en el transporte público limpio.
A través del fondo NDC Acelera (NDC Accelerator Fund) y el fondo del Programa de Infraestructura Sostenible del Reino Unido, el BID ha estado ayudando a desarrollar un enfoque común para estructurar esquemas financieros sostenibles para proveer autobuses eléctricos en América Latina y el Caribe y movilizar al sector privado.
La cooperación técnica “Apoyo a la implementación de los NDC: liberando el potencial de los buses limpios en LAC” ofrece un paquete de “ventanilla única” que incluye evaluación de mercado, soporte técnico, asesoría financiera y capacitación.
Este esfuerzo integrado en el que participan varias divisiones del BID (por ejemplo, transporte, energía, ciudades, mercados de capital y cambio climático) y nuestra entidad del sector privado, BID Invest, es raro, pero vital para poder brindar un conjunto completo de experiencia técnica a los grupos de interés.
Una gran cantidad del transporte urbano en la región está a cargo de operadores privados para los cuales la rentabilidad económica es el factor determinante. Dados los grandes subsidios a los combustibles fósiles y una falta de desincentivos, como impuestos al carbono y/o recortes de impuestos para electrificar sus flotas, es difícil movilizar al sector privado.
Un desafío son los altos costos iniciales de los nuevos vehículos eléctricos y la falta de infraestructura de carga. También hay pocas oportunidades de acceder a financiamiento a largo plazo. Uno de los mayores obstáculos es la percepción imprecisa de que la descarbonización de múltiples sectores de la economía, incluidos el transporte y la energía, traerá inestabilidad financiera.
La falta de conocimiento técnico sobre el rendimiento de los autobuses eléctricos y el limitado entendimiento económico en términos de los costos del ciclo de vida y el mantenimiento, conducen a la percepción de riesgo. Los actores privados a menudo toman la ruta segura para asegurar ganancias consistentes.
El BID se está concentrando en modelos comerciales sólidos y personalizados para abordar los desafíos individuales de cada ciudad. Esto requiere un enfoque en la identificación y estructuración de modelos comerciales viables y sostenibles para ayudar a proveer autobuses eléctricos, asegurando la sostenibilidad económica, financiera y fiscal, y desencadenando los beneficios potenciales.
La cooperación técnica de autobuses limpios tiene un enfoque que beneficia a las tres partes. Imagine un diagrama de Venn; hay que encontrar el punto clave entre el beneficio a los operadores privados, a la sostenibilidad fiscal del Estado y a los usuarios cotidianos de los autobuses. Con asistencia técnica y orientación financiera, y ahora con los fondos adicionales del Programa de Infraestructura Sostenible del Reino Unido que ofrecen un apoyo continuo hacia el futuro, se puede lograr esa intersección.
En general, se trata de recuperar la confianza en el transporte público en un momento en que la flota de vehículos privados de América Latina y las emisiones relacionadas están creciendo rápidamente.
Para los ciudadanos, los nuevos autobuses eléctricos tienen aire acondicionado, wifi y enchufes de carga para dispositivos personales. También reducen la vibración y aumentan la calidad general del aire. Para los operadores privados, es una oportunidad para invertir en una nueva tecnología que mantendrá una alta demanda y continuará generando buenas ganancias. Para el gobierno, es una forma de ofrecer un servicio de calidad a los ciudadanos, protegiendo el servicio de transporte público de la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y alcanzando los objetivos climáticos globales.
El BID ha participado proporcionando más de 500 autobuses limpios desde el comienzo del proyecto en 14 ciudades, incluida Bogotá, donde se lleva a cabo el primer proceso de licitación regional del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) para aumentar el tamaño de la flota eléctrica.
Junto con los esfuerzos del Banco Interamericano de Desarrollo, otros fondos aliados y el liderazgo de los sectores público y privado de la región, el interés por electrificar el transporte público en América Latina y el Caribe está cobrando fuerza.
Foto: Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile
Publicado originalmente en Climate Home.
Otras lecturas:
Cómo Llegar a Cero Emisiones Netas: Lecciones de América Latina y el Caribe
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Luis Uicab dice
Muy interesante
Mónica dice
Proyectos extraordianarios, pensando en el mañana, especialmente de las nuevas generaciones. Experiencias vividas y ejecutadas como transformar basurales en parques, efectuadas en mi zona donde vivo, si bien trae satisfacción personal, no siempre es valorada por los ciudadanos. Sin embargo, creo que empezar desde la educación con los niños, adolescentes, lograríamos un mundo verde, con señalan con el transporte eléctrico, sería lo mejor que nos pasaría a los cochabambinos en Bolivia.