Una nueva sorpresa: Perú

En Febrero de 2014, presenté una entrada de blog sobre el gran logro registrado por Vietnam en las pruebas PISA 2012. ¿Por qué estaba sorprendido? La razón es simple: Vietnam, a pesar de ser unos de los países más pobres que participó en la prueba, había registrado uno de los resultados más altos, rompiendo así la relación negativa, casi omnipresente, entre condiciones socioeconómicas e indicadores de calidad educativos.

Afortunadamente, también registramos sorpresas en América Latina.

En los últimos días, se presentó la evolución de los estudiantes peruanos en sus pruebas nacionales. En un año, Perú aumentó el número de estudiantes con nivel satisfactorio en matemáticas y comprensión lectora aproximadamente en un 10% .  Además,  redujo el porcentaje de estudiantes caracterizados por tener un nivel inicial: un 12% en matemáticas y un 3% en comprensión lectora. (Resultados de la evaluación).

Estos resultados reflejan una aceleración de una tendencia previa, descrita claramente por mis colegas Mariana Alfonso y Hugo Ñopo en su entrada Perú: El país de ingresos medios, en búsqueda de mejores aprendizajes . Pero, sobre todo, lo ha hecho disminuyendo la relación entre las condiciones socioeconómicas  y los resultados educativos.

Así, empleando el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como indicador de nivel socioeconómico, vemos que, entre 2013 y 2014, en las zonas más pobres del Perú (un IDH de 0.20), la probabilidad de estar en el nivel de desempeño inicial se redujo casi a la mitad, mientras que la probabilidad de estar en el nivel satisfactorio se dobló. Tradicionalmente, el IDH ha sido una medida que permite predecir el desempeño de los estudiantes. En ese sentido, aquellos estudiantes de bajo nivel socioeconómico suelen obtener consistentemente los aprendizajes estudiantiles más bajos.

Sin embargo, el poder predictivo que tiene el IDH para pronosticar que un estudiante se ubica en el nivel inicial de aprendizaje estudiantil de la prueba nacional, se redujo de un 46% a un 31%. De igual modo, el poder predictivo de pertenecer al nivel satisfactorio pasó de un 55% a un 48%. Es decir, el IDH importa cada vez menos en los resultados de aprendizaje, al menos en segundo grado.

Los resultados muestran más sorpresas. Por ejemplo, las diferencias entre los resultados de aprendizaje estudiantil reportados por provincias con el IDH son similares. Así, la probabilidad de los estudiantes de Sánchez Cerro de obtener un nivel satisfactorio en la prueba nacional es cuatro veces superior a la de los jóvenes de Coronel Portillo, a pesar de que ambas provincias registran un nivel de IDH similar.

Si bien hay condiciones no capturadas por el IDH, estas grandes diferencias en resultados nos muestran que hay provincias cuyos resultados son más positivos. Otra sorpresa es que de las diez primeras provincias en la prueba de comprensión lectora, ninguna pertenece a Lima Metropolitana, área que registra los mayores IDH del Perú.

Pero, ¿hay sorpresa gratis o “almuerzo gratis”, como dirían mis amigos economistas? La respuesta es no. El avance que registra Perú podría responder a una aplicación relativamente consistente de políticas en el sector educativo durante los últimos años. Empezando por la aplicación continua de pruebas para medir el desempeño estudiantil, lo cual ha permitido tanto un enfoque en la calidad educativa y el aprendizaje de los alumnos, como una focalización permanente en áreas con desventajas.

El gran reto de Perú será mantener este patrón en el aumento del aprendizaje de los estudiantes. En otros países de la región, las pruebas nacionales también están mostrando importantes sorpresas, las cuales describiré en otra entrada de blog.