Además de ayudar a mitigar la crisis climática, abordar el cambio climático de manera integral tiene el potencial de generar enormes beneficios económicos y sociales. En el caso de Colombia, ya se ha avanzado en aspectos clave. Por ejemplo, en 2022, los empleos asociados a las actividades ambientales relacionadas con la protección del aire y del clima, gestión de aguas residuales, así como de residuos, entre otros, ascendieron a 258.257 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, lo que representó un crecimiento de 26,5% respecto a 2021.
Sin embargo, para poder avanzar de manera más contundente con la agenda climática y el cumplimiento de metas internacionales, como las contempladas en el Acuerdo de París o en el Marco Global de Biodiversidad Kunning-Montreal, es fundamental que el país movilice más recursos e invierta de forma estratégica, considerando los objetivos climáticos tanto en el sector público como en el privado.
En este blog te contamos cómo Colombia continúa avanzando en su agenda fiscal verde, y a la vez, respaldando esfuerzos sectoriales de descarbonización y desarrollo.
El caso de Colombia: Incorporando el cambio climático en la política fiscal y regulación financiera
Tras la adhesión de Colombia al Acuerdo de París, se han explorado enfoques y herramientas de política fiscal para la gestión del cambio climático. Dos factores clave han impulsado este avance:
- Primero, la creciente evidencia de los riesgos físicos y de transición que enfrenta Colombia, un país altamente vulnerable al cambio climático, los cuales también repercuten en la política fiscal. Se estima que el 47 % del territorio colombiano enfrenta riesgos climáticos “altos” o “muy altos”, y que el 84 % de la población y el 86 % de sus activos están expuestos a dos o más tipos de desastres naturales. Los riesgos climáticos y de desastres representan el mayor pasivo contingente de Colombia, y podrían afectar la actividad económica en un 4,4 % del PIB. Además, los riesgos de transición podrían afectar la estabilidad del sistema financiero y los niveles de inflación, debido a los efectos en los precios de la energía.
- En segundo lugar, hay cada vez más interés en explorar herramientas fiscales, como los impuestos y los mecanismos de endeudamiento, para apoyar el cumplimiento de la contribución determinada a nivel nacional bajo el Acuerdo de París (NDCs por sus siglas en inglés) en materia de mitigación y adaptación. Aunque Colombia ya ha movilizado COP$24,3 billones en fuentes públicas, privadas e internacionales entre 2011 y 2021 (42% destinado a temas de adaptación, 25% a mitigación y 32% a acciones conjuntas), aún queda mucho por hacer. Tan sólo para alcanzar las metas de mitigación de la NDC, el país debería invertir entre US$8,76 y $14,19 billones anuales, lo que representaría una inversión entre el 0,7 % y el 1,2 % del PIB anual.
Por lo tanto, es necesario que los flujos financieros sean más consistentes con los objetivos climáticos del país y las inversiones (de infraestructura y otros) consideren escenarios futuros de cambio climático. También, es clave que se desestimulen las inversiones o subsidios que perpetúan una economía carbono-intensiva o que no hacen evaluaciones por riesgos climáticos.
Colombia pionera en instrumentos fiscales para la acción climática
Colombia ha sido pionera en la región en la aplicación de instrumentos para la acción climática. Algunos ejemplos son los impuestos al carbono y a la utilización de bolsas plásticas, una medida que se ha implementado desde 2017 para desincentivar el uso de combustibles fósiles y plásticos de un solo uso. También, fue el primer país de la región en desarrollar una taxonomía verde para actividades y activos económicos con impacto ambiental, utilizando el sector de agricultura, silvicultura y de otros usos de la tierra (AFOLU por sus siglas en inglés) como enfoque diferencial. Vale la pena mencionar que esto actualmente se encuentra en ampliación. Además, el país emitió bonos verdes en moneda local en 2022 bajo el esquema alemán de bonos gemelos, y fue reconocido en la categoría “soberano” con el premio al “Bono Verde del año 2022” por su innovación financiera, liquidez y desarrollo de mercados verdes en Colombia.
Estrategia de “Finanzas verdes para el desarrollo sostenible del país”
En abril de este año, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) presentó la estrategia “Finanzas verdes para el desarrollo sostenible del país”, que establece una hoja de ruta comprensiva para que el país movilice los recursos necesarios para avanzar en la agenda climática, manteniendo al mismo tiempo una posición fiscal sostenible. La estrategia busca establecer las condiciones que incentiven el diseño de instrumentos económicos y financieros para la mitigación y la adaptación frente a los efectos del cambio climático y la protección de la biodiversidad. Esta estrategia corresponde al “Plan Integral de Gestión de Cambio Climático del Sector Hacienda y Biodiversidad”, en consonancia con la Ley de Cambio Climático de Colombia de 2018, y tiene como finalidad identificar, evaluar, orientar e incorporar las medidas de cambio climático para dicho sector. Además, este plan amplía su alcance a temas de biodiversidad, debido al reconocimiento de la relación entre cambio climático, conservación y uso sostenible de la biodiversidad con la transversalidad de la política fiscal y financiera.
El plan está organizado bajo cinco líneas estratégicas y dos enfoques de acción. Por un lado, las líneas estratégicas se centran en la comunidad internacional, el gobierno nacional, los gobiernos subnacionales, el sector productivo, así como la ciudadanía y la sociedad civil. El primer enfoque de acción de la estrategia corresponde a las competencias del MHCP, cubriendo aspectos como eficiencia fiscal, instrumentos de financiamiento soberano, gestión de riesgos fiscales y financieros, así como la institucionalidad. Por su parte, el segundo enfoque se refiere a las líneas estratégicas del sector que apoyan y aportan al financiamiento climático y al cumplimiento de la NDC. En este enfoque se incluyen instrumentos como la taxonomía verde, el reverdecimiento del sector financiero, el financiamiento de la infraestructura sostenible, la transición de las empresas estatales a cero emisiones netas, la regulación del mercado de carbono, los recursos a regionales no municipalizadas y las asociaciones público-populares.
De la palabra a la acción
El Ministerio de Hacienda y Crédito Público es un actor clave en la lucha contra el cambio climático en Colombia, y este plan de finanzas verdes representa la hoja de ruta para definir las acciones que debe tomar el sector. Su objetivo es garantizar que los recursos abarquen las estrategias de mitigación y adaptación necesarias para cumplir con los compromisos NDC, ya sea a través de la creación de instrumentos económicos y financieros o de la coordinación intersectorial para movilizar recursos. Es muy positivo que el plan involucre a todo el sector Hacienda e incluya la biodiversidad como un tema central, justo en un momento en que esta agenda cobra mayor relevancia. Además, las acciones, tiempos y responsables del plan fueron el resultado de un trabajo interinstitucional, lo que permitió que cada entidad o dependencia de este sector reconozca la importancia del cambio climático en sus funciones. La adopción de este plan integral es un paso significativo para armonizar políticas sectoriales con las fiscales, logrando un mayor impacto en la acción climática y la preservación de la biodiversidad.
Así las cosas, Colombia establece un importante precedente para que otros ministerios de América Latina y el Caribe realicen ejercicios similares. Para ello, continuará siendo fundamental el trabajo conjunto bajo la Plataforma Regional de Cambio Climático de Ministerios de Hacienda, Economía y Finanzas, que viene apoyando el BID, la cual a partir de agosto de 2024 está presidida justamente por Colombia.
Finalmente, es preciso señalar que el gran reto para Colombia y el Ministerio de Hacienda será la implementación y seguimiento de esta estrategia. Para apoyar este proceso, el BID, junto con el gobierno de Alemania a través de la Iniciativa Climática Internacional (IKI), están movilizado asistencia técnica para respaldar la ejecución de varias de las actividades propuestas en este plan de acción.
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