Las tecnologías digitales están transformando la educación de manera profunda, desde el uso de las plataformas de aprendizaje en línea hasta las herramientas de inteligencia artificial. Esto exige que los docentes no tan solo manejen la pedagogía, sino que también sepan integrar la tecnología a sus estrategias de enseñanza. Para América Latina y el Caribe, la pregunta clave es: ¿cuentan los maestros de la región con las competencias digitales para integrar las tecnologías en su práctica de aula?
Según un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación ProFuturo, la mayoría de los docentes de la región considera que no tiene las habilidades para utilizar la tecnología como parte de su estrategia pedagógica. Este estudio revela que la mayoría de los maestros tampoco se consideran preparados para ejercer la ciudadanía digital ni para usar la tecnología para su propio desarrollo profesional. Pero también concluye que los maestros de la región tienen toda la disposición para adquirir estas herramientas y así adaptarse a las nuevas circunstancias educativas.
El estudio hace varias recomendaciones para fortalecer las competencias digitales de los maestros, incluyendo la incorporación de destrezas digitales a los programas de formación de docentes y la creación de un marco regional de referencia para estas competencias.
¿Qué son las competencias digitales docentes?
Las competencias digitales docentes van mucho más allá del manejo básico de la tecnología. Se refieren al conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a las y los educadores integrar de manera ética, crítica y pedagógica las herramientas digitales en su práctica. Estas competencias abarcan tres áreas principales: pedagogía, ciudadanía digital y desarrollo profesional. Fortalecer estas competencias es clave para potenciar los sistemas educativos de la región.
¿Qué es y para qué sirve un marco de competencias digitales docentes?
Un marco de competencia digital docente es una estructura que define los conocimientos, las actitudes y habilidades que los educadores deben poseer para integrar la tecnología en el aula y en su propia práctica docente. Estos tipos de marcos, como la Guía Edutec, les permite a los sistemas educativos diagnosticar el nivel de competencia digital de su planta docente, lo cual representa un primer paso para el diseño de estrategias formativas.
¿Cómo se evalúan los docentes en cuanto a sus competencias digitales?
En este estudio, el BID y ProFuturo recogieron datos de docentes que participaron en el autodiagnóstico en línea de la Guía Edutec. En total, participaron más de 28.000 docentes de Colombia, Ecuador, Honduras, México, Panamá y Perú. Las respuestas de estos docentes a las 23 preguntas del cuestionario revelan dónde estamos parados en materia de competencias digitales docentes.
El dato que importa
Solo 1 de cada 4 de los docentes encuestados alcanza un nivel básico de competencia digital en el uso pedagógico de la tecnología.
Apenas 3 de cada 10 se siente mínimamente preparado para ejercer la ciudadanía digital, y aún que 4 de cada 10 usa tecnología para su desarrollo profesional, muchos aún no logran trasladarla al aula.
Porcentaje de docentes encuestados que alcanza el nivel básico en las tres áreas de competencia digital (promedio de los países participantes)

Tres hallazgos clave en competencias digitales docentes
- El perfil de los docentes ofrece pistas para cerrar las brechas existentes. Las características propias de los docentes como la edad, el género, el nivel educativo, el área de enseñanza y la formación previa en tecnología están relacionados con los niveles de competencia digital que ellos mismos reportan. Por ejemplo, los docentes hombres, más jóvenes, con posgrado y que enseñan asignaturas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, según sus siglas en inglés) tienden a reportar niveles competenciales más altos. Sin embargo, estas diferencias no deben verse como limitaciones, sino como señales claras que apuntan hacia dónde deben enfocarse los esfuerzos de formación: cierre de brechas de género, fortalecimiento de la formación continua, colaboración entre pares y/o diversificación de las oportunidades de desarrollo profesional.
- Formarse marca la diferencia. Quienes han recibido capacitación en tecnología reportan niveles de competencia digital significativamente más altos que quienes no. La brecha puede ser de hasta 20 puntos porcentuales en el porcentaje de docentes que reportan alcanzar un nivel competencial básico.
- Desarrollo profesional, sí; uso pedagógico en aula, aún no. Aunque los docentes señalan una mayor apropiación de la tecnología para su propio desarrollo profesional (autodesarrollo, autoevaluación, comunicación y compartir entre pares), su uso dentro del aula con estudiantes sigue siendo limitado. Esto evidencia una oportunidad para acompañar mejor a los docentes en la transición del aprendizaje individual al impacto pedagógico. En este sentido, los programas de formación deben ir más allá de la teoría y ofrecer oportunidades concretas para que los docentes puedan poner en práctica lo aprendido. Solo así podrán traducir sus competencias digitales en experiencias de aprendizaje significativas para sus estudiantes.
¿Y ahora qué?
Este estudio propone acciones clave para avanzar hacia una verdadera transformación digital educativa centrada en el docente. Algunas de ellas incluyen:
- Diseñar rutas formativas personalizadas, adaptadas al perfil y nivel de competencia digital de cada docente.
- Integrar la formación en servicio con el acompañamiento pedagógico, para garantizar que los aprendizajes se transfieran efectivamente al aula.
- Promover un marco regional de referencia en competencias digitales docentes que oriente los esfuerzos nacionales.
- Aprovechar herramientas de autodiagnóstico para escalar políticas públicas más pertinentes y focalizadas.
- Fomentar comunidades de práctica donde los docentes puedan compartir experiencias, recursos y aprendizajes.
Eso representa una gran oportunidad también para actualizar los cursos de pedagogía y formación inicial docente, para que puedan incorporar prácticas pedagógicas innovadoras en sus currículos y oportunidad nuevas aprendizajes por homología de procesos.
Mejorar la competencia digital docente no depende solo de más capacitación, sino de hacerlo mejor, con foco, continuidad y pertinencia. Y eso requiere compromiso sostenido de los sistemas educativos.
Lee el estudio completo aquí y forma parte de la conversación sobre el presente y el futuro de la educación en América Latina.