América Latina y el Caribe es un refugio invaluable de biodiversidad en el mundo. Tiene la mayor diversidad de especies y ecosistemas del planeta, una cuarta parte de los bosques de manglares y la mitad de los bosques tropicales (UNEP-WCMC, 2016; Bovarnick et al., 2010). Según la FAO, la región cuenta en su totalidad con 935,5 millones de hectáreas forestales.
Los bosques son verdaderos guardianes del medio ambiente y aliados indispensables en la lucha contra el cambio climático. Por un lado, son poderosos sumideros de carbono y reguladores del clima. Los árboles absorben cada año alrededor de dos mil millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en su corteza, en las hojas y en el suelo, contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el principal responsable del calentamiento global.
Asimismo, los bosques también tienen un rol crítico como reguladores del ciclo del agua. Éstos logran interceptar y evaporar la mayor cantidad de agua que cualquier otro tipo de vegetación o superficie a través de sus profundas raíces. Hay estudios que incluso señalan que esta particular función ayudaría a disminuir los riesgos de eventos climáticos extremos, como inundaciones. Además, la transpiración de los árboles contribuye a la formación de nubes y a la generación de lluvias, mitigando los efectos del cambio climático y previniendo el avance de la sequía.
Los bosques también contribuyen a los medios de vida de millones de personas en zonas rurales, especialmente aquellas que viven en situación de pobreza (a través del abastecimiento de alimentos y otros productos como energía y medicina) e impulsan el desarrollo socioeconómico de los países de la región (a través de la venta de madera).
Sin embargo, en la actualidad los bosques enfrentan grandes desafíos. De acuerdo al informe “El Estado de los bosques y el sector forestal en la región” de la FAO, entre 1990 y 2015 el área forestal de América Latina y el Caribe se redujo del 51% al 46,3% de su superficie terrestre, a una tasa dos veces mayor que el promedio mundial. Eso equivale a la pérdida de 96,9 millones de hectáreas.
Aunque las áreas protegidas han aumentado en todas las regiones a nivel mundial en las últimas dos décadas, la extensión de los bosques ha disminuido en un 4% en el mundo y en América Latina y el Caribe en un 7%, principalmente debido a la conversión de bosques para la agricultura y otros usos del suelo (Lange et al., 2018).
El manejo forestal sostenible y la conservación de los bosques son fundamentales para el logro de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU y también juegan un papel estratégico para que los países puedan cumplir con las NDC (contribuciones determinadas a nivel nacional, por sus siglas en inglés), un mecanismo fijado en el Acuerdo de París en el que los países se establecen objetivos de corto y mediano plazo para reducir sus emisiones de carbono.
Para el BID, la conservación y protección forestal en América Latina y el Caribe es fundamental, especialmente en el actual contexto de cambio climático. La región tiene casi el 35% del total de áreas forestales del planeta y alrededor del 50% de las especies terrestres del mundo, por lo que es un órgano vital que bombea vida y sustento al planeta. Desde 2006 hasta 2019, el Grupo BID ha aprobado cerca de US$ 1.500 millones en actividades forestales, fortaleciendo el manejo sostenible de los bosques en la región.
Controlar y revertir la deforestación ilegal de los bosques a cero es un reto que el BID viene apoyando en la región a través de operaciones de préstamos y otros tipos de mecanismos, como cooperaciones técnicas. El proyecto Descarboniza Pará (BR-L1613), es uno de esos ejemplos. Alineado y también respaldado por el programa Amazonía Siempre, el proyecto apoyará la progresiva transición del Estado de Pará hacia cero emisiones netas de gases de efecto invernadero hacia 2050. Esto se alcanzará, entre muchas medidas, al cambiarse el modelo de uso de la tierra, al promoverse las soluciones basadas en la naturaleza para el aumento de la cobertura boscosa, y al preservar los bosques y las áreas ribereñas.
En sintonía con el Día Internacional de los Bosques que este año se enmarca bajo el tema “Bosques e innovación: nuevas soluciones para un mundo mejor”, el programa Descarboniza Pará apoyará nuevos avances tecnológicos para mejorar la conectividad digital, sobre todo en áreas remotas y de difícil acceso, facilitando la comunicación, la difusión de conocimiento, y el control por parte del Estado sobre actividades ilegales de degradación de bosques.
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Referencias:
UNEP-WCMC (2016). The State of Biodiversity in Latin America and the Caribbean: A Mid-term Review of Progress Towards the Aichi Biodiversity Targets. Cambridge, United Nations Environment Programme World Conservation Monitoring Centre.
Bovarnick, A., F. Alpízar, and C. Schnell. 2010. Latin America and the Caribbean: A biodiversity superpower. United Nations Development Programme (UNDP).
Lange, G.-M., Wodon, Q., & Carey, K. (Eds.). 2018. The Changing Wealth of Nations 2018: Building a Sustainable Future. Washington DC. World Bank
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Crédito de imagen: Shutterstock
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