La participación equitativa y activa de mujeres, hombres, poblaciones LGBTQI+ y organizaciones sociales en el conocimiento, prevención y abordaje de los riesgos de violencia sexual basada en género (VSBG), es uno de los mecanismos importantes para proteger a las personas más vulnerables de estas manifestaciones culturales de violencia.
La violencia basada en género es cualquier acto perjudicial perpetrado contra la voluntad de una persona debido a su sexo o género. Incluye actos que infligen daños o sufrimientos físicos, sexuales o mentales, amenazas de dichos actos, coerción y otras privaciones de la libertad. Estos actos pueden ocurrir en público o en privado.
VSBG bajo el nuevo Marco de Política Ambiental y Social
Como parte de su nuevo Marco de Política Ambiental y Social (MPAS), el BID ha incluido una norma sobre igualdad de género que aborda, entre otros temas, los riesgos de VSBG que pueden presentarse en el contexto de un proyecto de desarrollo. Con la Norma de Desempeño 9 (NDAS 9), el BID reconoce que los proyectos traen consigo personas y cambios sociales a las comunidades donde funcionan y, al hacerlo, pueden exacerbar los riesgos ya existentes en esas comunidades. El prestatario debe evaluar y prevenir los riesgos de VSBG relacionados al proyecto, respondiendo con celeridad y de manera adecuada a los incidentes.
En la primera entrega de esta serie, conocieron Esperanza, el telón de fondo de las historias que ilustran los riesgos que aborda la NDAS 9. En esta oportunidad, conocerán al jefe de obra, Gilberto; la dueña del puesto de comidas, Güendy; y a Marisa, trabajadora del proyecto.
Aunque es reconocida como una violación de los derechos humanos, la violencia basada en género es generalizada y ocurre en todos los países del mundo. A pesar de esta prevalencia, estas formas de violencia suelen ser un problema oculto, como se hace evidente en el campamento de la localidad de Esperanza, donde alguien con el nombre de “Gallito” lleva semanas mandando fotos obscenas al personal de la obra, sobre todo a las mujeres. También espía con maldad a dos colegas que considera homosexuales. ¿Qué se puede hacer en este caso?
Si no se aborda de manera intencional, la violencia sexual y basada en género puede ser fácilmente ignorada. Por ejemplo, personas que trabajan en un proyecto pueden verse expuestas al acoso y a abuso sexual en el lugar de trabajo, sobre todo las mujeres que se desempeñan en contextos tradicionalmente dominados por los hombres, en espacios laborales aislados, o en ocupaciones o turnos en los cuales constituyen una pequeña minoría. Este es el caso de Sandra, quien es soldadora y trabaja con Jorge en la obra. Son buenos amigos y suelen almorzar. Jorge insistía en invitarla a una cerveza, hasta que Julián y Carlos, dos peones de la cuadrilla, entran en acción. ¿Qué acciones creen que tomaron Julián y Carlos en este caso?
En los países donde ciertos aspectos de la legislación nacional se contradicen con las disposiciones de la NDAS 9, el prestatario encontrará maneras de adherir al propósito de no discriminación e igualdad de género entre todas las personas afectadas por el proyecto y a los objetivos de dicha norma.
Diferentes tipos de violencia sexual y de género
La violencia basada en el género tiene sus raíces en relaciones de poder desiguales debido al género, y datos de la ONU estiman que una de cada tres mujeres en el mundo vivirá violencia sexual o física durante su vida, tal como:
- Abuso sexual: actividad sexual no deseada a partir de la cual quienes perpetúan esta intrusión se aprovechan de que la víctima no puede consentir a la misma, usando amenaza física de carácter sexual, ya sea mediante la fuerza, bajo condiciones desiguales y/o coercitivas, o coacción. La gran mayoría de víctimas conocen a sus violentadores.
- Explotación sexual: cualquier persona que solicite favores sexuales a cambio de trabajo, bienes o cualquier beneficio relacionado con el proyecto. Se refiere a abuso real o intento de abuso desde una posición de vulnerabilidad, poder o confianza con fines sexuales, que incluye aprovecharse monetaria, social o políticamente de la explotación sexual de otra persona, aunque no se limita a ello.
- Acoso sexual y hostigamiento: abarca una gama de conductas y prácticas de carácter sexual, como comentarios o insinuaciones sexuales no deseadas, solicitud de favores sexuales, conducta o gestos verbales o físicos de naturaleza sexual, o cualquier otra conducta de carácter sexual que puede razonablemente ser vista o percibida como causa de ofensa o humillación a otra persona cuando dicha conducta interfiere con el trabajo; se convierte en una condición para el empleo; o crea un entorno laboral intimidatorio, hostil u ofensivo. El acoso sexual puede ser perpetrado por diferentes personas, como colegas, supervisores, personas subordinadas y terceros. Acosadores y víctimas pueden pertenecer a cualquier género.
- Violencia digital y hostigamiento: violencia cometida o agravada a través del uso total o parcial de las TIC como teléfonos, internet, redes sociales, aplicaciones móviles, correo electrónico, entre otros. Se manifiesta en actos de hostigamiento, amenazas, acoso, mensajes de odio, divulgación de información, fotos o videos sin consentimiento, así como la utilización de estos medios para la captación de víctimas de trata humana.
Según el IFC, 30–50% de las mujeres en América Latina y el Caribe ha sufrido acoso sexual en el trabajo. Estos datos, entre otros, nos indican que la violencia basada en el género afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas. Sin embargo, los hombres y los niños también pueden sufrir este tipo de violencia, aunque tienen menos probabilidades de denunciarla debido a las normas sociales y de género.
Los riesgos alrededor de estos diferentes tipos lamentables de violencia sexual y de género variarán en función del contexto local, las características del propio proyecto, la capacidad del prestatario para responder y otros factores.
Análisis de riesgo
Algunos de los factores que pueden señalar un mayor riesgo de violencia sexual basada en el género relacionada con el proyecto son los siguientes:
- El proyecto conlleva una gran afluencia de trabajadores en comunidades con baja capacidad de absorción y escasos servicios sociales; emplea a personal de seguridad; construye grandes obras de infraestructura durante períodos extensos; tiene lugar en zonas remotas, aisladas o geográficamente dispersas, o en la proximidad de escuelas.
- Aumento de las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos adolescentes y el tráfico de seres humanos, que puede producirse en proyectos que abarcan grandes flujos de trabajadores externos a las comunidades locales.
- Las comunidades afectadas por el proyecto ya tienen niveles altos de violencia basada en género, inseguridad y delincuencia; altos niveles de pobreza y falta de oportunidades económicas (lo cual aumenta la probabilidad de explotación sexual); y una alta tolerancia social y normalización de la violencia contra las mujeres.
- La legislación sobre violencia sexual y de género es débil (por ejemplo, no tiene en cuenta ciertos tipos de violencia como el acoso sexual).
- El aumento desigual del trabajo no remunerado, que puede ocurrir en proyectos que dependen del trabajo comunitario no remunerado, realizado sobre todo por mujeres, como cocinar, conseguir leña y organizar a la comunidad.
- Uno de los componentes del proyecto incluirá el desplazamiento físico y/o económico.
La participación y el relacionamiento con las comunidades locales es central para garantizar una participación con seguridad, privacidad y confidencialidad. En una próxima entrega de esta serie analizaremos las buenas prácticas y acciones puntuales para prevenir y abordar los riesgos relacionados con la VSBG.
Este blog hace parte de una serie sobre los casos de violencia sexual y de género que se pueden presentar en el contexto de un proyecto. Ya está disponible la serie completa:
Igualdad de género: gestión de riesgos con múltiples matices
5 acciones para prevenir los riesgos de violencia sexual y de género en los proyectos
Y si quieres saber más sobre la NDAS 9 del nuevo Marco de Política Ambiental y Social, no te pierdas nuestro curso autoguiado.
Luis Guijarro dice
Me parece que el tema está muy bien tratado. Los ejemplos claros e ilustrativos.
Sin embargo, mi experiencia en proyectos ligados al sector del agua en países en desarrollo es que la participación de la mujer, sobretodo en la construcción, es aún incipiente por no decir nula. Creo que debe hacerse más por lograr mayor participación.
Encuentro que existe un problema en ese ramo y es el de discriminación p..e. Racial y claro también homofóbica.
Felicitaciones