En 2025, los países que han suscrito el Acuerdo de París deberán presentar la actualización de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) que establecen sus compromisos para reducir emisiones contaminantes, con el fin de alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 2°C y con esfuerzos adicionales para limitarlo a 1.5°C. Esta actualización -la última antes del horizonte temporal de 2030 que plantea el Acuerdo de París- representa una oportunidad histórica para que los países de América Latina y el Caribe (ALC) identifiquen metas que efectivamente conduzcan al sector del transporte hacia una trayectoria de bajas emisiones, como la requerida para lograr los objetivos del mencionado Acuerdo. Este sector genera el 40% de las emisiones de CO2 de la región y, de no tomar acciones inmediatas, estas emisiones incrementarían en 17% hacia 2050.
Compromisos climáticos en perspectiva: el transporte en las NDCs y otros mecanismos
En la lucha contra el cambio climático, los países cuentan con los mecanismos establecidos en el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que permiten comunicar sus estrategias de mitigación y adaptación climática (Figura 1). Dentro del CMNUCC, las NDCs constituyen el mecanismo de priorización y planificación más notable, al identificar los objetivos y acciones que los países emprenderán para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Es positivo resaltar que 19 de las 26 NDCs enviadas por los países de ALC mencionan al transporte entre los sectores prioritarios de acción. Sin embargo, apenas dos establecen metas concretas de reducción de emisiones para el sector a 2030, lo que dificulta establecer una relación entre los compromisos adquiridos en las NDCs y las acciones para materializarlos.
Figura 1. Interacciones entre los mecanismos previstos por el CMNUCCC
Dentro de las medidas propuestas para el transporte en las NDCs, la mayoría se enfoca en la promoción de la movilidad eléctrica (Figura 2). En cambio, hay una reducida mención al transporte de mercancías, el cual representa el 44% de las emisiones de CO2 en la región. Un aspecto preocupante en el caso de la región es que, al momento, los objetivos de las NDCs no suelen estar integrados con las políticas y planes nacionales de infraestructura y transporte de la región -muchos de los cuales aún no priorizan al cambio climático-, derivando en la dificultad de conciliar los compromisos asumidos en las NDCs con las metas de largo plazo y los planes presupuestados y ejecutables del sector.
Figura 2. Número de países de ALC con metas cuantificables en transporte en sus NDCs
Respecto a los otros mecanismos del CMNUCC, su uso no se encuentra extendido en la región. Solamente siete países tienen Estrategias a Largo Plazo para un Desarrollo Bajo en Emisiones (LT-LEDS), donde se menciona la promoción del transporte público y la movilidad activa, con escasa atención al transporte de carga y la adaptación al cambio climático. Asimismo, solo nueve países en la región han desarrollado Planes Nacionales de Adaptación (NAPs), de los cuales todos cuentan con medidas en el sector transporte, y cuatro cuentan con Comunicaciones de Adaptación (ADCOMs), de los cuales dos mencionan al transporte.
El tiempo de actuar es ahora
Bajo la trayectoria actual, las emisiones de CO2 de transporte en ALC para 2050 se incrementarán en un 17% respecto a los valores de 2019, mientras que, para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París las emisiones deberían reducirse un 47%. El tiempo se agota. Es momento de actuar y la próxima ronda de NDCs (2025) constituye una oportunidad para que los países de la región puedan avanzar efectivamente en la descarbonización del sector transporte. Para ello, es clave identificar metas concretas, ligadas a acciones para los subsectores tanto de transporte de pasajeros como de mercancías, cuyo efecto pueda cuantificarse y monitorearse frente a las metas establecidas. Esto requiere de la coordinación con los planes de largo plazo del sector, a fin de traducir las declaraciones realizadas en las NDCs en acciones concretas, con entidades responsables y presupuesto asignado. En la reciente publicación insignia del BID detallamos los mecanismos y la temporalidad para realizar estas tareas, con casos de éxito en la región.
Descarga aquí nuestra publicación insignia sobre transporte y cambio climático en la región. Transporte 2050: el camino hacia la descarbonización y la resiliencia climática en América Latina y el Caribe.
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