De vez en cuando un crucero navega las mansas aguas de la Bahía de Paria y ancla en el puerto de la vieja Ciudad del ‘Puerto de los Españoles’ (hoy Port of Spain), capital de Trinidad y Tobago. Unos 3000 pasajeros desembarcan en el puerto. Muchos de ellos, la mayoría, se quedan en el bar y la piscina del hotel más cercano. El hotel es parte de un gran proyecto de renovación urbana que incluye dos torres gemelas –varias oficinas de ministerios pagan arriendo a la agencia de gobierno propietaria de los edificios.
Después de haber saboreado los licores locales, algunos pasajeros, muy pocos, se aventuran a recorrer las calles de Port of Spain. Unos cuantos metros al sur del hotel se pueden ver las ‘casuchas’ del barrio conocido como Sea Lots. Esta área es una pequeña península formada por el canal del Río Santa Ana y cuyos terrenos del Estado fueran tomados por trabajadores pobres del puerto pesquero. Nadie en su sano juicio se atreve a entrar a Sea Lots.
Sea Lots no es el único peligro. Para llegar a la atractiva Catedral de la Inmaculada Concepción, construida en 1831 -una de las iglesias más antiguas del Caribe-, los turistas deben negociar con innumerables mendigos que deambulan por el boulevard de día y de noche, sortear una centena de vendedores ambulantes que ocupan las aceras y maniobrar a través del tráfico ‘capitalino’. Todo esto bajo una temperatura infernal.
Al este del Río Santa Ana (Río Seco) se extiende la capital cultural de Trinidad. Allí nacieron el steelpan, el calipso y el carnaval. El Este de Puerto España (EPOS), como se conoce el área, fue un barrio residencial y cuna de prestigiosas figuras de la cultura local. En los últimos años EPOS es el hogar de pandilleros y narcotraficantes y la zona más peligrosa del país.
Para más de 90.000 habitantes esta realidad ha comenzado a cambiar. Gracias al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), el liderazgo del Ministerio de Planificación y Desarrollo Sostenible y la participación de la Corporación de la ciudad, la Corporación Regional de San Juan Laventille, la Compañía de Desarrollo Urbano y otras agencias del Gobierno de la Republica de Trinidad y Tobago, en los próximos ocho años, se espera invertir más de US$200 millones para revitalizar la zona y promover su desarrollo sostenible. El proyecto busca asegurar una mejor calidad de vida a los habitantes del área, con especial énfasis en obras de adaptación al cambio climático, reducción de la vulnerabilidad ante amenazas naturales, mejora en la prestación de servicios públicos y en programas especiales de generación de empleo, seguridad ciudadana y desarrollo económico y social.
Los diseños arquitectónicos y técnicos de parque lineal del Río Seco, el Fuerte Picton, la terminal de transporte y el mercado central, la sede de ‘Ciudad Mujer’ en Trinidad, la ampliación de la banda ancha, y el mejoramiento barrial del área de Sea Lots son parte de un acuerdo de cooperación y colaboración del BID y el Instituto Técnico de Suiza. Más de 20 estudiantes suizos y trinitarios están trabajando en estos proyectos. En menos de dos años los turistas que lleguen podrán recorrer tranquilos y seguros los sitios más atractivos y disfrutar del singular carácter multicultural de esta ciudad caribeña.
Cristobal Silva dice
Realmente este otra ciudad de la que conoci en los 90s cuando estando trabajando como especialista del BID en Guyana, a menudo viajaba a Port Spain. Es realmente significativa la transformacion. Bien por el BID y por TT.
Poul Knudsen dice
Muy interesante, donde puedo encontrar un documento en la web sobre esta iniciativa, muchas gracias