Cada 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras. Y, en esta oportunidad, queremos resaltar la importante –y muchas veces invisibilizada– tarea que ellas realizan para apoyar a las personas mayores en sus tareas cotidianas y para contribuir a la mejora de su calidad de vida.
Acerca de las personas cuidadoras
Las personas cuidadoras pueden ser familiares o personas remuneradas. En el caso de las primeras, se trata de un familiar, amiga/o o vecina/o de la red de apoyo social de la persona mayor que dedica gran parte de su tiempo al cuidado y no recibe retribución económica por las tareas que realiza. Esa es la principal diferencia con la persona cuidadora remunerada, quien sí recibe una compensación económica.
Según estudios realizados en América Latina y el Caribe, el 80% o más de los cuidados es realizado por personas cuidadoras familiares, debido a normas culturales y la escasez de servicios públicos de cuidado. Sin embargo, con la reducción del tamaño de las familias, el aumento de la participación laboral de las mujeres y de las necesidades de cuidado, cada vez habrá más personas cuidadoras remuneradas en la región. Una publicación reciente estima que en la región hay 3,1 millones de personas cuidadoras remuneradas, que brindan cuidado a personas mayores o con discapacidad. Otra publicación sostiene que en 2020 se necesitaban un total de 5 millones de cuidadores remunerados en la región, solo para personas mayores. Esto significa que la región tiene un déficit de cuidadores remunerados para cuidados a largo plazo. Para el 2050, la necesidad de personas cuidadoras remuneradas para personas mayores será de 14 millones.
Sobre las personas cuidadoras familiares, sabemos que son principalmente mujeres, en general, de más de 50 años y con ingresos generalmente bajos. Ellas tienen mayor probabilidad de estar fuera del mercado laboral, de trabajar menos horas en un empleo o de necesitar empleos flexibles para poder adaptarse a las responsabilidades de cuidado.
Las personas cuidadoras remuneradas también son en su mayoría mujeres – aproximadamente el 95%–, se encuentran en los tempranos cuarenta años, cuentan con nivel de educación secundario y tienen acceso limitado a los beneficios de protección social.
Si bien las tareas de cuidado pueden ser gratificantes para las personas cuidadoras, tanto familiares como remuneradas, también pueden tener consecuencias negativas en su salud física y mental. La intensidad de los cuidados y la demanda emocional que implican pueden generar una sobrecarga. Además, la mayoría de las personas cuidadoras realizan estas tareas sin formación, y el cuidado requiere de competencias específicas que es necesario aprender. Por eso, en el día de la persona cuidadora, compartimos 5 consejos para cuidar mejor.
5 consejos para un cuidado de calidad de las personas mayores
En una publicación reciente del BID estudiamos las competencias necesarias para los cuidados de largo plazo de calidad:
1. Apostar por la autonomía de la persona mayor
El principal supuesto para cuidar desde el enfoque centrado en la persona es que nadie tiene más conocimiento sobre uno mismo que la propia persona. En otras palabras, la persona cuidada puede autodirigir su vida, independientemente de los apoyos que necesite. Muchas veces las personas cuidadoras realizan determinadas tareas por la persona mayor en situación de dependencia (por ejemplo, la alimentan, la visten). Lo hacen porque creen que de esta forma los ayudan más o porque es más fácil o más rápido. Esto lleva a que la persona mayor, de a poco, vaya perdiendo aún más su capacidad funcional para realizar esas tareas. Desde el modelo centrado en la persona, se apuesta a que la persona conserve su autonomía y realice todas las tareas que pueda, manteniendo así el control sobre su vida.
2. Participación en las decisiones
Muchas veces, cuando la capacidad cognitiva de la persona cuidada está deteriorada, se cree que se debe decidir todo por esa persona. Por ejemplo, qué va a comer o cómo se va a vestir. Sin embargo, se ha demostrado que la participación de las personas mayores en la toma de decisiones cotidianas aumenta no solo su propia satisfacción, sino también la de las personas que lo apoyan.
Por supuesto los modelos de participación colectiva tienen sus desafíos, pero son viables. Un modelo que se destaca en términos de participación es el implementado en una residencia en Bélgica, donde las personas cuidadas deciden por sí mismas lo que sucede en la pequeña sociedad que es su centro de larga estadía, desde el menú diario y las actividades que realizan, hasta las contrataciones y los despidos del personal.
3. Personalización de la atención
Personalizar significa entender que cada persona tiene sus preferencias e intereses específicos. Entonces, desde el enfoque de atención centrado en la persona, se plantea la importancia de conocer la biografía de cada persona y sus intereses, y a partir de ahí pensar en conjunto actividades cotidianas estimulantes y significativas.
Esto es especialmente importante para personas cuidadas en centros: en muchos de ellos se organizan actividades para todas las personas mayores por igual, sin reconocer su individualidad (por ejemplo, realizar artesanías). Una mejor práctica sería entender que alguien querrá regar las plantas, otro colaborar en la cocina, o escuchar folclore.
4. Poder hablar sobre la muerte
Como explica El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte, en Occidente vivimos negando la muerte o aterrorizados por ella. En un caso u otro, es un tema tabú que no sabemos cómo abordar cuando se acerca el momento. Las personas cuidadoras muchas veces no habilitan la conversación sobre la muerte porque les da miedo no saber que decir o qué hacer.
Es importante saber que se puede proveer consuelo simplemente desde establecer una atmósfera de confianza para que la persona que está cerca de morir pueda hablar de sus emociones y temores, desde la escucha activa y desde un silencio receptivo y sereno.
5. ¡Autocuidarte!
Por último, es imposible poder cuidar bien de otra persona sin cuidarse también a uno mismo. Las personas cuidadoras, principalmente las familiares, pueden desatender su bienestar (por ejemplo, no van a turnos médicos, se aíslan socialmente, etc.). Las competencias de autocuidado para mejorar el bienestar de las personas cuidadoras son muy importantes.
Es fundamental poder identificar los signos de agotamiento físico y emocional y desarrollar estrategias para mejorarlo, como técnicas de relajación y meditación. También puede ser útil establecer una meta de cuidado personal (como dormir mejor o alimentarse saludablemente). Otros mecanismos que pueden contribuir a mejorar el bienestar de las personas cuidadoras son la autobservación, la reflexión y el establecimiento de límites.
Descarga aquí la publicación “Hacia la profesionalización de las personas cuidadoras”
La importancia de la formación de los cuidadores
La formación de las personas cuidadoras es un determinante clave de la calidad de los cuidados a personas mayores y tiene múltiples beneficios, tanto para las personas cuidadas como para las personas cuidadoras.
La formación está asociada a una reducción de su angustia, estrés y rotación, y una mejora en la satisfacción laboral de las personas cuidadoras remuneradas. También es un primer paso para la profesionalización y la jerarquización de la tarea de cuidar.
Además, la formación está asociada con un incremento en la calidad de vida de las personas cuidadas, una disminución de la medicación y de los comportamientos disruptivos, especialmente de las personas con demencia, y un retraso en la institucionalización. Esto último es muy importante, dado que las personas mayores suelen preferir envejecer en sus hogares.
Si quieres saber más sobre la situación de formación de personas cuidadoras en América Latina, en qué competencias hay que formar y cómo, descarga nuestra publicación. Y no te pierdas nuestro próximo webinar, en el que dialogaremos sobre la importancia de promover la calidad de los cuidados y la profesionalización de las personas cuidadoras, a la vez que analizaremos las políticas de formación a nivel internacional, con foco en la región. Regístrate aquí:
TICS dice
EXCELENTE INFORMACION, ES IMPORTANTE TENER CONOCIMIENTO BASICO DEL CUIDADO DE UNA PERSONA MAYOR DE ESTA MENERA PODER TENER REACCION A CADA SITUACION QUE PUEDA PRESENTAR EL ADULTO.
Lourdes Montenegro dice
Excelente publicación. Recomendada.