Cuando la pandemia de la COVID-19 golpeó a los países del Cono Sur de América Latina, la igualdad de género sufrió verdaderos retrocesos evidenciando la fragilidad de los logros alcanzados en los últimos años. Las mujeres asumieron la mayor parte de la carga del trabajo adicional en el hogar debido al cierre de escuelas y guarderías, y su participación en el mercado laboral disminuyó drásticamente. La recuperación del empleo ha sido muy lenta desde entonces.
Los formuladores de políticas públicas en los países del Cono Sur –Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay– necesitan implementar urgentemente programas y políticas que reduzcan la desigualdad de género y den a las mujeres la oportunidad de alcanzar su pleno potencial en el mercado laboral y otras esferas de sus vidas. Ahora más que nunca es esencial mejorar la igualdad de género, ya que estos países necesitan alcanzar un crecimiento sostenido e inclusivo en la fase de recuperación de la pandemia.
Como contribución a esa causa, el BID ha lanzado un volumen de estudios que aporta evidencia útil para el diseño de políticas públicas que puedan abordar eficazmente las disparidades de género. El volumen titulado Cerrando Brechas de Género en el Cono Sur: Un potencial de crecimiento desaprovechado, incluye estudios que profundizan en las causas de las diferencias de género en el mercado laboral, abarcando diversos desafíos que van desde las disparidades en el sistema educativo hasta sesgos en los patrones de movilidad. Otros estudios analizan las consecuencias económicas de las desigualdades de género y el efecto de diferentes políticas o fenómenos, como la globalización, sobre la paridad de género.
Las brechas de género son costosas
Según esta investigación, los costos agregados resultantes de las diferencias de género en el mercado laboral son elevados. La eliminación de barreras ocupacionales, como la discriminación salarial, las diferencias en la acumulación de capital humano (competencias y habilidades) y las normas sociales con sesgo de género, podría generar considerables ganancias en los países del Cono Sur, que oscilarían entre 4% y 15% del PIB, según el país. La eliminación de las barreras a las que se enfrentan las mujeres y los distintos grupos étnicos en Brasil podría generar ganancias de hasta 30% del PIB.
Clave para eliminar estas barreras son las políticas que abordan las brechas de acumulación de capital humano desde temprana edad y las que promueven la participación de las mujeres en el mercado laboral y el acceso a ocupaciones de alta calificación. Los campos técnicos son un área en la que se puede mejorar. Uno de los estudios del volumen, por ejemplo, encuentra que la matrícula en carreras de ingeniería y tecnología, a diferencia de aquellas en humanidades, artes o ciencias sociales, aumenta los ingresos y el empleo de los hombres. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las mujeres. Esto no parece deberse a que las mujeres prefieran trabajos con características diferentes, como mayor flexibilidad, mejor equilibrio entre la vida laboral y la personal, o tiempos de desplazamiento más cortos. Más bien, parece que las mujeres en carreras de tecnología e ingeniería son objeto de una mayor discriminación en el mercado laboral en relación con mujeres en otras áreas.
Distintos factores afectan las brechas de género
El volumen también constata que otros factores, además de la formación de capital humano, pueden contribuir a las desigualdades de género en el mercado laboral. Por ejemplo, los diferentes patrones de movilidad pueden restringir el acceso de las mujeres a los puestos de trabajo. Debido a sus responsabilidades domésticas y familiares, las mujeres tienden a hacer viajes más frecuentes que los hombres, viajan más fuera de las horas pico y utilizan más el transporte público. Esto hace que los costos de transporte sean relativamente más altos para las mujeres, lo que limita su acceso a las oportunidades de empleo, especialmente para las que pertenecen a poblaciones desfavorecidas. Por lo tanto, considerar específicamente la situación de las mujeres en las políticas de transporte y planificación urbana podría ayudar a aliviar algunos de estos problemas.
Otro estudio examina el papel que puede jugar la inversión extranjera directa en la reducción de las disparidades de género en el mercado laboral. Los resultados muestran que las empresas locales con más trabajadores con experiencia multinacional registran menores diferencias de ingresos entre hombres y mujeres. Sin embargo, los efectos son pequeños en cuanto a su importancia económica, lo que sugiere que los países deberían ser cautelosos al considerar la inversión extranjera directa como fuente significativa de mejora en la igualdad de género.
Los programas de formalización atraen de manera desproporcionada a las mujeres
Por el contrario, algunas intervenciones neutrales en cuanto a la equidad de género podrían afectar significativamente las brechas de género en el mercado laboral. El informe muestra que la reducción de los costos burocráticos e impositivos para promover el registro de micro y pequeñas empresas aumenta las tasas de formalización, especialmente entre las mujeres. De hecho, tal y como muestra la literatura, las mujeres parecen valorar más que los hombres los beneficios que brinda la formalización y buscan mayor seguridad social para sus familias. Por lo tanto, comprender las motivaciones de las mujeres para formalizar sus emprendimientos puede orientar la concepción de futuros programas.
Lograr la igualdad de género es una de las prioridades de la Visión 2025 del Grupo BID. El enfoque de género es fundamental para ayudar a los países de la región a promover un crecimiento sostenible e integrador. Un buen comienzo es poner en marcha programas y políticas públicas que reduzcan la desigualdad de género y den a las mujeres la oportunidad de alcanzar su pleno potencial.
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