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¿Es posible que una de las urbes más antiguas sea considerada como la primera ciudad eco-sostenible e inteligente del planeta? Al principio me pareció una idea presuntuosa. Sin embargo, después de ver el video de Andrea Moccia, divulgador científico y fundador de uno de mis sitios web favoritos, mis interrogantes desaparecieron. Tan interesante me pareció, que me animé a adaptarlo para nuestro blog a fin de explorar con mayor profundidad el concepto de “eco-sostenibilidad inteligente”. Este tema, que en la antigüedad se comprendía muy bien, se ha convertido en uno de los retos clave para las áreas patrimoniales de América Latina.
¿Por qué Matera es una ciudad especial?
Muy a menudo nos preguntamos: ¿Cómo serán las ciudades inteligentes? Naturalmente, pensamos en inmensos rascacielos, sistemas de alta tecnología y vehículos voladores. Sin embargo, al investigar con detenimiento los primeros asentamientos humanos, descubrimos un asombroso ejemplo de eco-sostenibilidad inteligente en Matera, ciudad cuyo origen se remonta a unos 8.000 años. Matera está en la región de Basilicata, en la Italia meridional. Por las características de sus construcciones e ingenio de sus habitantes, podría ser catalogada como la primera “Smart City” eco-sostenible de la historia, según Andrea.
En Matera coexisten pasado, presente y futuro. Fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 y Capital Europea de la Cultura en 2019, lo que acrecentó aún más su popularidad. Incluso la última película de James Bond fue filmada allí. Lo increíble, en realidad, es que se trata de una ciudad de aspecto bíblico tallada íntegramente en calcarenitas; o sea, en rocas sedimentarias de origen volcánico relativamente blandas, fáciles de extraer y cortar. En su interior, posee un innovador sistema de grutas, pasillos y reservorios que permite la recolección de agua, creando una verdadera ciudad subterránea.
El secreto de Matera: casas excavadas en roca y emplazadas una encima de la otra
El secreto está en sus rocas, tal como lo enfatiza Andrea. “Sassi di Matera” o Piedras de Matera, se refiere a las casi 3.000 viviendas excavadas en la ladera de un enorme cañón en donde llegaron a vivir hasta 18.000 personas. Estas viviendas se dividen en dos barrios situados en su centro histórico, los que forman parte del casco antiguo. El denominado “Sasso Caveoso” o Piedra Ahuecada, está formado también por moradas excavadas totalmente en roca y construidas hacia abajo, a fin de permitir la entrada de los rayos del sol en el invierno y evitarlos en el verano, manteniendo una temperatura constante en torno a los 15 °C.
Otro aspecto interesante es que, al caminar por las Sassi di Matera, uno se da cuenta de que las casas están dispuestas una encima de otra. El techo de una de ellas puede convertirse en una calle, escalera, jardín o el suelo de otra casa. Todo el complejo de las Sassi está edificado en varios niveles, como si fuera un condominio de la antigüedad, loque facilitaba la interacción social y la protección de sus moradores. En algunos sectores, dichos niveles alcanzan hasta 10 pisos, con espacios exclusivos destinados al almacenamiento de residuos. Además, el sector denominado Sasso Barisano, se caracteriza por extensiones habitacionales construidas con rocas extraídas de la propia gruta, llamadas “lamione”.
Optimización de los recursos hídricos: el hogar como depuradora y depósito de agua
Estas particularidades no son las únicas de esta asombrosa ciudad, aunque su pasado no siempre fue resplandeciente. De todas formas, las civilizaciones antiguas construyeron la mayoría de sus urbes cerca del agua. Este no es el caso de Matera.
Su ubicación geográfica tiene una baja pluviometría. El suministro y conservación del agua era uno de los desafíos principales para la subsistencia de sus moradores. Por consiguiente, sus habitantes desarrollaron un elaborado acueducto subterráneo consistente en un sistema de canales y cisternas que les permitía almacenar tanto el agua del subsuelo como aquella proveniente de la condensación causada por las diferencias de temperatura del suelo. Estas “cisternas por goteo” o cisterne a goccia, se encontraban en casi todas las habitaciones, unas 2.200, con una capacidad de almacenamiento total de 116.142 m3. El techo de las casas se utilizaba para captar y dirigir el agua a través de canaletas hacia los depósitos de decantación a fin de purificarla antes de ingresar en las respectivas cisternas.
La mayor reserva de agua de Matera es el Palombaro Lungo, un gigantesco aljibe de unos 18 metros de altura y 50 metros de ancho. Está recubierto de un revoque impermeable llamado cocciopesto, hecho con fragmentos de tejas y ladrillos triturados a base de cal. Contiene unos 5 millones de litros de agua, lo que lo convierte en la mayor cisterna tallada a mano conocida en el mundo. Las “Sassi di Matera” son, por lo tanto, un verdadero ejemplo de construcción eco-sostenible e inteligente, ya que se elaboraron con materiales locales, reciclables, y caracterizados por su transpirabilidad, aislamiento y porosidad. Además, las grutas fueron diseñadas para mantener la temperatura ambiente estable todo el año y almacenar el agua de lluvia, lo que posibilitó su habitabilidad desde sus inicios hasta nuestros días.
Una ciudad del pasado para el siglo XXI
Más allá de su reputación actual, Matera se enfrenta a importantes retos, especialmente si desea convertirse en una “Smart City” sostenible en el siglo XXI. Para ello, deberá generar ingentes recursos para completar su restauración y atraer a diversos residentes al casco antiguo para evitar su vaciamiento. Al mismo tiempo, deberá mantenerse como un lugar atractivo para nuevos emprendimientos culturales, socioeconómicos, tecnológicos y ambientales financiados tanto por inversiones públicas como privadas. Incluso, deberá hacer un uso eficiente de sus recursos naturales, reutilizar y reciclar su infraestructura y edificaciones, e incorporar sistemas de gestión urbana basado en las tecnologías de la información; en otras palabras, ser eco-sostenible e inteligente.
Estos temas no son ajenos a los desafíos que enfrentan las ciudades patrimoniales en nuestra región, en los que el Banco Interamericano de Desarrollo está trabajando desde hace varias décadas. No obstante, Matera nos ofrece un modelo de revitalización muy interesante, donde su legado patrimonial y resiliencia es utilizada creativamente como una plataforma de transformación hacia el futuro. ¡Grazie, Andrea!
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Pablo Navacerrada dice
Me pareció super interesante el blog (vi además la última de 007 y reconocí la ciudad al instante!).
Sin embargo, he de comentar que el ingenio demostrado con sus construccions (por ejemplo, las “Sassi di Matera”) no coincido en que sea un verdadero ejemplo de construcción eco-sostenible e inteligente porque se elaboraron con materiales locales, reciclables, y caracterizados por su transpirabilidad, aislamiento y porosidad. Me parece que denota un dominio y uso de los materiales excelentes que no se ha perdido a día de hoy.
Por otra parte, las ciudades de hoy en día tienen una alta huella de carbono, de energía, hídrica, pero en mi opinión se debe a que se externaliza todo eso a los materiales y su cadena de suministro que provienen de zonas del planeta donde no se ‘paga’ el verdadero coste que esto implica.
Es verdaderamente admirable la circularidad obtenida en Matera con el recurso del agua por lo que se lee en el blog, y sobre todo siendo un bien escaso, pero muy bien aprovechado. Desde la captación hasta su deshecho, y esa parte si entiendo que es sostenible y muy inteligente.
Mi punto es que el disenyo de la ciudad y su conceptualización es sin duda un ejemplo de ciudad ecosostenible. Sus herramientas, o manera de construir, es algo que por otro lado la civilizacion moderna ha ido perdiendo en aras del capitalismo, consumismo, globalizacion y por ende, la externalizacion de servicios.
Creo que lo que las ciudades de hoy podrían aprender a veces es la simplicidad de las cosas (que funcionan) copiando o replicando sistemas naturales, potenciar la vida en comunidad y claramente volverse más locales en sus necesidades.