Las olimpiadas siempre han sido fuente de devoción e inspiración. Un sinnúmero de emociones que nos alientan a iniciar nuevos retos y replantearnos rutinas. En las últimas dos semanas, los juegos en Paris nos han dado una cátedra de resiliencia, y no resistencia pura. Desde Céline, volviendo mágicamente al escenario durante la apertura; hasta Simone, retomando la conexión perfecta entre mente y cuerpo para deslumbrar en las barras. Al parecer, un elemento clave de la resiliencia de los deportistas es encontrar aquella combinación optima entre la salud física y la mental para permitirles desempeñarse al máximo.
Al igual que los sistemas humanos, los sistemas naturales complejos, como los ecosistemas tropicales, también requieren de aquel ‘termostato’ que les permite regular sus niveles de resiliencia. Pero a diferencia de los sistemas humanos, los ecosistemas naturales no necesariamente requieren ser retados por factores externos para desarrollar aquella resiliencia que les permita superarse. Es, en muchos casos, la integridad del ecosistema lo que determina su resiliencia.
La ciencia del deporte nos enseña que un factor clave para aumentar la resiliencia de los deportistas es el descanso. Ese descanso es también clave en ecosistemas globales críticos, como la Amazonía. Sin embargo, la Amazonía está experimentando un escenario de presiones contrarias a ese descanso necesario: una serie de eventos de sequías e inundaciones severas que se espera se exacerben con el cambio climático. Se trata así de una serie de eventos causales que inician con un periodo prolongado de sequías, disminuciones abruptas en los niveles de agua de los ríos, cambios en las dinámicas de la biodiversidad acuática y terrestre y proliferación de incendios forestales, conllevando a una pérdida de integridad del sistema natural, y, por ende, debilitando su capacidad de resiliencia, aquella habilidad estructural para reponerse.
¿Por qué la conexión entre el clima y la naturaleza es de gran relevancia?
La resiliencia en Amazonía nos recuerda la importancia que existe en el vínculo entre la naturaleza y el clima. La biodiversidad, la cual se expresa a diferentes niveles, es así, un elemento clave de integridad, y por ende de resiliencia ante eventos climáticos ya que nos protege.
Si bien a un nivel territorial, el vínculo entre clima y naturaleza es incuestionable, los marcos de política internacionales no necesariamente muestran este nexo de una manera coordinada y coherente. Esta falta de convergencia entre las agendas de clima y naturaleza puede generar riesgos adicionales al diseñar respuestas, acciones, políticas climáticas que no reconozcan la puesta en valor de la biodiversidad; tanto para las economías como para la sociedad.
Interiorizar y demostrar el nexo entre clima y biodiversidad es clave para el financiamiento en la Amazonía. Aquella dicotomía entre la existencia de ecosistemas primarios prístinos y la necesidad de que las ciudades Amazónicas ofrezcan acceso a servicios asequibles es y ha sido un desafío constante. Las sequías son un factor disruptivo de estos servicios básicos, incluyendo el transporte, el acceso a servicios de salud y educación. El desafío para las personas, la naturaleza y el clima, exige una calidad de gasto público y privado que responda a las necesidades de protección socioambiental. Es así que valorizar la biodiversidad como se merece y se requiere, podría conferir aquella protección necesitada.
Este año es clave para demostrar avances en la articulación entre clima y naturaleza. Mientras que se espera que la COP29 de cambio climático en Bakú abra el camino para un nuevo objetivo cuantitativo colectivo sobre financiación climática, la COP16 de Biodiversidad en Cali brinda a los países de la región una oportunidad única para demostrar la conexión entre el clima y la naturaleza. Esto será clave a medida que los países se preparen para actualizar sus compromisos nacionales de cambio climático y alistarse para la COP30 de Belém en 2025. Al revisar sus ambiciones climáticas, los países Amazónicos tendrán otra oportunidad para reflejar la naturaleza y la biodiversidad en sus objetivos climáticos. Esto también presenta enormes oportunidades para cerrar la brecha en la financiación de la biodiversidad y para que la región Amazónica y América Latina y el Caribe se conviertan en un centro de soluciones hacia economías de cero emisiones netas y positivas para la naturaleza.
El Grupo BID lidera eleva la ambición sobre la naturaleza
El Grupo BID está comprometido en posicionar a la región como una superpotencia de la naturaleza, con el objetivo de generar un impacto positivo en la biodiversidad y mejorar el bienestar de la población de América Latina y el Caribe. Este año, se lanzó una nueva estrategia institucional que coloca a la biodiversidad, el capital natural y la acción climática como ejes prioritarios y transversales, que deben estar presentes en la agenda de diversos sectores y países. Asimismo, el reciente Plan de Acción tiene como objetivo integrar la biodiversidad y el capital natural en las operaciones del Grupo BID en áreas clave donde la naturaleza puede impulsar un desarrollo económico, social y climáticamente inteligente. Este plan de acción también debería acelerar los esfuerzos de los países para alcanzar objetivos que promuevan un impacto positivo en la naturaleza.
Amazonía Siempre es un programa integral y amplio del Grupo BID dedicado al desarrollo sostenible de la región amazónica, con el objetivo de contribuir a la conservación de los bosques y a la acción climática, al tiempo que ofrece alternativas económicas para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Desde su lanzamiento, el Grupo BID ha trabajado en la incorporación de la naturaleza en diversas áreas del programa. El equipo encargado de la transversalización de la naturaleza colabora con los equipos de proyecto y crea productos de conocimiento para apoyar la ejecución del programa.
Además, hemos desarrollado instrumentos de innovación climática para apoyar a nuestros países miembros y al sector privado de la región, que incluyen bonos vinculados a la sostenibilidad, conversiones de deuda por naturaleza, cobertura de riesgos de tipo de cambio y, por primera vez, nuestros gobernadores aprobaron el uso de nuestro propio capital para pagar los resultados climáticos y naturales integrados en nuestras operaciones a través de BID CLIMA.
Los deportistas Olímpicos ya están en su merecido descanso antes del próximo reencuentro. No obstante, lo que no puede esperar cuatro años son nuestros ecosistemas Amazónicos. El BID y los países tienen una ventana de oportunidad corta para asegurar su resiliencia, y con una región que posee las soluciones y los recursos naturales para hacerlo de manera sostenible.
morris shawn dice
As the next Olympics spotlight resilience, the Amazon region has a unique opportunity to showcase sustainable practices and indigenous knowledge. By promoting eco-friendly tourism, investing in green infrastructure, and amplifying the voices of local communities, the Amazon can lead by example. Emphasizing conservation efforts and innovative solutions can help the region stand out on a global stage. This approach not only protects the Amazon but also inspires the world towards a more sustainable future.