El cambio climático amenaza la vida y el desarrollo económico en América Latina y el Caribe. Todos hemos oído las noticias: la Tierra se está calentando rápidamente. Los científicos dijeron que una oleada de calor comprometió a Norteamérica hasta la Antártida a principios de julio. La tormenta tropical Bret azotó las islas orientales del Caribe, provocando lluvias torrenciales, corrimientos de tierra e inundaciones. La calidad del aire batió nuevos récords en la costa este debido a los incendios forestales de Canadá. Dada la extensa geografía de la región y la diversidad de sus condiciones meteorológicas, el cambio climático afecta a la región de manera diferente. Es probable que las zonas áridas se vuelvan aún más secas y que las zonas húmedas reciban aún más precipitaciones, exacerbando las disparidades en la disponibilidad de recursos hídricos.
La reducción de la pobreza y el crecimiento económico están en juego si no abordamos el cambio climático. La buena noticia es que tenemos soluciones para acelerar una nueva era de crecimiento económico que apoye la acción por el clima y mejore la vida de las personas.
¿Por qué los países deben aplicar políticas y programas de cambio climático?
Las estrategias climáticas integrales pueden ayudar a los gobiernos a desarrollar hojas de ruta para implementar objetivos de resiliencia climática y cero emisiones netas y para alinear los flujos financieros con los compromisos internacionales de los países.
- Las políticas que fomentan el crecimiento económico integrador conducen a la reducción de la pobreza, reduciendo la vulnerabilidad al cambio climático. Adaptarse y aumentar la resiliencia climática es más rentable que responder a las catástrofes, y las acciones para aumentar la resiliencia climática son esenciales para satisfacer otras necesidades de desarrollo. Por ejemplo, los programas de transferencia de efectivo ofrecen una red de seguridad social frente a acontecimientos adversos, incluidos los desastres naturales. Al hacer que los programas de transferencia de efectivo respondan a las crisis, lo que significa que los programas aumentarían automáticamente los pagos y se extenderían a más personas tras una crisis, los países pueden institucionalizar este enfoque. Los gobiernos pueden responder a la próxima pandemia, terremoto o inundación de forma más rápida, sistemática, eficiente y transparente si se institucionalizan las transferencias de dinero.
- Los beneficios de las políticas de descarbonización incluyen un crecimiento económico adicional del 1% y la creación de 15 millones de nuevos empleos netos para 2030. Los países tienen que actuar ya para pasar rápidamente a una economía de cero emisiones netas y evitar un calentamiento peligroso; se acerca la oportunidad de estabilizar el cambio climático. Aunque existen muchas soluciones técnicas disponibles, el aumento de las energías renovables es la opción más importante para conseguir una electricidad con cero emisiones. Costa Rica es un buen ejemplo de país que obtiene más del 99% de su electricidad de fuentes renovables.
- Diversificar y alinear los flujos financieros facilitará la adopción de políticas climáticas. Los flujos financieros procedentes de fuentes públicas y privadas deben reorientarse y alinearse con los objetivos de cero emisiones netas y desarrollo resiliente al clima. Según los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París, la región necesitaría gastar hasta 1,3 billones de dólares anuales de aquí a 2030 en objetivos relacionados con el cambio climático, es decir, entre el 7% y el 19% del PIB de cada país. Esto será necesario para lograr la resiliencia climática y la neutralidad de carbono en la región.
- Reforzar la gobernanza climática es fundamental para aplicar las políticas climáticas. El cambio climático y las políticas climáticas afectarán al valor de los activos, la volatilidad de los precios, las fluctuaciones en la disponibilidad de insumos y los patrones comerciales. Las intervenciones gubernamentales son necesarias para eliminar las barreras que impiden a los sectores público y privado invertir en soluciones de cero emisiones netas y resilientes al clima. Por ejemplo, la Plataforma Regional de Cambio Climático de los Ministerios de Economía y Hacienda refuerza el diálogo regional sobre las preocupaciones compartidas en materia climática y facilita el intercambio de experiencias en el desarrollo y la aplicación de políticas climáticas con un enfoque fiscal y económico.
Traducir la teoría en acción: el Documento Marco Sectorial de Cambio Climático.
Los 26 países miembros prestatarios del BID han firmado el Acuerdo de París y adoptado los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que significa que el apoyo a la agenda de cambio climático está aumentando y elevando su ambición. Como socio estratégico de la región, el Grupo BID ha publicado el Marco Sectorial de Cambio Climático que orienta el trabajo que el Banco está realizando en el ámbito del cambio climático. Refleja importantes acuerdos internacionales, en particular el Acuerdo de París, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres. Identifica cuatro líneas de acción que guiarán al Grupo BID en el apoyo a los países para que alcancen economías bajas en carbono y resilientes al cambio climático.
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