Las dramáticas imágenes de los incendios forestales en California, que devastaron más de 1,6 millones de hectáreas, se han difundido en los medios de comunicación de todo el mundo. En América Latina, los incendios en el Pantanal brasileño han quemado el doble del área afectada por los incendios de California en 2020, devastando el humedal tropical más grande del mundo. Los ecosistemas cercanos, como el bosque del Gran Chaco en Argentina, Bolivia y Paraguay; la Amazonía brasileña y boliviana; y el delta del Paraná en Argentina, también han enfrentado incendios feroces, en escalas que no se han visto en muchos años. La devastación de estos ecosistemas únicos es solo el más reciente capítulo de la crisis mundial de la biodiversidad.
Necesitamos revertir la crisis de la biodiversidad
La crisis de biodiversidad está afectando enormemente a América Latina y el Caribe, al ser ésta la región con mayor biodiversidad del mundo. La pérdida de biodiversidad ha sido mucho más significativa que en cualquier otra región del mundo, con una disminución promedio de las poblaciones de vertebrados del 94% entre 1970 y 2016, según el informe Planeta Vivo 2020, de WWF.
Las tendencias de desarrollo de la región no ofrecen un mejor panorama. En Suramérica, por ejemplo, los patrones de expansión espacial proveniente de la urbanización y de actividades como la agricultura, la producción de energía y la minería, amenazan con duplicar la cantidad de tierras convertidas para 2030.
La crisis de COVID-19 pone de relieve la urgencia de abordar la crisis de biodiversidad. Desde el inicio de la pandemia, expertos han señalado la conexión entre la alteración de los ecosistemas y los brotes cada vez más frecuentes de enfermedades zoonóticas. Además, cerca de 64 millones de puestos de trabajo en la región dependen directamente de los servicios ecosistémicos. Por lo tanto, el capital natural de la región representa no solo un gran desafío, es también la mayor oportunidad para generar empleos sólidos y recuperación económica con la que contamos.
La infraestructura verde juega un papel central
El sector de la infraestructura jugará un papel central en el impulso del empleo para la recuperación económica. Sin embargo, cada vez más evidente el impacto negativo de la crisis mundial de biodiversidad en la prestación de servicios básicos de infraestructura, particularmente la provisión de agua, para su beneficio en la prestación de servicios de infraestructura. El último informe insignia del BID, “Desarrollo en las Américas 2020”, destaca el potencial de utilizar la naturaleza, y sus diferentes servicios ecosistémicos, como alternativa, o un complemento ideal, a la infraestructura “gris” convencional.
La urgencia de lograr una recuperación sostenible y superar la crisis de biodiversidad también se destaca en el reciente informe “Financiando la naturaleza: Cerrar la brecha de financiación de la biodiversidad global”, que estima que en 2019 el mundo gastó entre 124 y 143 mil millones de dólares en actividades que benefician a la naturaleza en todo el mundo. Sin embargo, para revertir la disminución de la biodiversidad para el 2030, el mundo necesita gastar entre 722 y 967 mil millones de dólares al año. Esto implica que tenemos una brecha de financiamiento para la naturaleza de hasta 824.000 millones de dólares al año.
La buena noticia es que la brecha se puede cerrar destinando menos del 1% del producto global bruto anual, a eliminar actividades y políticas económicas dañinas para la naturaleza, y generando nuevas fuentes de ingresos para invertir en infraestructura natural, principalmente a través de soluciones basadas en la naturaleza (NbS, por sus siglas en inglés), con enfoque en mitigar las emisiones de carbono. El informe también argumenta que es posible cerrar casi la mitad de la brecha gastando a cero costo, a través políticas e incentivos más inteligentes y favorables a la biodiversidad.
Contribuyendo a reducir la brecha de financiamiento de biodiversidad
El Grupo BID promueve la integración de la sostenibilidad social, ambiental, institucional y financiera a lo largo de todo el ciclo de vida de los proyectos de infraestructura; e invierte en modelos comerciales que respaldan la implementación de NbS para salvaguardar la biodiversidad.
Varios proyectos de infraestructura financiados por el BID aprovechan el capital natural para abordar múltiples desafíos de desarrollo, utilizando NbS que han resultado efectivas, particularmente en el sector de agua. En la más reciente fase del programa para el saneamiento del río Tietê (el único drenaje natural de la región metropolitana de São Paulo), se incluye la rehabilitación de la flora degradada y la vegetación ribereña río arriba para aumentar la capacidad de retención de las riberas del río, lo cual ayudará a ralentizar los procesos de erosión y mitigar las inundaciones en la parte baja de la presa Penha. Además de promover NbS en sus propios proyectos, el BID es co-creador de la Asociación Latinoamericana de Fondos de Agua, mediante la cual se desarrollan NbS innovadoras para promover la seguridad hídrica en la región.
Si bien lograr progreso en el sector de agua parece ser la oportunidad más evidente, aún estamos desaprovechando muchas oportunidades perdidas para utilizar NbS en otros sectores de infraestructura, en particular para la protección contra inundaciones o la captura de carbono en proyectos de transporte. En el BID ya hemos comenzado a identificar las mejores prácticas para minimizar el impacto de los proyectos de transporte en el medio ambiente natural, y para maximizar su impacto en el desarrollo. El BID también está en proceso de transición hacia un nuevo marco de políticas ambientales y sociales, que requiere considerar la importancia de la biodiversidad, los servicios de los ecosistemas y la gestión sostenible de los recursos naturales vivos para mejorar los resultados de sostenibilidad de todos los proyectos.
Estamos en el mejor momento para promover la inversión en la naturaleza
Este es el momento adecuado para genenrar las condiciones necesarias, e invertir más en la naturaleza. Dado que ambas cumbres de las Naciones Unidas (o Conferencias de las Partes) sobre el cambio climático y la biodiversidad están programadas para el 2021, el “super año” para la naturaleza está aquí, y nunca ha habido un mejor momento para que los líderes mundiales aborden las múltiples crisis que estamos atravesando.
El informe histórico sobre la economía de la biodiversidad del profesor Sir Partha Dasgupta, envía un mensaje claro para este año decisivo: Necesitamos un cambio transformador que implicará decisiones difíciles. Sin embargo, estos cambios son completamente posibles y no es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Juntos podemos identificar la manera más adecuada para desarrollar e implementar planes de acción y financiamiento, y así cerrar gradualmente la brecha global de financiamiento para la biodiversidad.
Otras lecturas:
¿Cómo puede la naturaleza apoyar una recuperación económica verde e inclusiva?
¿Cuál es el vínculo entre COVID-19 y las emergencias ecológica y climática?
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Photo: Pixabay – Pexels.com
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