En este siglo XXI en el que los cambios sociales se producen a un ritmo vertiginoso, las sociedades exigen que las personas desarrollen un número cada vez mayor de las habilidades para afrontar los complejos desafíos de la vida. Estas habilidades incluyen resiliencia, pensamiento crítico y empatía, entre otras. ¿Cuáles son las habilidades para la vida que importan y cómo pueden contribuir los sistemas educativos a la prosperidad de las personas?
Desde sus inicios, los sistemas educativos del hemisferio occidental se han dedicado a promover el desarrollo académico y personal de los estudiantes. Las primeras universidades se fundaron en México y República Dominicana con la generación del primer viaje de Colón. Éstas eran instituciones religiosas interesadas tanto en el crecimiento moral como el intelectual. Quizás la primera legislación en las Américas para establecer un sistema de escuelas públicas fue la maravillosamente apodada Acta de Satanás deludor de 1647. Basada en la creencia de que leer la Biblia era la mejor inoculación contra la influencia de ese viejo engañador, Satanás, los puritanos de Massachusetts votaron a favor de construir escuelas públicas para difundir la alfabetización. Casi desde el comienzo del movimiento de educación pública en el siglo XIX, los educadores discutieron la importancia de desarrollar a los estudiantes no solo como pensadores, sino también como individuos y ciudadanos.
El desarrollo de los estudiantes como personas es más importante que nunca. El ritmo en que se producen los cambios sociales está aumentando rápidamente y con él viene una mayor demanda de habilidades como la resiliencia, el pensamiento crítico y la empatía. Esta es una educación que, si se brinda de manera efectiva, puede contribuir al éxito del estudiante como individuo y como miembro de la sociedad durante toda su vida.
Las escuelas y otros entornos de aprendizaje y capacitación que atienden a los jóvenes pueden desempeñar un papel esencial en la oferta sobre habilidades para la vida y carácter. Sin embargo, para estos programas educativos, existe una amplia gama de posibles habilidades como objetivos de la educación (quizás demasiadas), lo que sugiere la necesidad de orientación sobre qué habilidades tienen más probabilidades de tener un impacto con resultados demostrables y valiosos.
¿Cuáles son las habilidades para la vida más útiles que los sistemas educativos pueden infundir y desarrollar? Intentamos identificar habilidades para la vida que sean medibles, maleables y significativas, mediante la integración de una amplia literatura que aborda el universo de objetivos para los programas de desarrollo de habilidades para jóvenes.
Habilidades para la vida que importan
Una habilidad se puede definir como cualquier cosa que una persona hace bien. Las habilidades tienen que ver con el grado en que una persona se involucra efectivamente en conductas y prácticas asociadas con el logro de un determinado conjunto de objetivos.
Las habilidades para la vida, a veces denominadas habilidades blandas o aprendizaje más profundo, tienen amplias implicaciones para las personas, ya que contribuyen al funcionamiento social, emocional, productivo y/o intelectual general. Estas habilidades contribuyen al éxito de los individuos como miembros de una comunidad, al mejorar su bienestar, el uso eficaz de la información y la búsqueda de objetivos. Representan enfoques generales para lidiar con conflictos, estrés y obstáculos de la vida.
También tienden a contribuir al bien común, al mejorar la cohesión social, la productividad del grupo y/o el procesamiento efectivo de la información. Como consecuencia, los grupos sociales tienden a valorar y admirar la evidencia de estas habilidades en los miembros de una sociedad.
Una estrategia para identificar las habilidades para la vida que importan
Nuestro informe, “Habilidades para la vida: una revisión de las habilidades para la vida y su mensurabilidad, maleabilidad y significado” está destinado a apoyar la creación de programas efectivos para el desarrollo de habilidades. Comenzamos recopilando listas de posibles objetivos para el desarrollo de habilidades no académicas en los estudiantes y las redujimos a una lista de 30 habilidades candidatas que pensamos que merecían una inspección más detallada.
Las “3Ms” en la Evaluación de Habilidades
Cualquiera de estas 30 habilidades sería un enfoque razonable para un programa educativo, pero sigue siendo un conjunto desconcertantemente amplio de opciones. Para reducir aún más el enfoque, revisamos la evidencia de la investigación para cada una de estas 30 habilidades candidatas en tres dimensiones:
• Mensurabilidad: ¿Existen medidas validadas para la habilidad disponibles ahora? Estuvimos particularmente interesados en las medidas que ya se habían considerado apropiadas para los jóvenes y entre los hablantes de varios idiomas del hemisferio occidental (por ejemplo, español e inglés).
• Maleabilidad: ¿Existe evidencia de cómo se puede moldear y fomentar la habilidad? Estuvimos particularmente interesados en las habilidades donde ya existía un cuerpo de evidencia de investigación que mostraba que la habilidad respondía a intervenciones formales como los programas escolares.
• Significado: ¿Existe evidencia de que aquellos que demostraron más de la habilidad tuvieron mejores resultados en la vida? Estuvimos particularmente interesados en la evidencia de que la participación en intervenciones formales había resultado no solo en el crecimiento de la habilidad, sino también en mejores resultados de consecuencia en la vida, como el bienestar o la navegación efectiva de situaciones sociales.
Desarrollamos un sistema de calificación para cada una de las tres dimensiones, lo que nos permitió generar un puntaje general para cada habilidad. Nuestras conclusiones solo pudieron ser tan buenas como la base de evidencia existente, pero con esta advertencia en mente, identificamos 10 habilidades que se destacaron del resto en términos de la combinación de mensurabilidad, maleabilidad y significado. Estas son las habilidades para las que encontramos la mejor evidencia de que un cambio en la habilidad es medible, posible e importante. En orden de puntaje general, éstas fueron:
El informe finaliza con un conjunto de mejores prácticas que recopilamos en el diseño, implementación, evaluación y sostenibilidad de programas. Estos están destinados a ayudar a los diseñadores e implementadores de programas educativos a evitar algunos de los errores comunes que se cometen en el diseño de programas.
Esperamos que las herramientas que hemos proporcionado estimulen un nuevo entusiasmo y esfuerzos para crear programas de desarrollo de habilidades educativas que ayuden a preparar a todos nuestros estudiantes para la vida en el siglo XXI.
La evidencia que hemos presentado hasta ahora se ha centrado en los mejores objetivos para el desarrollo de habilidades en los jóvenes, al menos como lo sugiere la investigación actualmente disponible, con base en tres criterios de herramientas de medición adecuadas (medibilidad), el potencial para una intervención efectiva (maleabilidad), y razón para sospechar que la fomentación de la habilidad tendrá resultados de vida deseables consecuentes (significado). De nuestra lista inicial de 30 habilidades, identificamos 10 habilidades clave con los niveles más altos de mensurabilidad, maleabilidad y significado (enumerados a continuación en orden de mayor a menor evidencia empírica de mensurabilidad, maleabilidad y significado):
Finalmente, observamos que el desarrollo de habilidades para la vida puede tener un valor intrínseco para los jóvenes. Habilidades como la resiliencia, la resolución de problemas o la capacidad de construir relaciones positivas tienen un tremendo potencial para mejorar en estudiantes la auto-percepción y la calidad de vida en general, además de los resultados consecuentes más específicos que ya mencionamos.
Para ayudar a las personas a navegar mejor sus vidas, debemos aprovechar todo el potencial de la educación para desarrollar habilidades para la vida que sean importantes, así como la eficacia académica tradicional. Creemos que los sistemas educativos que simultáneamente promueven habilidades para la vida que importan y fomentan habilidades académicas de la mano son factibles y deseables. Esta combinación puede sembrar las semillas para mejorar de manera sostenible la condición humana.
Una revisión de las habilidades para la vida y su mensurabilidad, maleabilidad y significado BID Banco Inter-Americano de Desarrollo. Para obtener más información, consulte la publicación más reciente del BID “Una revisión de las habilidades para la vida y su mensurabilidad, maleabilidad y significado” y permanezca conectado y siga nuestra serie de blogs sobre educación, oportunidades económicas y #skills21.
Blanca Aurora Altamirano Vega dice
Excelente trabajo e investigación. Aunque en lo personal yo hubiera seleccionado:
Adaptabilidad
Resolución de conflictos
Pensamiento creativo
Toma de decisiones
Empatía
Compromiso
Orientación a metas
Proactividad
Responsabilidad
Autorregulación|Autocontrol
Comunicación
Jesica Alejandra dice
Gracias por los aportes tan valiosos en materia de transformación educativa e inclusión de las habilidades de comunicación y socioemocionales en las currículas de diferentes países de la región. En este sentido, quiero agradecer especialmente los aportes de la ministra de Ecuador, ministro de Uruguay y de Alejandro Adler que compartió tan sencillamente algunos resultados y conclusiones de programas implementados en diferentes países para reducir la desigualdad educativa y las brechas existentes entre formación y requerimientos de la sociedad civil y el trabajo. Todo ha sido de enorme provecho!