El aire que respiramos -no siempre visible- tiene efectos dañinos sobre los seres vivos y el medio ambiente. Los desafíos y soluciones de la contaminación atmosférica son principalmente urbanos; por eso, para lograr la ambición del Acuerdo Climático de París y la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), es mejor que hagamos foco en las ciudades.
Las contaminaciones urbanas, locales y mundiales, se abordan mejor a nivel metropolitano que a nivel municipal. Este es un mensaje clave de la cumbre de Hábitat III del año pasado en Quito. Las autoridades metropolitanas también constituyen el interlocutor adecuado para la implementación local de sus compromisos nacionales (NDCs, por sus siglas en inglés).
Por lo tanto, luchar contra el cambio climático y lograr la ambición de los ODS no es únicamente una cuestión de financiación. El establecimiento de una estructura de gobernanza metropolitana eficiente, la transferencia de las competencias necesarias, la creación de capacidad técnica son también elementos clave para el éxito para lograr más y desbloquear la inversión en infraestructura sostenible.
Tomemos un ejemplo del sector del transporte. En el área metropolitana de México, el 40% de los habitantes cruzan por lo menos un límite municipal para llegar al trabajo, el corredor México-Puebla registra alrededor de 760,000 personas que viajan diariamente. Obviamente, los desafíos y las soluciones alternativas no están en la escala municipal.
Con la continua urbanización, las ciudades se vuelven más interdependientes con sus asentamientos circundantes, creando regiones metropolitanas con una sola economía y mercado de trabajo, con relaciones funcionales de ciclos de recursos, una comunidad con intereses comunes y beneficios de acciones conjuntas en diversos sectores. A solicitud del Ministerio del Interior de Chile, el BID apoya la reforma chilena de la descentralización para:
- Construir la capacidad técnica de los futuros Departamentos de Área Metropolitana;
- Proporcionar recomendaciones sobre las estructuras y competencias de gobernanza alternativas.
Establecer un gobierno metropolitano es un proceso complejo. Estos son algunos principios clave basados en experiencias internacionales:
- “No existen balas de plata”: Hay muchos modelos alternativos de gobierno, no hay un modelo que esté por encima del resto;
- “Centrarse en el proceso”: El proceso de implementación de una estructura metropolitana es crucial para el éxito del resultado;
- “Adaptarse a las circunstancias”: La gobernanza metropolitana más apropiada depende de las circunstancias, tanto a nivel nacional como local;
- “Flexibilidad”: No sólo los diferentes modelos de gobernanza funcionan en diferentes ciudades, los modelos pueden evolucionar con el tiempo en cualquier ciudad; “Fuentes de recursos”: los recursos fiscales deben ser adecuados a las responsabilidades.
Lo que debes saber:
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Enrique Diaz Gonzalez dice
Mis saludos. No solamente el urbanismo, la devastación de lo cerros verdes y el tránsito automotor, sin lo únicos que contribuyen con el daño ambiental y por consiguiente afectando el cambio climático. He realizado algunos estudios e investigaciones y puedo garantizar, que también los desechos solidos domiciliarios, químicos, hospitalarios, aéreos, fósiles, atómicos, agrícolas e industtiales son los que mas contaminan. Los vertederos a cielo abierto, los rellenos sanitarios y las plantas de transferencia generan diez elementos gaseosos y son totalmente nosivos para el ambiente y vbio climático.
Nick Belt dice
Me sumo a los comentarios de Enrique Díaz, la mala gestión de los residuos sólidos en general son fuente de contaminación no solo atmosférica, también hídrica, las cuales debido a su deficiente manejo muchas veces atentan contra la salud pública, me pregunto que pasaría si las inversiones en tratar de reducir el efecto se centraran en la fuente del problema, es decir en inversiones por ejemplo para el aprovechamiento de un gran porcentaje de los residuos sólidos.