Sabemos que invertir en el cuidado de los niños es clave para el futuro. Pero, cuando de servicios de primera infancia se trata, no es solo cuestión de invertir en cobertura, infraestructura, equipamiento o el modelo pedagógico: también es necesario invertir en la calidad de las interacciones – esto es, en interacciones cálidas, ricas en lenguaje y que respondan a las necesidades e intereses del niño. ¿Cómo diseñar un programa de tutorías que contemple esto?
Cuando el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) verificó, a partir de los resultados de un estudio, que sus centros presentaban margen de mejora en la calidad de las interacciones, decidió tomar acciones e invertir en la formación de sus equipos. Así surge “Luciérnaga”: un programa de mentorías para agentes educativos que trabajan con niños de hasta 3 años.
En este blog, te contamos cuatro claves del diseño de Luciérnaga.

1. Trabajar a partir de la necesidad y la evidencia
La evidencia juega un papel fundamental en la elaboración de políticas públicas exitosas, ya que permite tomar decisiones informadas en lugar de basarse en intuiciones. En este sentido, el estudio realizado en México fue clave para definir cómo mejorar la calidad de las interacciones en los centros de atención infantil: motivó a los líderes del IMSS a explorar soluciones, teniendo como requisito trabajar con el personal existente.
La primera solución fue un curso online sobre calidad de las interacciones, el cual ayudó a crear conciencia entre agentes educativos sobre la importancia de mantener interacciones de calidad. Sin embargo, resultó evidente que para modificar y fortalecer la práctica —el quehacer en la sala— era necesario incorporar la mentoría como un modelo de desarrollo profesional en servicio. De este modo, las mentoras observarían la práctica del agente educativo y ofrecerían retroalimentación para la mejora continua. Para ello, Luciérnaga se diseñó tomando como referencia programas de mentoría exitosos: Practice-Based Coaching en los EEUU, Un Buen Comienzo en Chile y Cerrando Brechas en Ecuador. Un grupo de expertos de estas experiencias acompañaron las fases iniciales de construcción.
2. Construir a partir de ciclos de pilotaje y del trabajo colaborativo en campo
A partir de un primer diseño, en 2021, se realizó un intenso trabajo colaborativo con el equipo técnico del IMSS a nivel central y con las educadoras de 16 centros de atención en todo el país. Se realizaron tres ciclos iterativos de prototipado-pilotaje-ajuste, de dos meses cada uno. En cada ciclo se recogió información cualitativa y cuantitativa, que fue analizada para ajustar el diseño del siguiente ciclo.
Como resultado, se desarrolló el currículo –que consistió en 12 prácticas que se espera que todo agente educativo domine al final de la mentoría– y la metodología de implementación de Luciérnaga, la cual descansa en ciclos de planificación, observación y retroalimentación. Al construirse con las personas que lo implementan, Luciérnaga responde a la realidad del centro, lo que le da robustez.
3. Trabajar con el propio personal del centro y aplicar la propuesta para todos los niños de 0 a 3
El rol de mentoría lo ejerce alguien del centro, quien además continúa ejerciendo sus otras responsabilidades. La mentora se forma con una facilitadora en un modelo híbrido que incluye una capacitación inicial presencial y sesiones remotas sincrónicas.
Luciérnaga es aplicable a toda propuesta de atención a niños de 0 a 3 años. Su implementación no requiere de planificaciones pedagógicas adicionales a las que ya se realizan en los centros, sino que su foco está en el cómo hacerlas y en la interacción con los niños en la sala.
4. Contar con una caja de herramientas para facilitar la aplicación
Con base en los resultados del pilotaje, se elaboraron los materiales que conforman la “Caja de Herramientas” de Luciérnaga: un kit que contiene el ABC para la implementación del programa con materiales específicos y diferenciados para agentes educativos, mentoras y facilitadoras. Incluye, entre otros, el manual de mentoría, 12 fichas con las prácticas priorizadas y los pasos para implementarlas, videos explicativos sobre cómo realizar la mentoría y sobre cómo ejecutar las prácticas priorizadas, y recursos para la capacitación continua de las mentoras. Estos insumos pueden ser fácilmente adaptables a otros programas.
¿Podremos expandir el Programa Luciérnaga?
Actualmente, en colaboración con Proyecto DEI, estamos realizando una evaluación de impacto de Luciérnaga en 78 centros del IMSS para entender cómo escalar el programa. A partir de los resultados de este ejercicio, mejoraremos sus contenidos y la propuesta de implementación.
En el mediano plazo, esperamos implementar Luciérnaga en muchos otros centros para seguir mejorando la calidad de las interacciones y contribuir al cierre de brechas en desarrollo infantil.
¡Mantente conectado para aprender más sobre Luciérnaga y sus protagonistas!
Este proyecto es financiado por el Fondo de Innovación de Desarrollo Infantil Temprano, una alianza entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación FEMSA, la Fundación Bernard Van Leer, la Fundación María Cecilia Souto Vidigal y Porticus. Actualmente, se tiene un portafolio de 25 proyectos ubicados en 10 países, incluyendo un Hub de Conocimiento y una Comunidad de Práctica para toda la región.
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