Perú ha sido fuertemente golpeado por la pandemia y enfrenta una de las crisis más profundas de los últimos 50 años. Sumado a la mayor mortalidad por persona en el mundo, durante el 2020 el país sufrió de un impacto económico equivalente a más del 20% del PIB (US$ 35.8 mil millones). Por su parte, las olas de calor sin precedente en América del Norte y las inundaciones en Europa nos recuerdan que otra crisis amenaza el bienestar y el desarrollo económico en el mundo entero: el cambio climático. En el Perú, se estima que la crisis climática podría generar pérdidas de 6% del PIB al 2030 y 20% al 2050.
La buena noticia es que la crisis económica causada por el coronavirus y la crisis climática pueden superarse juntas. Un estudio del BID muestra que alcanzar la carbono-neutralidad al 2050 podría traer US$ 140 mil millones de dólares en beneficios netos en el Perú. El estudio, cofinanciado por el BID y la Platforma 2050 Pathways, fue llevado a cabo por la Universidad del Pacífico y la Universidad de Costa Rica.
¿Como puede Perú lograr una transición hacia la carbono-neutralidad?
En Perú, la mayoría de las emisiones vienen de la agricultura, deforestación, transporte y generación de electricidad, que son los sectores más urgentes de transformar.
Alcanzar la carbono-neutralidad significa reducir emisiones de carbono en todos los sectores de la economía, así como mantener sanos y productivos los bosques y otros ecosistemas con alto contenido de carbono para equilibrar las emisiones restantes.
Es esencial proteger y manejar los bosques del país de manera sostenible para mantener y aumentar los sumideros de carbono. Reducir la deforestación generaría un beneficio neto de casi US$29 mil millones al 2050 como resultado de mayores ingresos derivados de las ventas de productos agroforestales, productos madereros y no maderables, y de servicios ecosistémicos.
Para habilitar estas acciones, el gobierno necesita incentivar los sistemas silvopastoriles y agroforestales, completar el ordenamiento forestal y la asignación de derechos sobre los bosques, y mejorar la capacidad de gestión ambiental de las diferentes entidades clave en la gestión y protección de los bosques, como son los gobiernos locales. Los agricultores necesitan asistencia técnica, financiamiento y certeza jurídica para adoptar prácticas que protegen a los bosques, a la vez que aumentan los ingresos de las comunidades.
La electromovilidad también es clave. El estudio encuentra que un transporte público 100% eléctrico y que alcance 70% de participación en la movilidad total de pasajeros al 2050 traería beneficios netos de US$92 mil millones. Esto gracias a los ahorros operativos, un menor tiempo perdido en el tráfico y una mayor competitividad en las ciudades, así como la reducción de accidentes y mejoras en la salud gracias a una mejor calidad de aire. Para habilitar esta transición, se necesitan nuevos modelos de negocio y financiamiento concesional que permitan que los buses, taxis y mototaxis eléctricos sean rentables para el sector privado.
Finalmente, descarbonizar el sector energético permitirá reducir sus propias emisiones y aumentar el impacto de la electromovilidad. Una alta renovabilidad de la matriz eléctrica y energética, mejorar la eficiencia energética en las distintas actividades, y masificar las redes eléctricas inteligentes será clave para reducir las emisiones. También permitirá reducir los costos operativos y mejorar la salud gracias a la reducción en el uso de tecnologías contaminantes, lo que generaría beneficios netos de US$ 2 mil millones al 2050. Es importante continuar con los esfuerzos regulatorios y con la generación de incentivos en Perú para promover una mayor penetración de renovables en el sistema energético.
Todos los sectores deben participar en la transición hacia cero emisiones netas
Llegar a cero emisiones netas requiere transformaciones en muchos más sectores. Perú deberá adoptar la economía circular, es decir, reducir, reusar y revalorizar residuos; así como aumentar el tratamiento y reúso de aguas residuales residenciales. También es necesario electrificar y descarbonizar los procesos industriales, sobre todo en la industria del cemento. Las acciones en esta dirección podrían traer beneficios netos agregados de más de US$ 16 mil millones al 2050.
La oportunidad es excelente, pero la implementación de estas medidas no es tarea fácil. El diálogo intersectorial, que fue la base de la elaboración del estudio, deberá continuar para formular hojas de ruta de política en cada sector. También serán necesarios estudios sobre los impactos económicos, fiscales y sociales para profundizar la formulación de medidas apropiadas de implementación y garantizar una transición justa e inclusiva.
Si bien es un gran desafío, el estudio muestra que la carbono-neutralidad es posible y es conveniente. La Estrategia Nacional ante el Cambio Climático que el gobierno está desarrollando ofrecerá mayores lineamientos de cómo continuar hacia el 2050, y sentará una base de acción para cada uno de los sectores. Desde el BID, estamos muy orgullosos de apoyar este proceso el cual está alineado con nuestra Visión 2025 que tiene como eje principal el crecimiento sostenible e inclusivo de la región trabajando con el sector productivo, avanzando en el progreso social y fortaleciendo sus gobiernos e instituciones.
Webinario: ¿Cómo la carbono-neutralidad puede apoyar una recuperación económica sostenible en el Perú?
Otras lecturas:
Costos y beneficios de la carbono-neutralidad en Perú: Una evaluación robusta
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