Mucho hemos escuchado hablar sobre cómo las agendas de medioambiente y finanzas tienen que estar alineadas. En esta oportunidad, vamos a entender por qué.
Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones más vulnerables al cambio climático y tomar acción es casi una obligación. Nos obstante, su compromiso es innegable. Veintiséis países miembros ratificaron el Acuerdo de Paris y veinticinco presentaron su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) lo que significa que su promesa para transitar hacia una economía baja en carbono y resiliente es real.
Con la necesidad de implementación de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDCs), el involucramiento de los Ministerios Hacienda y Finanzas es clave y se ha venido consolidando con una representación nacional a través de dichos ministerios en el marco del Fondo Verde para el Clima.
Sin embargo, el rol de los Ministerio no sólo se limita al financiamiento climático internacional, muchos de ellos han generado sus propias agendas climáticas y han creado instrumentos específicos, como, por ejemplo:
- El diseño e implementación de un clasificador presupuestal de cambio climática, el cual permite discernir gasto climático mas allá de los proyectos etiquetados como tal y generar una cultura de calidad del gasto. Ecuador cuenta con un clasificador presupuestal y lo viene implementando desde hace dos años.
- La identificación de las condiciones habilitantes e instrumentos financieros para la inversión en infraestructura sostenible, como la implementación de lineamientos de construcción verde, lo cual también permite apalancar recursos externos para colmar las necesidades en inversión. Nicaragua ha orientado sus acciones a la actualización de lineamientos de adaptación al cambio climático para que todos los demás ministerios presenten propuestas de inversión con dimensión de resiliencia.
- La identificación de instrumentos de mercado que permitan la promoción de tecnologías verdes, pero también castiguen tecnologías contaminantes. Chile aprobó un impuesto de carbono de $5 dólares de la tonelada de carbono que espera recaudar US$ 160 millones y reducir un 20% de las emisiones de GEI en 2020 respecto a los niveles de 2007.
- El análisis del impacto fiscal de los desastres naturales cuya periodicidad se ha reducido e intensidad se ha incrementado
En un contexto social donde un 71% de los habitantes de la región dicen que hay que darle prioridad a la lucha contra el cambio climático sin importar sus consecuencias negativas en el crecimiento económico, los Ministerios de Hacienda tienen la oportunidad y responsabilidad de evaluar las diferentes opciones que se vislumbran. En Ecuador, el país más escéptico respecto de la existencia de este fenómeno, un 80% privilegian la solución del problema por sobre el crecimiento económico.
El Banco Interamericano de Desarrollo, en el marco de su Diálogo Regional de Política de Cambio Climático, ha impulsado estas agendas de trabajo desde el 2009 con el fin de poder fomentar la traducción de las oportunidades brindadas por el desafío del calentamiento global en materia de finanzas públicas. Esta semana, se reunirán en Buenos Aires representantes de los Ministerios de Hacienda, Finanzas y Economía estarán reunidos para compartir su experiencia en el desarrollo de sus agendas de cambio climático respectivas.
COPYRIGHT IMAGEN: Jesús Alexander Reyes Sánchez, FLICKR
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