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Seguro que alguna vez te has sentido tratado de manera injusta, sintiendo que no se te daban los mismos beneficios u oportunidades que a las personas de tu alrededor. Esta situación se acrecienta si, además, perteneces a algún grupo vulnerable o minoría, ya sea por tu etnia, nacionalidad, género, barrio en el que vives, condición sexual, capacidad física o mental, entre otras.
La discriminación no sólo es indeseable desde el punto de vista personal, ético y social, pues impide que las personas disfruten plenamente de su vida y alcancen todo su potencial. También lo es desde el punto de vista económico, pues la discriminación limita las oportunidades de la población de desarrollarse plenamente y prosperar económicamente, impactando de manera negativa en la pobreza y la desigualdad.
Además, la discriminación no solo tiene impacto a corto plazo, al impedir el acceso de la población a oportunidades inmediatas. También puede tener efectos a medio y largo plazo, afectando a la autoestima y percepción de uno mismo. Esto, por tanto, condiciona las decisiones de una persona discriminada a participar en oportunidades de desarrollo futuras, lo que perpetúa el ciclo de exclusión.
En el BID trabajamos para mejorar las vidas de todos los latinoamericanos y caribeños. Por ello, estamos investigando sobre la discriminación de distintos grupos vulnerables en distintos ámbitos. ¿Con qué objetivo? Queremos conocer cómo reducir la discriminación y así maximizar las oportunidades de desarrollo de la población más desfavorecida de la región. Hoy damos comienzo a una serie de artículos donde iremos explicando nuestros avances en estos estudios. ¿Te apetece conocer algunos de nuestros resultados al momento? Sigue leyendo para más detalles.
Discriminación en el trabajo por el lugar de residencia:
Nuestro estudio busca evidencias para conocer cómo influye el lugar de residencia de una persona en sus oportunidades para encontrar trabajo. Si vives en un barrio informal, ¿tienes menos probabilidades de ser contratado? ¿Tu sueldo será el mismo que si residieras en un barrio formal?
Nuestro estudio, disponible aquí, utilizó la metodología de correspondencia para medir la discriminación en el acceso de los habitantes de barrios vulnerables al mercado laboral. Para ello, enviamos casi 4.000 pares de currículos vitae a trabajos reales. Los currículos eran de candidatos ideales para el trabajo que se ofrecía, con la misma formación, misma experiencia, etc.. No obstante, solo se diferenciaban en una cosa: uno vivía en un barrio vulnerable informal y otro en un barrio formal. La tasa de respuesta de los empleadores fue un 30% más alta para los habitantes del barrio formal.
En un estudio que acaba de publicarse, disponible aquí, repetimos el ejercicio. Sin embargo, en esta ocasión utilizamos una metodología más eficiente. En concreto, se les pedía a reclutadores de recursos humanos del mercado laboral que escogieran entre pares de candidatos a un puesto. Ambos candidatos tenían características similares, pero uno vivía en un barrio formal y otro en uno informal. Los resultados fueron muy similares a los del estudio anterior: de diez vacantes, los habitantes del barrio formal fueron escogidos casi seis veces, frente a las cuatro veces de los que residían en un barrio informal. Además, gracias a esta metodología pudimos averiguar que también se les pagaban menos salarios a los habitantes de los barrios informales, y que existía la percepción de que eran menos adecuados para el puesto, pese a contar con las mismas calificaciones).
La próxima semana, coincidiendo con el Día Internacional de los Trabajadores, explicaremos en detalle los resultados de este estudio.
Discriminación en el acceso a la vivienda por la nacionalidad:
El fenómeno de la migración no es nuevo para América Latina y el Caribe. Sin embargo, en los últimos años, los flujos migratorios están aumentando. Es por ello que nos preguntamos si los migrantes tienen más dificultades para conseguir una vivienda.
En este , disponible aquí medimos la probabilidad de que los agentes inmobiliarios alquilasen vivienda a inmigrantes venezolanos. Encontramos que, a igualdad de condiciones, les ofrecían vivienda un 14% de las veces en comparación con el 65% de los nacionales o el 20% de los europeos. Además, pudimos medir algunas de las características personales y cognitivas de los agentes inmobiliarios. El estudio descubrió que aquellos agentes inmobiliarios más jóvenes y con mayor capacidad intelectual eran los que más discriminaban. Una posibilidad es que este perfil de individuo esté más condicionado por la norma social, que identifica a los migrantes como individuos menos confiables.
¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para reducir la discriminación?
VISIBILIZAR:
Es muy importante visibilizar la discriminación. En este estudio, informamos a los reclutadores de empleo sobre la discriminación que enfrentaban los habitantes de los barrios vulnerables. Comprobamos que, cuando eso sucedía, disminuía la discriminación. Concretamente, se compartió este mensaje “Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo conducido recientemente en tu ciudad encontró que, aunque tengan iguales condiciones de formación para el trabajo y experiencia laboral, los habitantes de los barrios informales son llamados a puestos de trabajo un 20% menos que los habitantes de los barrios formales”. Solo mostrar esta información logró cambiar el comportamiento de los agentes y reducir la discriminación.
INFORMAR:
¿Crees que si se informa sobre las dificultades que enfrenta la población vulnerable, la discriminación hacia ellos se reducirá? En un estudio, que se encuentra actualmente en progreso, realizamos una investigación para conocer la discriminación hacia mujeres, migrantes y población LGBTQ en el acceso a la vivienda.
Los resultados preliminares apuntan a que informar sobre las dificultades adicionales que enfrentan los grupos vulnerables para alcanzar sus objetivos, hace que se reduzca la discriminación de forma significativa. Concretamente, les compartimos este mensaje: “Muchas personas son discriminadas por pertenecer a minorías. Note que las personas que pertenecen a grupos minoritarios hacen esfuerzos extra para alcanzar las mismas metas que el resto. Es posible que esto se refleje en su comportamiento como inquilinos.”
¿Es posible acabar con la discriminación en nuestras ciudades?
En la actualidad estamos llevando a cabo estudios en coordinación con varias Divisiones del BID para medir la discriminación sobre nuevos grupos vulnerables, mujeres, colectivo LGTBQ+ y personas con discapacidad) en diversos mercados (laborales, de vivienda y de acceso a recursos financieros). Nuestro objetivo es visibilizar la brecha de oportunidad a la que se enfrentan los distintos grupos vulnerables de la región para poder ponerle remedio.
Si bien la evidencia es alentadora al mostrarnos que es posible reducir la discriminación, queda mucho camino por hacer para conseguirlo. Las ciudades deben dedicar recursos a disminuir la discriminación para lograr una mayor efectividad y eficiencia de las políticas públicas y de los programas de desarrollo. Para que esto pueda lograrse, deben darse los siguientes pasos:
- Monitorear: medir proactivamente la discriminación es la única manera de que podamos visibilizarla y tomar conciencia de la existencia de esta. Un ejemplo son estudios como los que hemos compartido anteriormente, para visibilizar y tomar conciencia de la magnitud de la discriminación.
- Actuar: se deben incluir acciones específicas antidiscriminación en los programas de desarrollo para romper las barreras invisibles a las que se enfrenta la población vulnerable. En esta medida, la economía del comportamiento tiene mucho que aportar con estrategias de bajo costo y alta efectividad. Un ejemplo son las piezas de información del estilo de las que presentamos en nuestros estudios, que informan sobre la existencia de discriminación o sobre las capacidades especiales que tienen los grupos vulnerables debido a las barreras adicionales que encuentran para cumplir sus objetivos.
- Legislar: por último, y no por ello menos importante, es necesario crear leyes para prevenir y detectar y castigar prácticas discriminatorias en empresas y espacios públicos que permitan disminuir estas prácticas. Por ejemplo, en algunos países existen códigos legales que regulan prácticas discriminatorias.
Solo tomando acciones de este tipo podremos tener sociedades realmente inclusivas y permitir que todos los ciudadanos, independientemente de sus condiciones idiosincráticas como raza, género, barrio, nacionalidad o condición sexual, puedan disfrutar de todo su potencial.
La próxima vez que sufras discriminación, no te sientas solo y pronúnciate. Como vimos en estos estudios, informar sobre la existencia de discriminación es el primer paso para reducirla.
Salvador Ernesto Monterroza Ruano dice
En lo personal fui víctima de discriminación, me fue negada la certificación en mecánica automotriz, cuando termine de realizar los cursos necesarios para ello la manager de la empresa para la que trabajaba Capital Buick GMC, radicada en Smyrna,GA,USA, Me cancelo el proceso de certificación el año 2016, fue muy frustrante para mi