Parte de nuestra serie de blogs “detrás de la escena” de nuestra publicación bandera del 2020, De Estructuras a Servicios: El Camino a una Mejor Infraestructura en América Latina y el Caribe
Por su propia naturaleza, los cambios tecnológicos disruptivos son difíciles de predecir. Sin embargo, existe consenso sobre que las mejoras de eficiencia vinculadas a una mayor digitalización de los servicios de infraestructura será un ejemplo paradigmático de este tipo de cambios en el futuro próximo. En los ejercicios presentados en blogs anteriores, las mejoras de eficiencia simuladas se introducían en el análisis como si fueran “regalos” para la economía. Sin embargo, en la práctica, los proveedores de servicios o el gobierno o ambos, deberán invertir recursos para implementar los cambios tecnológicos que den lugar a esas mejoras de eficiencia.
Para comprender el impacto que la digitalización de los servicios puede tener sobre la economía debemos hacer supuestos sobre qué implica digitalizar los servicios, y cómo traducir esos cambios en el modelo. La digitalización de los servicios de infraestructura incluye tecnologías digitales para ampliar la oferta, para mejorar la gestión de la demanda, y para mejorar la calidad de los servicios prestados. El concepto comprende tecnologías como medidores inteligentes para controlar y gestionar el consumo de electricidad residencial, aplicaciones de smartphones para monitorear el consumo de electrodomésticos, sensores digitales remotos para medir y controlar la presión del agua y pantallas digitales en las paradas de buses, metro y trenes para informar a los pasajeros sobre la llegada del próximo vehículo
En cuanto a los beneficios potenciales que esos cambios pueden generar, en el DIA 2020 se supuso que la digitalización de los servicios produciría mejoras de eficiencia que implican ahorro de costos y ganancias de eficiencia productiva equivalentes al 15% por encima de los estándares actuales observados en los servicios a lo largo de un período de 10 años. Pero para que los proveedores de servicios puedan adoptar tecnologías digitales se requerirán inversiones. Se necesitarán equipos nuevos (por ejemplo, medidores inteligentes) e infraestructura digital (esto es, construcción de redes 5G). Teniendo esto en cuenta, se supuso —sobre la base de las previsiones de la industria— que las necesidades de capital en los sectores de infraestructura aumentarían en un 10% por encima de los niveles iniciales a lo largo de 10 años. A su vez, con la adopción de tecnologías digitales, la demanda de servicios de telecomunicaciones se elevaría por encima de los niveles iniciales. Por lo tanto, se supuso que la demanda de servicios de telecomunicaciones —que es uno de los más de 30 sectores productivos de la economía según la Matriz de Contabilidad Social de cada país— se incrementa en un 2% en relación con el escenario base durante los primeros tres años de simulación; luego asciende al 3,5% en los tres años siguientes y finalmente llega al 5% en los últimos anos de la década.
Las magnitudes específicas se basan en evaluaciones de escenarios inciertos realizadas por especialistas y, por lo tanto, están sujetas a errores de pronóstico y a sesgos de los expertos. Pero más allá de los dilemas inherentes a cualquier decisión de modelación, los resultados proporcionan una primera aproximación al posible impacto que puede tener en la economía el uso de tecnologías digitales en servicios de infraestructura, teniendo en cuenta la interconectividad entre sectores y otras complejidades de las que se da cuenta en un marco de equilibrio general.
Los resultados muestran que luego de un breve período de ajuste durante el cual las economías absorben el costo de la mayor inversión requerida para digitalizar los servicios, los beneficios netos positivos empiezan a aparecer a partir del año 2 y se van acumulando. Al cabo del año 10 llegan a casi 6 puntos porcentuales del PIB.
Gráfico 1. Impacto de la digitalización de los servicios de infraestructura en el PIB
Un resultado a destacar es que la digitalización, además de generar crecimiento económico, impulsa la inclusión. La mayor tasa de crecimiento se ve acompañada de mejoras en la distribución del ingreso. Los modelos muestran que, en todos los países, en promedio, los ingresos reales de los dos quintiles más pobres aumentarían un 16% más que los ingresos de los dos quintiles más ricos.
Gráfico 2. Impacto de la digitalización en el ingreso de los hogares
Teniendo en cuenta los posibles impactos en el producto y en la distribución del ingreso, el escenario de digitalización es un ejemplo de lo que en un blog anterior se denominó “aumento de eficiencia” en la economía. La digitalización de los servicios de infraestructura tiene el potencial de afectar a las economías de la región a través de múltiples canales que redunden en una mayor productividad, mejores servicios de infraestructura y una mejor calidad de vida. Las políticas públicas pueden y deben apuntalar este proceso virtuoso asegurando que estos cuantiosos beneficios potenciales se materialicen y se distribuyan de manera que todos, y particularmente los más pobres, los puedan aprovechar.
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