por Norbert Schady.
El Programa conjunto de monitoreo del abastecimiento de agua y del saneamiento entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF estima que, en el año 2011, el 94% de la población de América Latina y el Caribe accedió a agua potable (aumentó del 85% en 1990), mientras que el 82% accedió a mejores instalaciones de saneamiento (aumentó del 68% en 1990). ¿Pero sabemos si el acceso a mejores condiciones en agua y saneamiento, en particular la infraestructura entubada, mejora los resultados en la niñez?
El agua limpia y un ambiente de saneamiento más higiénico podría reducir la ingestión de microbios fecales en los niños. Además, si se mantiene la constante de la calidad, la disponibilidad permanente de agua puede reducir la necesidad de almacenarla en la vivienda (donde se contamina), y puede aumentar la frecuencia con que se cumple una variedad de actividades higiénicas, tales como bañarse, lavarse las manos y la limpieza en general. En cualquiera de los dos casos, una fuente mejorada de agua podría romper la cadena de transmisión fecal-oral. A la vez, esto podría generar efectos positivos en la salud y el desarrollo en la niñez.
Numerosas ponencias proporcionan una evidencia creíble de que el acceso al agua —y la calidad de esta— reduce la mortalidad infantil. En ciertos casos, las reducciones en la mortalidad son significativas. Las mencionadas ponencias a menudo citan datos históricos. Por ejemplo, revelan que, en la década de 1850, grandes reducciones en la mortalidad causada por la epidemia de cólera en Londres se asociaban con una mejor calidad del agua.
Entre otros hallazgos se incluye la reducción de la mortalidad en los EE. UU. debido a la adopción de tecnologías de filtrado y cloración de agua. Estudios provenientes de los EE. UU. y de la Argentina revelan que las mejoras en la infraestructura del agua han producido, en general, mayores efectos sobre la mortalidad infantil entre la población pobre y, por lo tanto, redujeron las gradientes socioeconómicas de mortalidad.
La situación del agua en América Latina
Cierto trabajo empírico realizado con mis colegas en el BID documenta algunas tendencias interesantes en el acceso al agua y al saneamiento en la región. Allí se observa una considerable variación tanto dentro de cada país como en la comparación entre ellos. Así hemos examinado cuatro hechos.
- En primer lugar, hay diferencias significativas de cobertura entre los países. Por ejemplo, hay marcadas diferencias entre países con niveles similares de ingresos. En Honduras el acceso a agua entubada (o “corriente”) es un 25% superior al de Bolivia, mientras que en Brasil el acceso tanto a agua entubada como a saneamiento entubado es un 20% superior al de Panamá. En Uruguay, uno de los países más ricos de la región, solamente el 70% de la población está conectada al sistema cloacal, lo cual representa un nivel muy inferior al registrado en Chile, Colombia y México, entre varios países.
- En segundo lugar, el acceso a agua entubada y saneamiento entubado en las áreas urbanas es significativamente superior al de las áreas rurales. El acceso a agua entubada en áreas urbanas supera el 80% en seis países con datos comparables. En las áreas rurales es muy inferior y se registra una cobertura entre el 40% y el 70%. En el caso del saneamiento también hay notorias diferencias entre las áreas urbanas y las rurales.
- En tercer lugar, se ha progresado en la mejora del acceso a servicios de agua entubada, especialmente en países donde la cobertura era inicialmente baja.
- En cuarto lugar, naturalmente, los hogares más pobres tienen una probabilidad mucho menor de acceso a agua entubada y saneamiento entubado frente a los hogares más ricos.
Se ha logrado un gran progreso en la ampliación del acceso a agua y saneamiento en América Latina y el Caribe; sin embargo, todavía hay países —y también regiones dentro de países específicos— donde se carece de dichos servicios. Sabemos que el agua y el saneamiento son esenciales para la salud y el desarrollo infantil. El desafío consiste en llevar tales servicios a quienes todavía los necesitan. No siempre es fácil lograrlo, ya que algunas áreas poblacionales podrían estar geográficamente dispersas o podría ser difícil llegar a ellas.
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Norbert Schady es el Asesor Económico Principal para el Sector Social en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Nos encontramos en Latinoamerica hablando de crecimiento económico y desarrollo, cuando tenemos cuentas pendientes en tema de agua en las poblaciones vulnerables.
Se invierte en hacer más grande la brecha económica entre los quintiles de mayor ingreso de la población y los quintiles de menor ingreso con indicadores de muerte infantil y materna muy parecidos a los encontrados en países sin crecimiento económico.
Las administraciones públicas son ineficientes, sin objetivos claros y con solo la intención de tener una aprobación política.
El tema de agua debe ser un objetivo post 2015 en nuestros países latinoamericanos.
Los invito a leer el Blog: 3 Reflexiones para hacer de Bogotá una Ciudad protectora del Agua, creo que la reflexión aplica para todas las ciudades. http://blog.fundacionbogotamia.org/2013/03/3-reflexiones-para-hacer-de-bogota-una.html