¿Sabías que la paz y el turismo están entrelazados? Según ONU Turismo, este sector desempeña un papel vital como catalizador para fomentar la paz y el entendimiento entre naciones y culturas. El turismo no solo es una potencia socioeconómica para los países en desarrollo, sino que también puede unir a las personas en circunstancias no adversariales. Por eso, el tema de la celebración de este año es Turismo y Paz.
En el marco del Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre, te contamos cómo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está trabajando para reunir a partes interesadas de diferentes sectores y disciplinas para generar nuevas ideas, promover el diálogo y tender puentes que fomenten el crecimiento económico y el cambio social en América Latina y el Caribe (ALC).
1. Responsabilidad social:
Una operación regional que apoya a Barbados, Belice y las Bahamas, en colaboración con la agencia regional de salud pública (CARPHA) y la Asociación de Hoteles y Turismo (CHTA), avanzó en la capacidad de monitoreo de salud post-Covid-19 en la industria hotelera, fomentando los viajes y mejorando la calidad y la prestación de la experiencia del visitante en el Caribe. Aunque la pandemia trajo impactos negativos sin precedentes para el turismo, este proyecto fue pionero al alinear el turismo con la salud, promoviendo así un cambio hacia una mayor colaboración y responsabilidad social en el sector hotelero.
2. Innovación y emprendimiento:
Al fomentar soluciones creativas y nuevos modelos de negocio, el turismo puede impulsar el crecimiento económico y ofrecer oportunidades únicas. Brasil ha estado a la vanguardia de los destinos turísticos inteligentes. Junto con SEBRAE, el BID ha estado ejecutando un programa para apoyar una mirada innovadora sobre la competitividad de los destinos turísticos basada en los pilares centrales de gobernanza, innovación y tecnología. Los operadores y emprendedores de pequeñas y microempresas turísticas de Brasil se beneficiarán de herramientas innovadoras de planificación y gestión turística, salvaguardando la competitividad de sus operaciones. Entre otras cosas, la tecnología facilita la interacción del visitante con el destino, mejorando la calidad de la visita y permitiendo una mejor comunicación e intercambio entre las personas, previniendo conflictos.
En Chile, por otro lado, el BID está apoyando el SICET, el Sistema de Competitividad Empresarial de Turismo Chileno. Conceptualizado por SERNATUR, esta iniciativa tiene como objetivo ayudar a las empresas a superar deficiencias estructurales y abordar adecuadamente las tendencias del mercado global, fortaleciendo la efectividad de las políticas e instrumentos de promoción empresarial. El nuevo sistema de competitividad empresarial turística apoyará a los emprendedores para medir el impacto de sus negocios y guiarlos hacia los instrumentos que mejor se adapten a su situación.
3. Oportunidades de educación y capacitación para jóvenes:
El BID cree que la educación y la capacitación en habilidades construyen el futuro. Abren oportunidades, empoderan la confianza en uno mismo y fomentan la paz. En Salvador de Bahía, Brasil, Prodetur Bahía hizo precisamente eso, rompiendo los compartimentos estancos que pueden existir entre el turismo y los servicios sociales. El proyecto Coligados contribuyó a reducir las vulnerabilidades sociales de 125 jóvenes, promoviendo su cualificación profesional, mejorando su interacción con la comunidad y los turistas, y facilitando su inclusión en el mercado laboral, especialmente en actividades relacionadas con el turismo.
4. Diversidad e igualdad de género:
En la capital de Bahía, otra operación del BID propuso intervenciones orientadas a la sostenibilidad ambiental, sociocultural y económica de las actividades turísticas, para mejorar la calidad de vida de la población de Salvador. Al enfatizar la cultura local y los afrodescendientes, que representan el 80% de la población de la ciudad, el proyecto promovió la inclusión social, asegurando que los beneficios económicos del turismo se distribuyeran equitativamente entre todos los involucrados en el sector turístico, particularmente la población afrodescendiente. El proyecto llevó al gobierno local a solicitar otro préstamo al BID, enfocando esta nueva operación (el Programa Salvador Capital Afro) en aumentar el empleo y reducir las desigualdades de ingresos observadas entre la población afrodescendiente empleada en el sector y el resto de la población.
5. Fomento del diálogo regional y alianzas:
El BID, a través de las autoridades turísticas de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, apoyó el desarrollo y fortalecimiento del Camino Jesuítico, un destino regional que comparte una identidad única, incomparable y genuina, a lo largo del itinerario que la Compañía de Jesús siguió durante más de 200 años en su establecimiento en América del Sur. El Camino Jesuítico es un corredor turístico que suma 55 sitios patrimoniales jesuitas, 19 de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El esfuerzo involucró la alineación y coordinación de varios organismos turísticos regionales, nacionales y locales, culminando en un desafío de innovación en turismo de negocios, un plan de marketing turístico digital y una plataforma para aumentar su visibilidad. Este proyecto busca acelerar la creación y consolidación de experiencias turísticas en torno a un patrimonio natural, cultural y espiritual.
En la región amazónica, el BID ha estado fomentando una mejor comprensión de los desafíos y oportunidades para apoyar el turismo regional como una opción de desarrollo sostenible, coherente con las dinámicas del mercado y con la necesidad de preservar el capital natural y el patrimonio cultural amazónico. Un destino turístico bien planificado puede ayudar a fortalecer la identidad de las comunidades locales, proteger los recursos biológicos y promover el turismo experiencial que combine atracciones culturales y ecológicas. El turismo sostenible en el Amazonas no solo proporciona ingresos directos a las comunidades locales, reduciendo conflictos, sino que también puede alentar la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad. Una operación regional del BID apoya el diálogo sectorial que mejora la comunicación y el entendimiento sobre el turismo en los ocho países que conforman esta región única del mundo.
6. Gestión ambiental:
Abordar los desafíos ambientales puede promover la paz sostenible fomentando la cooperación, abordando las causas profundas de los conflictos y promoviendo un desarrollo inclusivo y equitativo. A menudo, el medio ambiente está en el centro de los conflictos basados en recursos, ya sea competencia por la tierra, el agua o los recursos naturales. En Barbados, el BID apoyó programas para fortalecer las políticas nacionales de turismo, con un enfoque particular en la diversificación de productos turísticos, pasando de un modelo de “sol y playa” a productos culturales (por ejemplo, festivales, turismo culinario), involucrando una diversidad de mercados turísticos y asegurando otras oportunidades para proteger el entorno natural, que constituye la base de la atracción turística de la isla.
De igual manera, en Haití, el BID ha apoyado el Programa de Turismo Costero Sostenible, que tiene como objetivo la protección del patrimonio natural y cultural de la costa sur, y la sostenibilidad de las inversiones en el futuro, teniendo en cuenta la vulnerabilidad a los eventos naturales, y la mitigación y adaptación al cambio climático.
7. Transparencia y mejor gobernanza:
La información es otra forma de promover la paz. En este sentido, los Observatorios de Turismo han sido una herramienta para apoyar la toma de decisiones en la planificación turística, además de garantizar que los datos e información respalden la rendición de cuentas, la integridad, la buena gestión y la gobernanza de los destinos turísticos. El BID ha liderado un esfuerzo constante para promover el fortalecimiento de los observatorios de turismo en ALC. Más recientemente, un estudio caribeño sobre el papel de los Observatorios de Turismo en liderar la transición sostenible en el turismo concluyó que, aunque queda mucho camino por recorrer, los países de ALC están avanzando en sus Observatorios de Turismo para incluir, además de los indicadores económicos, indicadores ambientales y sociales. Un proyecto en São Paulo, Brasil, apoyó el estudio del Observatorio de una zona costera norte de la ciudad.
El BID está comprometido a promover un turismo sostenible en América Latina y el Caribe, que impulse el crecimiento socioeconómico, empodere a las poblaciones desfavorecidas, proteja el medio ambiente y la biodiversidad, preserve el patrimonio cultural y contribuya a la promoción de la paz en la región.
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