Lautaro Ferraro (19) y Tamara Balaguer (17) nacieron en Migues, una ciudad de Uruguay que tiene menos de 3.000 habitantes. Los dos se educaron en una escuela rural y son parte de una generación que creció con Ceibal, el centro de innovación con tecnología para transformación digital de la educación del Estado uruguayo, que cumplió 15 años.
Su historia pone de manifiesto el impacto positivo que se logra cuando se incorpora el pensamiento computacional a la educación, no solo por el desarrollo de habilidades STEM sino también por sumar nuevas formas de comprender el mundo que los rodea.
Lautaro y Tamara formaron parte del evento “Ceibal: 15 años de innovación educativa”. En la sede central del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) una delegación uruguaya contó detalles sobre el trabajo del centro, que promueve la integración de la tecnología a la educación con el fin de mejorar los aprendizajes e impulsar procesos de innovación, inclusión y crecimiento personal.
“Siento que a mí y a muchísimos de mi generación nos ha cambiado la forma de ver el mundo. Este tipo de programas enseñan mucho más de la vida en sí que de robótica o programación”, dijo Tamara, que cursa el último año de Secundaria.
Lautaro, por su parte, dijo que gracias a Ceibal encontró en la robótica una pasión.
“Ceibal ha marcado bastante mi vida. Desde el inicio en esta escuela rural en la que éramos tan sólo cuatro alumnos (…) Me dio la oportunidad de conectarme con el mundo, tener accesibilidad”, expresó.
Lo que sigue es un extracto de la entrevista que realizó la presidente interina del BID, Reina Irene Mejía Chacón, a los dos estudiantes y en la que reflexionaron sobre la transformación digital, las nuevas formas de aprender, sus sueños y el impacto de la tecnología para cerrar brechas de género.
¿Cómo entró Ceibal a tu vida?
Lautaro: Ceibal ha marcado bastante mi vida. Desde el inicio en esta escuela rural en la que éramos tan sólo cuatro alumnos. Era una escuela rural multigrado donde había alumnos de primero, de quinto, de sexto. El saber era un poco compartido.
El primer acercamiento que tuve con Ceibal fue en 2010, cuando se me entregó la primera Ceibalita, esa maquinita verde y blanca que veían, que tanto marcó la educación uruguaya.
Mi familia era muy humilde, se vivía de la tarea rural, de la quinta. Tener una computadora para mí era una alegría inmensa, era genial. Me dio la oportunidad de conectarme con el mundo, tener accesibilidad a material, a la biblioteca, también tenía juegos por lo que podía tener algún tipo de recreación y tenía aplicaciones que nos permitían poder desarrollar el intelecto, compartir entre nosotros y con los maestros y maestras de ese entonces.
Ceibal ha cambiado mucho, pero ese fue mi primer acercamiento. He vivido casi todo el transcurso de Ceibal y fue un gran cambio para mi vida.
¿Cómo crees que ha incidido en la educación de estas generaciones la tecnología? ¿Cómo cambió tu forma de aprender?
Tamara: Ceibal incidió de muchísimas formas. Ese acceso a la tecnología materializado en la Ceibalita es un impacto grande, porque en ese momento no era tan común en Uruguay tener tu propio dispositivo. Después fue muchísimo más que eso. La computadora fue un medio para todo lo que después se desarrolló en mi vida y en la de muchas generaciones.
El ser parte de la ciencia, de la tecnología, de la robótica, de la programación, también del arte, la literatura. Sin dudas ha introducido una nueva forma de aprender y en los docentes de enseñar.
Siempre digo que lo que a mí me cambió respecto a otras generaciones fue el haber sido parte del pensamiento computacional: esta cuestión de tener un problema y analizarlo, pasar de problemas grandes a más chiquitos.
El impacto real de Ceibal, así como el tangible fue la computadora, en lo personal lo que me deja es el pensamiento computacional, esta forma de entender el mundo de una manera distinta.

Lautaro, ¿cómo descubriste la robótica?
Lautaro: Allá en Migues había una profesora que dio el puntapié inicial para que me gustara la robótica. Fue la que de a poco nos fue mostrando la robótica, la programación, y fue despertando esa chispa en mi: “esto me gusta, quiero hacer algo con esto, quiero probar, quiero investigar”.
He recorrido un lindo camino y hace unos años ya que con Tamara y otros chicos de Migues y de todo el Uruguay hemos venido trabajando en proyectos de robótica, hemos tenido la suerte de venir a Estados Unidos a competir en un Mundial de Robótica.
Ceibal organiza unas Olimpiadas de Robótica, programación y videojuegos para que jóvenes de todo el país puedan mostrar lo que han aprendido con sus pares y docentes. Así fue que me introduje en el mundo de la robótica que hoy amo. Es algo que me gusta hacer, que me distrae, me apasiona y ojalá sea parte de mi futuro.

La transformación digital como vía para cerrar brechas de género
Tamara, ¿qué significó para ti como una joven mujer participar en las Olimpiadas de Robótica?
Tamara: En que en mi caso nunca fue un obstáculo el hecho de ser mujer pero porque hay un camino hecho por mujeres que vinieron antes que yo, que hicieron que tengamos algo de visibilidad, aunque sea menor que la de los hombres en muchos momentos. Hay muchísimas mujeres que han trabajado para que otras como yo podamos ser parte.
Reconozco mi participación como un privilegio y una oportunidad que le agradezco a otras y que también entiendo como una responsabilidad. No es menor la poca representación que hay de mujeres en la ciencia en general.
Es una responsabilidad que pienso llevar adelante: el hacer que muchas otras mujeres puedan pasar adelante. El hecho de que exista la posibilidad de ser parte es genial y pienso seguir trabajando en eso para que muchas otras mujeres que vengan después se animen también.

Las mujeres siguen subrepresentadas en las áreas de STEM. Post pandemia ha sido muy difícil que regresen a las posiciones de trabajo o incluso nuevas porque hay un desfase en las capacidades. ¿Sientes tú que estás abriendo brechas? ¿Lo sentías tu desde que estabas en la escuela?
Tamara: La representación que tenemos es menor. Los hombres lo tienen en la mente, en el inconsciente, como algo posible. Yo nunca lo vi como algo que me gustaría hacer. Hoy me cuestiono si no lo vi como algo que me gustaría hacer porque no me gustaba o porque no era una oportunidad real o presente.
Entonces, aunque en el momento no me di cuenta, el hecho de que no lo haya tenido en cuenta tiene mucho que ver con lo que se nos dice que vamos a ser de grandes o que es para nosotras, aunque debo reconocer que Ceibal ha hecho un proceso de inclusión tanto para las mujeres como para diferentes contextos sociales.
El hecho de tener la tecnología cerca más allá de quien seas, es muy importante y es parte de que haya podido estar acá.
¿Cómo se imaginan sus futuros, hacia donde van sus sueños?
Lautaro: Actualmente estoy estudiando Medicina. Me apasiona la medicina, la biología, al igual que la ciencia, pero también tengo ese otro amor de mi vida que es la robótica y la programación. Siempre dije que la robótica es mi cable a tierra. Mi punto de desconexión. Cuando estoy mal, o siento que estoy estresado, cuando siento que necesito reencontrarme conmigo mismo, vuelvo a eso, a los momentos que viví por robótica, vuelvo a crear y a investigar y es lo que me hace dejar de lado todo lo malo. Profesionalmente pienso dedicarme a la Medicina, pero tengo esa pasión que espero poder encontrar en otro momento. Ojalá en el futuro logre mechar los dos caminos y hacer algo en conjunto.

Tamara: En mi caso no tengo tan seguro qué voy a hacer en el futuro, me gustan muchísimas cosas, lo que sí sé es que quiero ser parte de este tipo de proyectos, esta forma de aprender. Siento que a mí y a muchísimos de mi generación y más chicas, nos ha cambiado muchísimo la forma de ver el mundo.
Este tipo de programas enseñan mucho más de la vida en sí que de robótica o programación. Quiero que mi futuro tenga que ver con esto y con facilitar a otros jóvenes el acceso a este tipo de programas que estoy convencida de que van a ayudar a otras personas.
¿Quieres saber más sobre Ceibal? Te invitamos ver el evento completo: “Ceibal: 15 años de innovación educativa” y a leer nuestro blog aquí.
En tu país, ¿existen proyectos de transformación digital en educación? ¿Qué resultados han tenido? ¡Déjanos tu comentario!
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