Imagina que tú y tu familia han vivido en una comunidad de una abundante riqueza natural. En tiempos de tus abuelos, habría algunas decenas de familias, pero hoy es el hogar de cerca de 5.000 personas. Imagina también que tu casa se encuentra en tierra fértil, situada entre dos cauces naturales que se desbordan de diciembre a marzo con frecuencia. Imagina entonces que tu casa se inunda por días enteros, y que la situación es tan crítica que solo es posible recorrer las calles en lanchas. Imagina ahora que casi todos tus vecinos y tus amigos -para ser exactos, más del 80% de la población- han sido evacuados, alejados de sus hogares, de su trabajo y de sus medios de vida, los cuales, en su gran mayoría, serán destruidos o severamente afectados.
Esta es la historia de los habitantes de Lamadrid, una localidad argentina al sur de la provincia de Tucumán, rodeada por el arroyo El Chileno y el río Marapa. Lamadrid se caracteriza por una baja pendiente topográfica, siendo una zona de alta susceptibilidad a inundaciones. Casas arrasadas por el agua, personas con la mirada baja y botes por las calles de la ciudad, son algunas de las escenas que se pudieron ver a través de las imágenes difundidas por los propios habitantes, como relata el diario La Gaceta, luego de las lluvias que causaron fortísimas inundaciones en abril de 2017.
De acuerdo con un análisis de riesgo de inundaciones elaborado por ITEC (2019), en los últimos 50 años se han registrado al menos seis eventos de inundación severos en la zona, los cuales han sido exacerbados por un elevado grado de intervención antropogénica, donde se han estimado desmontes de bosque nativo en el orden de 950 km² (95,000 ha) en un lapso de 33 años, equivalente a una tasa de desmonte de casi 8 hectáreas diarias, resultando en la modificación de las dinámicas hidro-geomorfológicas.
La intensidad y frecuencia de los desastres va en aumento. Siendo la gestión del riesgo uno de nuestros temas prioritarios en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), nos interesa entender cómo podemos facilitar el proceso de recuperación tras una inundación y con qué alternativas contamos para el riesgo por desastres en el futuro. ¿Cómo podemos prevenir la séptima inundación en Lamadrid?
El BID dispone de un cúmulo de experiencias para contrarrestar y prevenir este tipo de impactos devastadores en América Latina y el Caribe. Una muestra del abordaje integral de la gestión del riesgo de desastres del BID es la cooperación técnica (CT) que fue otorgada al Gobierno de Argentina para apoyar a la formulación del Programa Argentina Resiliente ante el Riesgo de Desastres. Esta cooperación técnica no reembolsable responde a las prioridades de comprender el riesgo y generación de capacidades de resiliencia, como establece el Marco de Acción de Sendai 2015-2030, que ya hemos discutido en otros posts.
A través de la CT, se están financiando acciones previstas de concientización ambiental, instalación de sistemas de alerta temprana para inundaciones, elaboración y actualización de planes de desarrollo local considerando el riesgo de inundaciones, y estudios de riesgos climáticos que consideren los efectos de cambio climático.
Especialmente, una parte importante de las actividades de la CT se centró en el diseño de obras de reducción del riesgo de inundaciones, tales como compuertas, lagunas de retención, acondicionamiento hidráulico y de drenaje, así como estructuras de cierre para desviación del río San Francisco con el objetivo de restaurar la dinámica fluvial de la zona. Estos diseños están basados en modelos predictivos con simulación de eventos estocásticos de lluvia, modelos hidrodinámicos con simulación de eventos de inundación y modelos climatológicos globales: una combinación perfecta entre ciencia, tecnología, ingeniería y estadística. Este modelaje permitió detectar las zonas más vulnerables de Lamadrid y estimar el valor económico de la infraestructura y otros activos expuestos a las inundaciones.
De llevarse a cabo estas obras, el impacto en el bienestar de la población sería significativo. Con base en una evaluación cuantitativa del riesgo de Lamadrid, se espera que las pérdidas esperadas por inundaciones se reduzcan de US$3,9 millones a US$68.000 por año. Es decir, las obras de reducción del riesgo diseñadas aminorarían en el costo promedio por inundaciones en más del 99%. Incluso en el caso de una inundación catastrófica (con un periodo de retorno mayor a 100 años), las pérdidas económicas decrecerían en un 98%, pasando de US$14,3 millones a US$0,3.
Y si crees que esta dramática reducción del riesgo conllevaría costos prohibitivos para la localidad, tal vez te sorprenda que de hecho son económicamente viables, con un retorno de dos veces los costos iniciales de inversión.
Desde el BID continuaremos ofreciendo soluciones integrales para el manejo y la reducción del riesgo de manera costo-efectiva así como promoviendo la generación de capacidades de resiliencia. Las inversiones para la del riesgo son indispensables por sí misma y generan estabilidad económica, previenen pérdidas económicas significativas, salvan vidas y potencian un proceso de recuperación positivo.
Imagina que los habitantes de la comuna de Lamadrid, de una vez por todas, vivan seguros; sin la aflicción de abandonar su casa una séptima vez.
Imagen cortesía de Vicki Nunn desde Pixabay
Este blogpost es parte de la Campaña “Rumbo a COP25” del Grupo BID. COP25, bajo la presidencia del Gobierno de Chile, tomará lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre de 2019, con apoyo logístico del Gobierno de España.
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Daniel Blanco dice
En nuestra ciudad sucede algo muy similar y me gustaria contar con mas informacion al respecto del tema inundaciones.