¿A quién imaginas cuando hablamos de la gerencia del metro de tu ciudad?
Probablemente se te viene a la mente un hombre en traje. Históricamente hemos asociado el transporte como un trabajo masculino. Pero el presente es distinto; el presente es femenino.
A pesar de contar con espacios como activistas, líderes de opinión, pensadoras, ingenieras, académicas, científicas, cuidadoras, entre muchos otros roles fundamentales para el desarrollo productivo y reproductivo de la sociedad, las mujeres han sido invisibilizadas y han tenido menos espacio para ejercer puestos de liderazgo.
A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su estudio “Argumentos para un cambio” ha identificado que las mujeres ocupan una menor proporción de los cargos directivos empresariales, con solo 30% de las empresas encuestadas (OIT, 2019). Dos factores principales explican esta situación: el primero es la “fuga de talento femenino”, de acuerdo con la cual, el número de mujeres disminuye a medida que se asciende en el escalafón corporativo, perpetuando el liderazgo en cabeza de los hombres. El segundo son “las paredes de cristal” que se refieren a la segregación por género de puestos directivos. Así, las mujeres se encuentran habitualmente en áreas de apoyo como recursos humanos, finanzas y administración, mientras lo hombres están en sectores más estratégicos que conducen de manera directa a cargos directivos.
América Latina y el Caribe es la segunda región en el mundo respecto del número de mujeres en posiciones de liderazgo, con 34.1%.
Sin embargo, el sector transporte es una de las industrias con menor participación femenina en estas posiciones. Así, por ejemplo, el metro de Santiago cuenta con 3687 hombres y 1045 mujeres. Entre ellos, las mujeres ocupan el 43% de los cargos de dirección y 10% de los cargos gerenciales.
En Bogotá, cifras del Instituto de Desarrollo Urbano revelan que, uno de cada tres directivos es una mujer. Frente a los cargos directivos, se tiene información sobre 17 metros de la región. En ellos, solo hay cinco mujeres como cabezas directivas: la directora general del metro de la Ciudad de México, la vicepresidenta del metro de Santiago, la presidenta del Subterráneo de Buenos Aires, la Sub-directora general del Metro de Panamá, y la presidenta del Metro de Valencia en Venezuela.
El pasado 30 de marzo, cinco mujeres líderes de sistemas metro en Iberoamérica estuvieron en el encuentro virtual Metros con M de mujer, organizado por el Metro de Quito,ConQuito y la División de Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo. En él, conocimos de primera mano las barreras y los retos que tuvieron que enfrentar como mujeres para crecer profesionalmente en un sector altamente masculinizado.
Ellas resaltaron la discriminación y los estereotipos como uno de los mayores retos.
Algunos de los obstáculos que tuvieron que enfrentar incluyen que otros pensaran que ellas eran las secretarias, que su voz fuera minimizada y no contar con modelos a seguir. Ahora que han podido establecerse como líderes en el sector, sus puestos les han permitido fortalecer la participación femenina desmintiendo los estereotipos de género. Luchar por una igualdad sostenible en el tiempo, convertirse en modelos para aumentar el personal femenino capacitado en el sector, tener una voz femenina, considerar la diversidad de las mujeres en la toma de decisiones e impulsar la educación y el entrenamiento de mujeres para realizar más labores dentro de la cadena de valor del transporte, han sido algunos de sus logros a lo largo de su trayectoria.
Visibilizar a estas mujeres en posiciones de liderazgo es solo una de muchas acciones para cerrar las brechas de género en el transporte. Estas mujeres son diversas, con diferentes profesiones y enfoques distintos que nos permiten reafirmar la importancia de los equipos interdisciplinares en el transporte. Las mujeres, son más de la mitad de las usuarias del transporte público, y deben ser protagonistas en la recuperación económica actual. Los beneficios de incluir mujeres en toda la cadena de valor y en puestos de liderazgo son múltiples. Investigaciones como la realizada por la OIT lo reafirman.
La inclusión de mujeres beneficia en general a toda la empresa con aumentos en rentabilidad y productividad. Mejora la atracción y retención del talento, y aumenta la creatividad de los equipos de trabajo; finalmente mejora la reputación de las compañías. Los beneficios no son solo para las compañías. Las miradas múltiples a resolver problemas, prestar el servicio y la operación como tal harán un transporte más incluyente que nos beneficia a todos.
Infografía basada en:
- International Labour Office (2019) Women in business and management: the business case for change / International Labour Office.Geneva:ILO, 2019.
- International Transport Forum (2020) 4th ITF Consultation on Gender and Transport [PowerPoint slides]
- Thomas, R., Cooper, M., Konar, E., Rooney, M., Noble-Tolla, M., Bohrer, A., … Robinson, N. (2018). Women in the Workplace 2018 – Lean In and McKinsey & Company. 36. https://doi.org/10.1111/0045-3609.00002
- Giannelos, I., Smit, G., Lakamp, R., Gonzalez Martinez, A.-R., Meija Dorantes, L., Doll, C., … Perciaccante, F. (2018). Business case to increase female employment in Transport. (December). https://doi.org/10.2832/93598
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