Cuando las Naciones Unidas designaron a 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo (#IY2017), comencé a pensar en todas las oportunidades que surgían para celebrar, educar y movilizar esfuerzos que conduzcan a un turismo más sostenible. Después de haber trabajado en programas de desarrollo turístico en varios países de América Latina, sabía con certeza lo difícil que es caracterizar y lograr un turismo verdaderamente sostenible. ¡La sola definición de turismo ya es difícil! Piense por un momento: ¿qué es turismo para usted? Ciertamente es fácil de visualizar, pero difícil de definir porque hay tantos aspectos y componentes involucrados. Aunque siempre se puede comenzar por hablar de turismo solo en términos de viajes de placer o vacaciones, lo cierto es que es mucho más que eso. Se puede hablar de turismo desde la perspectiva de la gente que viaja, la industria que permite que la gente viaje y las tecnologías que facilitan la difusión de información, pero al turismo también concierne el contexto económico, social y ambiental de los destinos, lo cual influye en la manera en que la gente se comporta y reacciona en esos lugares. Estas dificultades constituyen desafíos serios cuando se trata de entender tanto los impactos positivos y negativos del turismo en destinos, gentes y lugares, como también su sostenibilidad.
De manera que en lugar de divagar sobre estas complejísimas explicaciones acerca de qué significa en realidad el turismo, y sobre si el turismo sostenible es si quiera posible, por el momento voy a comenzar por presentar tres hechos positivos básicos sobre el turismo que me motivan a seguir enfocada en abordar los retos de sostenibilidad del sector:
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- El turismo es una industria que tiene el potencial de promover y apoyar la protección y la conservación ambiental. Un área natural saludable, hermosa y bien manejada es un activo valioso para el turismo. De hecho, una de las principales atracciones del turismo es la naturaleza. Su protección y conservación garantizarán que los beneficios económicos y sociales que surgen del turismo continúen fluyendo, al tiempo que se mantiene la diversidad biológica y se preservan los recursos naturales. Si bien es cierto que el turismo también puede presentar serios riesgos para la viabilidad de las atracciones relacionadas con la naturaleza –por ejemplo a través de inmensos volúmenes de tráfico, contaminación y consumo de recursos naturales (como agua y energía)–, se ha avanzado mucho en lo que hace a reducir la huella ambiental y social del sector. Tanto es así que hoy en día el turismo tiene mayores posibilidades de ser un motor de sostenibilidad que una amenaza para ella. Desde 2004 (COP7), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) estableció una serie de regulaciones y directrices para el desarrollo de un turismo sostenible, lo cual ha creado oportunidades significativas para abordar los varios impactos del turismo en la biodiversidad, particularmente en los países en desarrollo donde se encuentran los ambientes biodiversos más críticos. Desde entonces, otras iniciativas globales han impulsado el uso de innovaciones y buenas prácticas para apoyar la planificación de un turismo bajo en carbono (10YFP/UNWTO). El diseño de políticas, herramientas e indicadores para el desarrollo de un turismo sostenible (United Nations World Tourism Organization – UNWTO), el uso de estándares y certificaciones para empresas y destinos turísticos (the Global Sustainable Tourism Council – GSTC), la disponibilidad de una caja de herramientas para mejorar la conservación de las áreas protegidas y sitios de patrimonio de la humanidad (International Union for Conservation of Nature – IUCN), constituyen ejemplos adicionales de políticas y programas que apoyan los esfuerzos por hacer el turismo más sostenible y el medio ambiente más resiliente.
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- El turismo es una industria en pleno crecimiento que puede producir retornos económicos y sociales sustanciales. Según el Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, las llegadas de turistas internacionales crecieron en un 4,0% hasta septiembre de 2016, comparadas con las del mismo período el año anterior (esto representa cerca de 956 millones de turistas en todo el mundo). En las Américas el crecimiento ha sido más sólido, con un 4,4% en promedio liderado por Chile (29%), Argentina (27%), Cuba (12%) y Canadá (11%). Varios estudios muestran que existe una relación positiva entre el crecimiento del turismo y la expansión económica. Por ejemplo, los viajes y el turismo emplean más gente que otros sectores (WTTC, 2015). Con un impacto total del 9,4% del empleo total, los viajes y el turismo constituyen uno de los principales generadores de empleo en el mundo (más de 277 millones en 2014, WTTC). Por cada dólar gastado en viajes y turismo se generan US$3,2 en PIB a través de toda la economía, ¡siendo esta relación una de las más altas de cualquier sector económico! Por otra parte, el turismo puede romper las barreras sociales y promover la inclusión, dado que en muchos casos crea oportunidades para que las mujeres, los jóvenes, y grupos locales participen en el mercado laboral y para que se beneficien de la productividad asociada con el turismo (p. ej., cultura, gastronomía, artes y artesanías).
- El turismo es una industria que puede impulsar el reconocimiento, la conciencia y la acción frente al cambio climático. El turismo en uno de los sectores más vulnerables al cambio climático. Los turistas, probablemente más que nadie, viven los efectos del cambio climático. Cuando por ejemplo visitan una playa que está siendo destruida por la erosión, o cuando bucean en un arrecife coralino blanqueado, o cuando no pueden observar las especies emblemáticas que motivaron su viaje, entienden de primera mano los riesgos inminentes que crea el cambio climático. Lo mismo sucede con las poblaciones locales, que no pueden obtener beneficios económicos o aprovechar los prospectos de desarrollo turístico. Sin embargo, este proceso puede conducir –y está conduciendo– a que los países formulen políticas y programas de adaptación para que los destinos sean más resilientes.
Ocurre que justamente en el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo auspiciado por las Naciones Unidas, el BID llevará a cabo una actualización interna de su Marco para el Sector Turístico (TSF). Durante los próximos tres años, este nuevo marco guiará las actividades operacionales, de generación de conocimientos y de diálogo del Banco con los países con los cuales trabaja en la región de América Latina y el Caribe (ALC) e introducirá recomendaciones específicas para abordar los retos nuevos –y no tan nuevos—del sector. Por ejemplo, el BID se esforzará porque se comprendan mejor los desafíos que implica promover la generación y distribución de los beneficios económicos de las actividades turísticas; la protección y el robustecimiento del capital cultural y natural que constituyen la base de la actividad turística; y las medidas de adaptación y mitigación necesarias para contrarrestar los riesgos de los impactos del cambio climático en la región.
¿Qué podemos hacer para celebrarlo juntos? En 2017, use el hashtag #IY2017cuando suba a la red fotografías de sus viajes y de aquellas experiencias turísticas que, según usted, contribuyan a promover un turismo sostenible en cinco áreas críticas:
(1)crecimiento económico inclusivo y sostenible;
(2) inclusión social, empleo y reducción de la pobreza;
(3) eficiencia de recursos, protección ambiental y cambio climático;
(4) valores culturales, diversidad y patrimonio;
(5) entendimiento mutuo, paz y seguridad.
¡Se trata de una oportunidad fantástica para apoyar a las Naciones Unidas en su esfuerzo por promover el turismo sostenible en América Latina y el Caribe!
Si te interesa el capital natural y la biodiversidad, síguenos en Twitter @BIDecosistemas.
Adrian Ruiz dice
Muy buenas apreciaciones. Solo hay que considerar que los beneficios y subproductos directos e indirectos que algunos insisten en reconocer en el sector y gremio turístico, no son exclusivos de esos sectores socioeconómicos sino afines, dependientes y correlacionados con otras actividades… siendo el ser humano centro y actor protagonista, no solo su dinero.
Si bien son amplias y complejas las áreas críticas, son aplicables y deseables por mucho en las otras empresas, industrias, sectores y gremios.