Un terremoto de magnitud 7,2 sacudió a Haití el 14 de agosto de 2021, afectando gravemente a los departamentos de Sud, Grand’Anse y Nippes. El terremoto dejó a su paso más de 2.200 muertos y destruyó infraestructura crítica como viviendas e instalaciones de salud y educativas. Las actividades de respuesta y rescate se vieron obstaculizadas por el bloqueo de carreteras y varias réplicas -incluyendo un terremoto de magnitud 5,8 que golpeó la misma zona al día siguiente. La tormenta tropical Grace, que golpeó la isla con intensas lluvias e inundaciones hizo retrasar aún más las labores de socorro.
Pese a ser más poderoso que el terremoto de magnitud 7,0 que devastó a Haití en 2010, que causó cerca de 250.000 muertes y que resultó en daños económicos por un valor de US$8.000 millones, el epicentro del terremoto de 2021 estuvo localizado mar adentro, lejos de la capital y de las zonas más densamente pobladas. Esto apunta a que, afortunadamente, las repercusiones económicas serán de menor escala que las de la tragedia de 2010. No obstante, con miles de muertos y heridos, y decenas de miles de estructuras destruidas, y carreteras intransitables, existe una necesidad urgente de esfuerzos de apoyo y reconstrucción. Pero para planificar y organizar estos esfuerzos también es necesario realizar estimaciones rápidas y fiables de los daños económicos, con el fin de informar al Gobierno y a organizaciones internacionales, así como para sopesar cómo se pueden recaudar, transferir y aprovechar al máximo los recursos necesarios.
Aplicando una metodología desarrollada en el BID
Teniendo esto en cuenta, aplicamos la misma metodología que desarrollaron Eduardo Cavallo, Andrew Powell y Oscar Becerra para obtener estimaciones preliminares de las pérdidas económicas del terremoto de 2010. Nuestros cálculos sugieren una estimación central de los daños económicos de esta catástrofe de US$1.600 millones, o el 9,6% del PIB.
Estas estimaciones proceden de un análisis estadístico y no sustituyen a las que se generan con un análisis exhaustivo de daños y pérdidas con información del terreno. La evaluación de necesidades para situaciones posteriores a desastres (PDNA, por sus siglas en inglés), lanzada en septiembre de 2021 por el Gobierno y varias organizaciones internacionales, será fundamental para los esfuerzos de reconstrucción, y determinará las asignaciones de ayuda.
Pero estos análisis requieren tiempo. Nuestro análisis pretende proporcionar, por un lado, una indicación temprana útil de la gravedad económica de la catástrofe y, por el otro, una contribución técnica para la PDNA.
La metodología se basa en un análisis econométrico que utiliza una amplia base de datos de los principales acontecimientos a nivel mundial. La cuantía en dólares de los daños de las catástrofes se estima utilizando variables que reflejan la gravedad del suceso y las características del país, así como el número de muertos o desaparecidos, el nivel de desarrollo económico (PIB real per cápita), la población, la superficie y el nivel de ingreso del país (PIB). En la regresión también se incluyen variables regionales y una tendencia lineal. El recuadro a continuación detalla el modelo y las variables utilizadas. Los resultados de la regresión se utilizan para elaborar predicciones sobre el valor estimado de los daños (en dólares estadounidenses y como porcentaje del PIB) que cabe esperar para un país con las características económicas y demográficas de Haití tras este terremoto.
Para este ejercicio se utiliza una amplia base de datos que incluye catástrofes naturales y variables socioeconómicas de los países.Los datos empleados se obtienen de la base de datos internacional de desastres (EM-DAT) y de otras fuentes diversas, como la ONU, organizaciones no gubernamentales, compañías de seguros, instituciones de investigación y agencias de prensa. Cubren aproximadamente 2.000 eventos.
Los gráficos 1 y 2 ilustran los resultados de las estimaciones para este terremoto. Suponiendo un nivel de muertos de 2.500 personas, la estimación central de los daños de este terremoto es de US$1.600 millones (con intervalos de confianza del 10% y el 90% que oscilan entre US$$1.000 millones y US$2.500 millones). Esto equivale al 9,6% del PIB (con intervalos de confianza que van del 5,9% del PIB al 15,5% del PIB).
Gráfico 1. Estimación de los daños potenciales (miles de millones de dólares americanos con un intervalo de confianza del 90%)
Gráfico 2. Estimación de los daños potenciales (% del PIB con un intervalo de confianza del 90%)
Advertencias sobre las estimaciones de impacto económico
Aunque esta metodología estadística puede proporcionar estimaciones rápidas, así como indicar posibles intervalos de confianza, hay que tener en cuenta varias advertencias.En primer lugar, la magnitud de los daños está directamente relacionada con el número total de víctimas, que puede tardar más en confirmarse. En segundo lugar, para evitar una representación excesiva de sucesos pequeños, se excluyen del análisis los sucesos muy pequeños (menos de 10 personas declaradas muertas o desaparecidas y/o con daños inferiores a US$10 millones), y otros con un número reducido de víctimas. Por último, como en cualquier ejercicio econométrico, las estimaciones están sujetas a errores en la especificación del modelo y a los errores estadísticos habituales.
Ayudando con la labor de socorro y reconstrucción tras el terremoto
Haití vuelve a lidiar una vez más con los efectos de una grave catástrofe natural y ahora se enfrenta a la compleja tarea de recaudar fondos y garantizar que los suministros de socorro y reconstrucción lleguen a las zonas afectadas. La recién publicada Visión 2025 del BID destaca el fomento de la resiliencia ante catástrofes naturales y la capacidad de responder rápidamente a estos acontecimientos cuando se producen. Para reaccionar de forma ágil y con los recursos adecuados, es fundamental una estimación temprana de la magnitud de los daños económicos. Esperamos que estas estimaciones resulten útiles para que el gobierno y sus asociados internacionales puedan planificar los esfuerzos críticos de socorro y reconstrucción que, a su vez, mejorarán la resiliencia ante estos eventos en el futuro.
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