La Amazonía es uno de los ecosistemas más complejos y ricos del mundo. Con sus 5,5 millones de km2 de denso bosque tropical y 7,9 millones de km2 de cuenca, esta es una de las regiones más biodiversas y ricas del planeta. Si nos referimos a la Región Amazónica Andina (RAA), que comprende Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela y se extiende en 2,7 millones de km2, es el hogar de aproximadamente 24,7 millones de personas, incluyendo más de 200 grupos indígenas conocidos.
A pesar de las oportunidades y de los esfuerzos invertidos, la RAA (su territorio y población) sigue estando expuesta a una serie de desafíos sociales, económicos y de conservación. La falta de acceso a servicios básicos, como agua de buena calidad, afecta al 24,2% de la población, y el limitado acceso a la electricidad en áreas urbanas, es padecido por 22,3% de sus habitantes. Por otro lado, según RAISG, la pérdida neta de cobertura forestal en la RAA, que ha alcanzado 11,5 millones de hectáreas entre 1985 y 2021, presenta graves implicaciones para la conservación y el cambio climático en los países andinos. Estos desafíos socioeconómicos y medioambientales no han permitido aprovechar de forma responsable un ecosistema tan rico y diverso. Si no se abordan estos retos, se mantendrá un rápido proceso de deforestación, altos niveles de pobreza y exclusión, así como bajos niveles de productividad.
Estos desafíos plantean el interrogante de cómo podemos promover un desarrollo más integral en esta región y un modelo de desarrollo inclusivo, sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Para responder a esta pregunta, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha realizado un análisis de brechas de desarrollo en la Región Amazónica Andina, utilizando datos georreferenciados. Este análisis no sólo nos permite medir la severidad de algunos desafíos clave en la región, sino también ubicar dónde están las zonas de mayor necesidad.
El estudio es parte del programa regional Amazonía Siempre. Esta es una iniciativa paraguas liderada por el BID para el desarrollo sostenible de la región, que tiene como objetivo la conservación de los bosques y el clima, y la mejora de la calidad de vida de las personas. En este contexto, el análisis de brechas permite fortalecer la planificación y ejecución de proyectos para generar impacto, compartir conocimientos, apoyar el desarrollo de políticas y mejorar la colaboración y coordinación regional.
El estudio arroja datos reveladores. En el estudio analizamos indicadores de desarrollo, tanto de acceso, como de resultado o políticas; evaluados en base a umbrales regionales, particularmente, el 85,6% de la población y el 94% del territorio experimenta al menos una brecha de desarrollo. De esas brechas, el acceso a agua potable, la educación, la inversión en resiliencia climática, actividades verdes y subestaciones eléctricas son las que requieren mayor atención Algunos ejemplos de estas brechas se pueden encontrar en las figuras siguientes:
- Acceso limitado a agua potable: cerca del 43,9% del territorio registra bajo acceso a agua potable y el 24,2% de la población se beneficiaría del cierre de esta brecha.
- Acceso limitado a educación primaria y secundaria en áreas rurales: el 45,2% del área de estudio presenta brechas de educación en áreas rurales y cerca del 6,5% de la población se beneficiaría del cierre de esta brecha.
- Baja inversión en resiliencia climática: casi el 43% del territorio posee baja inversión en resiliencia climática y el 54% de la población se beneficiaría del cierre de esta brecha.
- Acceso limitado a subestaciones eléctricas: el 17,6% del área de estudio presenta limitaciones de acceso a subestaciones eléctricas y cerca del 41,7% de la población de la zona podría beneficiarse de la gestión de esta brecha.
Adicionalmente, la estimación de 20 brechas sectoriales permite crear un índice multisectorial, con el que identificamos la concentración de brechas en una región. Como se ve en la figura siguiente, en el estudio se calculan tres índices: de capital humano, de protección medioambiental y de oportunidades económicas. Los resultados muestran que más de un millón de personas experimentan al menos seis brechas de desarrollo humano, más de 14 millones de personas viven en áreas con brechas en la conservación del capital natural y más de 10 millones de personas en edad de trabajar habitan en zonas con potencial de producción en sectores vinculados al desarrollo sostenible, verde e inclusivo.
Estos resultados nos permiten repensar estrategias de cómo focalizar mejores intervenciones para promover un desarrollo integral en esta región. Aunque el estudio no desarrolla un menú de inversiones ni de intervenciones específicas, sí propone un modelo de desarrollo basado en nodos y redes que pueda guiar tanto intervenciones a nivel nacional como regional. Este permite plantear un modelo de un desarrollo gradual, menos invasivo en el territorio y que aprovecha economías de escala; construyendo desde 17 nodos (o centros) productivos y de capital humano existentes en el territorio, conectándolos con 21 nodos secundarios para atender su aislamiento y mejorar las redes productivas y, finalmente, creando una red de desarrollo a través del efecto cascada para reducir brechas sociales y productivas en el largo plazo en 23 nodos terciarios.
Este estudio presenta un diagnóstico de brechas sectoriales georreferenciadas en la RAA. Con este estudio, se espera generar evidencia cuantitativa de brechas de desarrollo y así apoyar el diálogo y desarrollo de políticas públicas que apoyen un desarrollo sostenible, inclusivo y verde en la RAA; combatiendo la deforestación y la degradación del capital natural, y apoyando un desarrollo productivo e inclusivo de la región en el mediano y largo plazo.
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